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Curando Tu Alma

Curando Tu Alma

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Doctor / Amor a primera vista / Médico-paciente
Popularitas:523.4k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Tamara Gallo

Federico Belmonte, hijo menor de Brandon y Marisol; ha vivido solamente para trabajar y ser el tío soltero que malcría a los niños.

Sin embargo, todo eso cambia cuando accidentalmente lastima a una linda mujer de ojitos tristes, logrando por primera vez, despertar su interés en alguien y decide indagar en su vida; aunque no sabe si es por curiosidad o algo más profundo.

Ella, pocos minutos atrás, fue informada de una noticia que cambiará su vida para siempre y se siente muy mal para afrontarlo frente a su familia.

¿Qué será lo que la ha dejado así?
¿Será que el accidente fue orquestado por el destino para brindarles una oportunidad?
¿El médico más prestigioso de España podrá curar ese afligido corazón, o Alma levantará un muro que los separe, cerrándose a esa posibilidad?

NovelToon tiene autorización de Tamara Gallo para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un pequeño accidente

Federico terminando su día decide ir a cenar al restaurante de Bella, aunque dicha dueña deja el cargo nocturno a Demian y Silvia, su chef principal.

Sale de la Clínica, sube a su auto Camaro y enciende el motor para empezar el camino, concentrándose como toda persona que debe manejar.

Su celular suena, pero ignora el sonido porque no piensa retirar la mirada del camino ni hablar por teléfono. Aunque antes de llegar a un semáforo, donde debe detenerse; mira de reojo quién es el que intenta comunicarse.

—¡Ay, mamá! — susurra para él mismo, mientras voltea los ojos, sabiendo el motivo de tal comunicación. La reunión está cerca y por alguna razón, aunque es una costumbre de pleno conocimiento, siempre lo llama para recordárselo.

De repente y por mirar la pantalla sin aún frenar, su cuerpo se balancea hacia adelante, por lo que en un inicio se asusta y luego comprende lo que pasa. Ha chocado un vehículo.

—¡Maldición!— reniega cansado. Lo único que quiere es llegar al Restaurante para comer tranquilo e ir a dormir, pero no. Parece que no es su día.

Baja del auto para mirar cual ha sido el daño, cierra la puerta y camina vestido con su impecable traje hasta la parte delantera, notando que solamente es una pequeña abolladura, casi sin importancia.

Por primera vez se fija en el auto que ha colisionado y puede darse cuenta que es bastante antiguo, aunque es conocedor de su precio. Sin embargo, los idiotas dirán que es chatarra.

El farol trasero del Mercedes se ha roto por su distracción, por lo que decide comunicárselo a su dueño y pagar lo que se necesite, pero dicha persona no ha bajado del auto y Federico supone que es porque podría haberse lastimado.

Algunos autos quieren detenerse a ayudar, pero les hace señas para que sigan su camino y alza el dedo pulgar en forma de agradecimiento. Aunque reza que nadie llame a la policía para no hacer de este asunto, algo tedioso.

Se acerca con tranquilidad y observa que quien está en el puesto de conductor es una mujer, la cual se ha quedado con las manos y la cabeza apoyada en el volante.

Trata de llamar su atención golpeando la ventana con cautela y quien está dentro lo mira con rabia, aunque hay algo más allí.

Ella abre la puerta y sale del vehículo mientras tiene los ojos llenos de lágrimas, causando un malestar en nuestro Doc.

—Señorita, ¿se siente bien?— cuestiona él un poco nervioso.

Como profesional escanea a la mujer que tiene en frente, buscando alguna herida extra, además del pequeño corte en su frente; aunque como hombre puede decir que fue el mejor accidente de su vida, ya que ella es quién llama su atención por primera vez.

Su pelo negro con algunas ondas, casi rulos. Sus grandes ojos marrones, largas pestañas y sus labios gruesos. Sin embargo, lo que hipnotiza al hombre frente a ella es su mirada.

Puede notar que detrás del accidente y sus lágrimas retenidas hay algo más, profundo y difícil de borrar. Una gran tristeza.

—No— niega mirando el daño que él ha provocado en el Marcedes y suspira pesadamente

—No debe preocuparse por eso, yo le pagaré — avisa Federico, haciendo que ella sienta una inmensa tranquilidad.—¿Le duele algo?— cuesiona guardando sus manos en el bolsillo del pantalón porque por alguna razón, estas pican queriendo acariciar la mejilla de quien tiene en frente.

—La cabeza un poco— admite—Tal vez es porque me golpeé con el volante— finaliza y aprieta sus labios.

—Soy Doctor, ¿puedo revisarla?— le encantaría tocarla y justo tiene la oportunidad perfecta, así que no la desaprovechará.

—Claro, señor...— asiente mientras ve como se acerca y espera que él diga su nombre.

Para ella, ese gran hombre transmite seguridad, confianza y protección, pero es un desconocido y no le dirá lo que recién se acaba de enterar. Es una mala noticia que la condenará a la soledad.

Está segura que después de informárselo a sus padres, se pondrán mal, ya que depositaron su esperanza en ella, su única hija. Aunque, viéndolo de esa manera, no pueden juzgarla. Si no tuvieron más hijos fue porque así lo decidieron en su pasado.

