Amor En La Mentira

Ya han pasado seis meses desde que Fabricio tomò el caso del divorcio de Camila y lentamente han ido viendo cambios en el proceso, originando como resultado que ya no deba asistir a cada reunión y pueda dedicarse a otras cosas.

Por esa parte Camila ha estado tranquila, sabe que Fabricio es un profesional al que puede tenerle confianza y que no se deja chantajear por nadie.

Por otro lado cada vez que tiene una reunión con Fabricia siente un montón de mariposas en el estomago que no la dejan en paz y en ocasiones se le hace muy difícil disimular sus sentimientos hacia èl y es que los dos han ido retomando un poco de esa amistad perdida hace tantos años.

Algunas de sus reuniones han terminado en el compartir de recuerdos y anécdotas pasadas que solo le han dejado un mal sabor de boca, ya que se ha dado cuenta de la mala decisión que tomò al dejarse envolver por Daniel y la presión familiar.

Cada vez que se ven Camila reflexiona màs acerca de su necesidad de saber exactamente quien es y que quiere lograr con su vida, haciendo que en ocasiones se pregunte si su vida va por el camino que ella quiere o si la siguen rigendo los demàs.

El hecho de que Fabricio la guíe a través de su divorcio hace que  se vaya reconstruyendo su percepción de él, por lo que ya no es solo un recuerdo difuso de su juventud, sino una figura de fuerza y apoyo que la ha ayudado a superar lentamente ese mal momento de su vida.

Esa tarde Fabricio la llamó y le pidió que se viera en una cafetería del centro, acababa de salir de una audiencia y le tenia buenas noticias, no quería volver a su oficina y tampoco quería algo tan formal, por lo que ella accedió y una hora despues se estaban encontrando.

El primero en llegar fue Fabricio y uno pocos minutos después llegó Camila, un poco apresurada, se notaba que había caminado para llegar hasta allí.

-Hola Mila, ¿quieres algo? – al escucharlo llamarla asì ella sonriò para sus adentros

-Claro, un tè marcha con leche de almendras sin azucar – èl la mirò extrañado y no dijo nada

-¿Qué?, conozco esa mirada – comentó ella

-Solias tomar capuchino bien espeso con crema encima y con mucha azúcar – no podía creer que èl aun recordaba eso

-Las personas cambian y los gustos también – era cierto, ahora ella cuidaba un poco màs su figura y por eso había dejado algunos placeres de lado

-¿Puedes pedir aparte un americano?, por favor – èl la mirò extrañado y solo hizo lo que ella le pidió

Cuando las bebidas estuvieron listas ella tomò el café que había pedido y se lo llevò a un hombre que estaba sentado solo en la esquina de la cafetería, sobresaltando al hombre.

-Debe ser aburrido estar siguiendo a alguien a todos lados y no poder comprarse algo, toma esto, ya que creo que nos tardaremos un rato aquí – el hombre recibió el café y se puso bastante nervioso, lo había descubierto, asi que se fue

-¿Quién era ese? – preguntò Fabricio intrigado

-Alguien que pusieron a seguirme, no tengo claro si mi padre o Daniel, asi que ya deben saber de esta reunión informal entre nosostros – ella respirò profundo y le pareció ver una leve sonrisa en èl

Se sentaron en una mesa y por unos segundos hubo un silencio incomodo.

-Fabricio, no creo que hayas venido únicamente para comprarme un tè, que debo decir que está delicioso – Camila detestaba los silencio incomodos y cortò con ese sin pensarlo

-Te tengo excelentes noticias, hemos avanzado muchísimo con el tema de tu divorcio y Daniel tiene una semana para desechar los argumentos que incluí el dìa de hoy, si no lo hace entonces el juez podrá terminar con esto en un lapso de un mes, cuando mucho dos y si a eso le agregamos la emisión del documento, creo que en unos tres meses ya estarías legalmente divorciada de tu esposo – al escuchar eso Camila se alegrò sobremanera

El proceso del divorcio se había tardado màs de lo que ella esperaba, habían sido unos meses demasiado estresantes y a pesar de todo ya se veìa una luz al final del tunes, para ser un divorcio en el que no habían hijos se había tardado demasiado tiempo.

-¿Estas seguro de lo que me estas diciendo? – ella sin pensarlo le tomò la mano y el sutilmente la quitò, aunque ella se dio cuenta de ello

-Disculpa, es que estoy muy emocionada, ha sido mas de un año en este proceso y tengo tantas cosas que quiero hacer, no volverà a pasar – Camila tomò el tè que tenia adelante y no lo soltò, tenia demasiadas emociones contenidas y debian seguir asì

-No debo ligar el trabajo con la amistad, espero me entiendas – èl volvió a poner su actitud profesional

-Claro que entiendo y no sabes lo feliz que me hacen tus palabras, como abogado, claro está – ella sonriò levemente tratando de romper la tensión que se había generado entre ellos

Como mandado por el cielo ella recibió una llamada, sacò su teléfono y vio quien la llamaba, mirò por unos segundos deiciendo si debia contestar.

-La idea de una llamada es que la otra persona conteste – Fabricio miraba a Camila y al teléfono sin entender porque no contestaba

-Es mi madre y en este momento no tengo buenas relaciones con ellos, no se que me quiera decir

-Contesta y lo sabràs – ella lo mirò y en ese momento sentía que si le decía que saltara al vacío ella lo hubiera hecho

Al contestar la llamada pudo notar como su madre hacia un monologo, en donde la invitaba a almorzar al dia siguiente en su casa.

-No creo que pueda madre, estoy muy ocupada con el asunto del divorcio y no creo que mi padre quiera verme después de como le hablè la ultima vez – Camila cerrò los ojos, no quería que el pudiera leer en ellos lo mal que estaba su vida en ese momento

-Fue tu padre quien tuvo la idea de que vinieras, ya he llamado a German y èl vendrà, tenemos mucho tiempo sin hacer una comida familiar – como si una comida familiar fuera a hacerla sentir mejor

-Dejame pensarlo y si voy no quiero escuchar nada acerca del divorcio, ni de Daniel, ni de como hablan de mi en ninguna parte del mundo – su madre se quedó en silencio por unos segundos

-Hablarè con tu padre, aunque no te prometo nada – respondió su madre

-Està bien – colgó la llamada

-¿Hay algo mas que necesites decirme? – Camila sentìa que la emoción que había sentido antes se había apagado

-No, nada màs – respondió èl, aunque quería abrazarla y decirle que todo estaría bien, pero ni siquiera èl se sentía bien con respecto a todo lo que estaba sucediendo