Emma Sanchez es enfermera en la correccional de la ciudad y conoce a Max Robinson " el gringo" quien paga condena por el asalto de un banco
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EL PLAN DE MAX Y EMMA
Max se acercó llevando la silla a donde ella y volvió a agarrar su mano
-está bien, piénsalo ahora dame un beso antes que venga el guardia- Emma se agacho quedando sus ojos frente a los de él, mientras que las manos fuertes de Max agarraron con delicadeza su cara, toco sus labios con los de él, después de un breve momento, su lengua invadió aquella dulce y delicada boca, conociendo cada rincón, alborotando todos sus sentidos, dándole la bienvenida al lívido que cada latigazo de aquella lengua le producía. Emma en cambio permanecía inmóvil, nerviosa, pero sintiendo toda clase de sensaciones, la lengua de Max toco la de Emma invitándole al más divino placer, cosa que ella aprendió rápidamente y lo siguió en aquel beso erótico, su primer beso erótico. Grandes corrientazos se apoderaron de todo su cuerpo, sintiendo la mano masculina como se deslizaba por debajo de su blusa sin permiso alguno y tocando sus inocentes senos, la otra mano desabrocho algunos botones de aquella desleal blusa y sin ella darse cuenta, la boca de Max ya estaba en su cuello, bajando lentamente hasta lamer sus senos, cada lamida le activaba todo el deseo femenino, esto la enloquecía, era la primera vez que sentía algo tan divino, se sentía húmeda en su intimidad, sintió que la mano de, el agarro una de las de ella y la llevo hasta su masculinidad, estaba dura y grande, la ayudaba a masajearlo, hasta que abrió sus ojos y toda aquella magia apareció desaparecer por completo, dejándola en la absoluta y cruel realidad, entro en razón asustándose en gran manera y separándose súbitamente, se puso de pie dándole la espalda al excitado hombre, se acomodó la blusa rápidamente, mientras trataba de recuperar la respiración, alcanzo a escuchar lo que le dijo Max
-baby ¿te gusto? ¿Nunca has tenido novio?- en ese preciso momento se escuchó al guardia gritar desde donde estaba
-¡enfermera! Ya es hora de entrar- Emma agarro el manubrio de la silla de ruedas y comenzó a andarla sin decir nada, estaba tan nerviosa y sentía un calor en todo su cuerpo, miles de pensamientos pasar desesperados por su mente y la única pregunta-¿Qué fue todo eso?
Ese día evito verlo a la cara, sentía mucha vergüenza por lo que había pasado, además de unas ganas de llorar, sus compañeras notaron que algo le pasaba, Patricia que se puede decir era la más cercana le dijo
-Emma ¿te pasa algo? Estas extraña desde esta mañana
-no, Patricia no me pasa nada, es que… estoy algo nerviosa por lo que paso en estos días con ese reo que murió- Patricia se asombró al escucharla hace algunos días que ya había pasado eso y ¿ahora es que Emma iba a reaccionar? – Claudia como que tiene razón, y a Emma como que le falta un tornillo- pensó para si
Cuando termino la jornada, Max supuso que Emma no se despediría de él, ese día se mantuvo tan distante, entonces la llamo al verla que se retiraba de la sala
-¡Emma! – la enfermera que recibía la guardia nocturna le dijo
-¿Qué tienes? Ya Emma entrego su guardia ¿no ves que ya se va para su casa?- pero el con obstinación le dijo
-¡no me importa! ¡Quiero hablar con Emma!- la enfermera nocturna le repitió
-¿Qué quieres? Yo te puedo atender
-¡no! ¡Quiero hablar con Emma!- le hablo a la enfermera que continuaba inmóvil sin decir nada- ¡Emma! Ven si no, juro que hago algo- Emma sabía que Max hablaba en serio así que le dijo a su colega
-tranquila, él es así, voy a ver que quiere- la otra asintió con la cabeza y se fue hacer otra cosa, Emma camino hacia la cama de Max, sintió que el calor de la mañana le subió de nuevo al rostro, espero que el hablara primero
-Emma, sorry, perdón no quise molestarte, olvida lo que hablamos esta mañana si quieres yo…- estiro su mano y le entrego otro papel, ella lo agarro y se marchó sin decir nada
Esa noche, ambos se mantuvieron sin poder dormir cada uno sumergido en su propio dilema
Prisión San Pablo
Max estaba acostado de lado, la herida le seguía doliendo, y sentía algo de calentura, pero esto era nada comparado con la enorme molestia que sentía por haberse dejado llevar por sus impulsos, eso que sucedió en la mañana con Emma, no estaba planificado, no era su intensión llegar más allá de enamorarla y conseguir que lo ayudara, pero nada más que eso, no era su intensión tocarla, ahora la había ahuyentado por su maldito impulso.
Emma no se recuperaba aun de lo ocurrido en la mañana, hasta le costaba ver a sus padres a la cara, se sentía tan avergonzada, que al llegar, entro a su cuarto apago la luz, se quitó la ropa y se acostó
Entre tantas cosas que pensó, supo que lo amaba y lo necesitaba, cuando amaneció, llego a la conclusión que si escaparía con él, porque en la iglesia siempre había escuchado “que el amor lo puede todo, lo aguanta todo, lo perdona todo” y ella estaba más que segura que eso que sentía era amor
Gracias por tan hermoso y emotivo final. tienes un gran talento que Dios te bendiga grandemente.