—Federico Belmonte —responde él y brinda su mano para estrecharla—¿Y, usted? — no se quedaría con la duda.

—Alma Ortega— contesta uniendo su pequeña mano a la de él, mientras se miran fijamente a los ojos.

Ambos sienten un tipo de conexión que consideran rara, más que nada para ellos que jamás han tenido parejas formales.

Alma está rozando la palabra "castidad" sino fuera porque tuvo un novio, pero aún así se le puede considerar una mujer nula de experiencia.

Con 30 años solo se ha dedicado a trabajar y cuidar a sus padres todavía jovenes; quienes quieren que ella siga su mismo mandato y no siempre se es lo que se desea. Cada uno tiene sus propias metas y sueños. Lo que espera y aspira, en su futuro.

Ellos ya tienen más de 50 años, pero dedicaron su vida a la milicia, terrestre y marina; hasta que se conocieron, empezaron una relación y la madre de Alma quedó embarazada teniendo que abandonar su trabajo para criarla, mientras su pareja seguía en lo mismo para mantenerlas.

—Sí usted me permite, me gustaría llevarla a mi clínica para ver que no se haya dañado internamente— ofrece él, pero recibe un gesto negativo. —Prometo que no le cobraré— le sonríe como parte de una pequeña broma, aunque ella no expresa absolutamente nada y es un enigma que ahora quiere descubrir— Además, no me quedaría tranquilo el resto de mi vida.

—Bueno, pero pagaré mis gastos— acepta seriamente.

—¿Todavía funciona?— pregunta Federico apuntando al auto con respecto al accidente, pero la mujer frunce el ceño.

—Por supuesto, tiene un buen motor— responde a la defensiva y él comprende que ha utilizado palabras equivocadas.

—Digo por el accidente— señala la abolladura de su propio auto volviendo a ese tema.

—¡Ah! Eh, sí, creo que sí— Alma entra al auto con bastante vergüenza e intenta encenderlo, lográndolo enseguida. El bonito hombre se inclina un poco hacia ella y le regala una pequeña sonrisa.

—Muy bien, entonces, ¿puede estacionario? No es recomendable que maneje por las dudas de que tenga algún mareo, así que seré su chofer — pide. Cierra la puerta de Alma como todo un caballero y se aleja un poco para que ella aparque en la orilla.

Luego, ella camina hasta Federico y él abre la puerta en el puesto de copiloto para que ella entre, al ver que lo hace, cierra y camina hasta su lugar, ingresa y gira la llave, iniciando un viaje de vuelta.

De vez en cuando mira de reojo para serciorarse si ella lo observa, encontrando con que sí, cual lo hace feliz de cierta manera.

—¡No necesito inflar mi ego con ella!— se autoregaña mentalmente porque estuvo aclarando cual es su apellido, su profesión y lo que tiene, ejemplo, ser dueño de la Clínica.

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Richard Encarna
Excelente
valeria rodriguez
muy linda historia me encantó. felicitaciones
Juan Manuel Aberastain Llano
gracias por hacer una novela estupenda y más por una saga buenísima pero también podrías hacer más sagas de diferente novelas ama son muy lindas y lo hubieses hecho de todos los hijos que tuvieron los personajes hubiese sido hermoso porque son hermosísimos y sería hermoso verlo sentirse feliz porque has hecho una novela que para algunos es muy difícil para otros complicados pero lo has hecho y no es solamente eso has hecho llorar a muchos con tus novelas y con esta con estas novelas de la familia belmonte y podrías hacer más hubieses dejado hasta un testamento en esa novela diciendo cómo sería de nuevo tener hijos adoptados o biológicos y haber dejado varias mansiones castillos o orfanatos bien cuidados por ellos por los del belmonte
ingris perez
ok
DANIELA PEDROZO
Excelente
Yngrid Vallejo
demasiados personajes en tu novela y los protagonistas casi nada de romanticismo mucha famili6
Delia Virginia Gauna
Excelente
Delia Virginia Gauna
Bueno
Adriana Siles
Excelente
Alegria Gloria
fue muy increible desde el inicio de la saga. con explicaciones muy detalladas . en pocas palabras excelente 🍀🍀🍀🍀
Jinesska Vargas
Wooow me voy a ir corriendo a leerla /Drool/
Nana Tello
Me encanto demasiado este libro o mas bien la saga felicito la escritora excelente trabajo bendiciones excelente inspiración que tiene😍
Rosy FraVaz
Excelente
Carolina Acosta
ya estoy en sincronía 😊👍🏼
Maria Gonzalez Gonzalez
está exelente la historia 😊, como todas las que escribes.
Maria Gonzalez Gonzalez
exelentes historias jajajaja, felicidades hermosa, Dios te bendiga siempre, te mando un abrazote con mucho cariño 😘.
Carmen Mena
Se las recomiendo 100% está muy interesante la hostoria.
Gracias Tamara.
Tibisay Castillo
Tamara está nueva historia me gusta mucho, te felicito, cómo siempre atrapandonos, por eso somos tus fieles lectoras
Eudy Brito
Se las recomiendo, es interesante 😃
jacqueline mercedes Velásquez Freite
ya comiendo a leer 😂😂
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