Mackenzie Bailey joven hermosa descendiente de una aristocrata familia, es maltrada y humillada por sus hermanos y cuñada, hasta casi llevarla a la muerte, despreciada por su fisico, tratada como el petito feo, la han quebrado de mil y una formas hasta dejarla rota, lograra unir sus pedazos y obtener venganza.
Acompañenme en esta nueva obra
NovelToon tiene autorización de Betzabeth Adriana Calderón Barrios para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
cap 21: Libre con cadenas
Ese día Mackenzie y Bea pasaron la tarde conociéndose platicaron por largo rato en la alberca de sus gustos de su familia.
Aunque este era un tema doloroso para Mackenzie así que solo se dijo lo necesario.
Bea era hija única y por esa razón estaba tan comprometida en ayudar a sus padres.
Unos que dieron todo de si para que ella no pasara trabajo.
Su mamá trabajó por mucho tiempo en una textilera le pagaban un sueldo inferior al de lo demás.
Por no tener papeles en regla aparte su trabajo era el más delicado debido a que tenía que lidiar con los diversos químicos que usan para colorear las telas; muchos de los cuales eran tóxicos, el contacto durante tanto tiempo fue lo que ocasionó el cáncer y al no tener papeles la corrieron sin darle un peso de indemnización una realidad que ocurre mucho para esos inmigrantes.
Beatriz con 20 años se esforzaba al 1000% en el colegio obtenía siempre las mejores notas para hacer sentir orgullosos a sus padres y compensar un poco todo el sacrificio que por ella hacía.
Su historia conmovió a Mackenzie Hasta las lágrimas admiró la madurez de Bea y la entereza con que soportaba todo eso.
Prepararon la cena entre risas; Bea era muy buena cocinera.
Pagaré por tus clases de cocina le dijo Mackenzie amenazándola con una cuchara de madera lo que causó una gran carcajada en Bea.
No te burles lo único que sé preparar es jugo sándwich y cereal con fruta picada Se mostró indignada.
Quien podría burlarse si es amenazado con esa arma mortal dramatizo Bea y ambas estallaron en risa.
Serás mi profesora de defensa personal y también de cocina y no se diga más.
esta bien primera clase jamás amenaces con una cuchara de madera y concéntrate en revolver la salsa o se quemará.
Mackenzie se concentró en la salsa que olía delicioso.
La pasta con salsa napolitana y queso quedó deliciosa tanto que Mackenzie repitió y no sintió remordimiento alguno.
Mañana entrenaremos temprano antes de ir a la uni le dijo Bea.
Bea lo dijo pensando que tal vez ella se arrepentiría de comer doble porción.
Mackenzie sonrió.
Lavaron los platos juntas y cada una se fue a descansar.
Mackenzie espero a que Bea durmiera y entro en silencio a su habitación tomo algunas prensas y en silencio salió.
Si por momento no acepta ropa, la arreglaré un poco y se dispuso a descoser y cortar la inmensa sudadera negra.
Rápidamente fue dándole forma y luego la cosió, el enorme bolsillo blanco que desentonaba paso a ser parte de las mangas y ahora se veía muy lindo.
Espero y le gusté dijo mirando el resultado antes de irse a dormir, mega cansada.
En Londres, Mariano era despertado por sus padres para desayunar.
Se levantó con desgano, se dio una ducha con agua muy fría para despabilarse, se colocó un traje a medida y salió.
El mundo no se detendría por una decepciona morosa.
Adolfo y Cristina lo esperaban en el comedor, se sentaron juntos a desayunar.
Luego hablaron de todo lo sucedido.
Adolfo le entrego el acta ya notariada donde decía que legalmente estaba divorciado, sintió gran alivio y aunque deseaba saber como su padre consiguió que Brenda firmara no pregunto nada al respecto.
El solo pronunciar su nombre le causaba un mal sabor de boca y hasta náuseas.
Juntos salieron al buffed habían casos importantes que necesitaban de su presencia.
Cristina luego de año de estar de reposo se integró completamente a la empresa jurídica.
Tomo un caso nuevo.
Al estar en la oficina espero que fuese una hora más apropiada para llamar a Mackenzie deseaba saber como se encontraba y si no hubo contratiempo alguno, le preocupaba mucho que al estar sola las pesadillas regresaran.
Mackenzie entrenaba con Bea cuando su móvil sonó, recibió la llamada feliz, ambas hablaron largo rato.
Mackenzie le platico de Beatriz y de lo bien que se sentía con su compañía lo que dejo a Cristina tranquila.
Por su parte Cristina le dijo que ayudaría a su padre en la empresa un tiempo que las cosas estaban bastante complicadas, no entro en detalles.
Adolfo por su parte hablo con Beatriz y la puso al tanto de la llegada de Brenda al país.
La respuesta de Bea lo dejo tranquilo, pues sabia que ella cuidaría de su hija.
Horas atrás Brenda aterrizaba en suelo Neoyorquino se sentía libre para empezar de cero.
Pero sabía que eso no era del todo cierto, pues era libre con cadenas y una prueba de ello los tres hombres que la custodian.
Fueron a un hotel propiedad de Luigi, donde descansaron del viaje.
Brenda comenzó a buscar apartamentos en el centro de la ciudad por internet, se contactó con una agente de bienes raíces que le recomendaron en recepción.
No parecía tramar nada y en realidad no lo hacía, estaba buscando un lugar donde establecerse y empezar de cero.
La agente de bienes raíces le dijo que buscaría varias opciones y le llamaría, agradeció y colgó.
Se dio un baño en la tina y se acostó en la cama a reflexionar sobre su vida.
Se lamentó haber perdido tanto, pero no desaprovecharía esta nueva oportunidad.