Mila, hija de uno de los hombres más poderosos de Suecia, hará todo para evitar los planes de su padre, imponiendo los de ella.
Para evitar un gran problema con su futuro, se meterá en uno peor, todo por ser tan rebelde, ¿será que de esa locura surgirá el amor?
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Capitulo 21
Kenán.
Mila todos los días llama con cualquier excusa para que vaya a verla, debe estar muy molesta porque no lo hago, pero es que Jessy también quiere irse y no quiero que suceda lo que la última vez.
Es mi cumpleaños, mi madre me llamo, me suplico que deje de hacer estas cosas, que piense que me vaya lejos, que Enzo está furioso.
Imagino que debe estarlo, no me importa, él no le pondrá las manos encima a Mila ni soñando.
Jessy no se acuerda de mí cumpleaños, poco me importa, pero es hay donde me doy cuenta de que ese amor que tanto me profesa no es más que una mentira, un interés de su parte, algún día seré el jefe de la mafia y ella por supuesto no se va a perder de ser mi esposa.
La nota donde Mila me pidió las cosas que necesitaba la conservo, sé que todas las cosas las dice con ironía, pero a mí me gustan.
Me encantaría ver cómo le queda un vestido de flores que compre, seguro se debe ver adorable.
Recibo la llamada de Elías por enésima vez a petición de Mila, está vez sí que me preocupa, ya que un escándalo no me conviene, esa casa no está cerca de otras, pero cualquier persona que pase puede meterme en problemas.
Me doy un baño y me coloco un atuendo bastante informal, pasaré a verla un momento solo para calmar a la bestia, en la noche tengo una cena con una persona muy importante.
Estoy listo para salir cuando. —¿Para donde vas?, voy contigo.
—Voy a pasar a ver a Mila—agarro las llaves del auto.
—Voy contigo.
—No irás.
—Si voy a ir y punto, no te das cuenta de que esa tipa lo que quiere es separarnos, no sé con cuál intensión.
—No seas ridícula, ¡no irás!, la última vez, me causaste un gran dolor de cabeza.
—Yo—Se señala—acaso fui yo quien, me halo del cabello.
—No fuiste tú, pero te recuerdo que ella es quien está encerrada, secuestrada y tú eres su secuestradora.
—Ajá y eso.
—Ay, no Jessy definitivamente, mejor no voy a ningún lado, estaré en la biblioteca—lanzo las llaves sobre la mesa y me voy.
No es que le tenga miedo a Jessy, es solo que he estado muy estresado estos días, comenzar una pelea con ella no es bueno para mi salud.
Lo mejor sera que antes de ir a la cena pase por allá, ojalá no vaya a cumplir con la promesa de armar un escándalo.
Me arreglo para la cena, un traje negro de tres piezas, la cena será con una persona muy importante.
—Amor, perdón por lo de ahora tienes razón, sé que hice mal el otro día, te prometo que no volverá a suceder.
La miro sin creer lo que dice.
—No me vas a convencer, hablamos más tarde o mañana, no sé si la cena se extienda.
—¿Vas a salir con otra mujer?
—No vas a empezar, si no es Mila es otra, deja tus malditos celos.
—No son celos, es miedo, miedo a que me dejes.
—A estas alturas Jessy, sabes muy bien que no me queda de otra que morir contigo.
—Lo dices como si no tuvieras otra opción.
—Tengo otra, acaso tú piensas que tengo otra opción, casarme, tener hijos, vivir una vida tranquila con una mujer como Mila.
—¿Por qué la nombras a ella?, ¿te gusta esa mujer?
—No estoy ciego, es una mujer hermosa, a cualquier hombre le gusta una mujer como ella.
—Eres tan cínico como me lo dices así.
—Me estás preguntando, o que querías escuchar, no Jessy, ella no me gusta, es una mujer horrible, flaca, sin gusto, malcriada.
—Idiota, cínico—Comienza a llorar.
—Me voy deja el drama, no me esperes despierta—le doy un beso en la frente y me voy.
Conduzco hacia el restaurante donde tengo la cita, Jessy no debe saberlo, pero me voy a encontrar con mi hermana, ella quiere cenar conmigo por mi cumpleaños.
Llegando al restaurante antes de bajarme del auto vuelve a llamar Elías, Dios olvidé pasar por allá, ojalá que no sean malas noticias.
—Díga.
—Señor Kenán disculpé, pero ha ocurrido una eventualidad aquí.
—¿Que sucedió?
—Es que la señorita Mila, se tomó algo, no sé qué pastillas y no despierta, Sonia dice que está mal.
No puede ser, era esto lo que me faltaba, nunca me imaginé que Mila sería capaz de hacer algo así, atentar en contra de su vida.
Giro el volante para salir de ahí.
—Voy para allá Elías, mantenla monitoreada, cualquier cosa me llamas.
Le envío un audio a mi hermana disculpándome con ella, pero esto se me sale de las manos, si le llega a suceder algo a Mila no sé qué haré.
Llego a la casa y por lo visto todo está discreto, los hombres no saben nada, todo está bien, Elías no volvió a llamarme.
Entro y él está en el recibidor. —¿Cómo está, dónde está?—luzco desesperado.
—Están allá arriba, Sonia no me deja entrar a la habitación, señor ella solo lo hizo para llamar su atención, es que usted.
—Si ya lo sé, ojalá no sea nada grave.
—Están en la habitación del fondo—Arrugó la frente, ¿que hacen allá?
Subo rápidamente, trato de abrir, pero está cerrada, toco con cuidado.
—Sonia, puede abrir—Escucho ruido, pero no abren, vuelvo a tocar.
La puerta se abre un poco solo para que Sonia salga—Señor, disculpe de verdad. Ahora puede entrar, se va, ¿qué sucede?
Abro la puerta con cuidado, para no perturbar su sueño. En la cama no está, miró hacia el baño y la luz está apagada, miró al otro lado y veo una sombra atreves de la cortina que está en el balcón, debe estar allá.
Me acerco con cuidado y veo una luz, ¿qué sucede aquí?, abro la cortina y allí está ella, parada en el parapeto del balcón, se ve hermosa, su cabello ondea por el viento, tiene puesto un vestido negro pegado a su cuerpo, lo compre porque pensé que se vería hermosa, me quedé corto parece una diosa, la diosa del deseo.
—Cumpleaños feliz, te deseo a ti, cumpleaños Horacio, cumpleaños feliz—Me mira con una sonrisa, solo me quedo estupefacto, sin creer lo que está pasando.
—Sopla las velas y pide un deseo—dice sonriente—por favor que el deseo no sea yo—Vuelve a sonreír.
Me muevo por inercia y sopló las velas.
—Grattis på födelsedagen—Feliz cumpleaños en sueco que lindo.
—¿Cómo estás?, ¿cómo te sientes?—Me acerco a ella.
—Estoy bien, se da una vuelta y aprecio que está muy bien.
—¿Que es todo esto?
—Un pajarito me dijo que estás de cumpleaños, disculpa la bromita, pero es que algo tenía que hacer para que vinieras, se muerde el labio inferior y baja la mirada, justo allí me doy cuenta de lo inevitable, está mujer me gusta, me gusta mucho.
Gracias y bendiciones