Tus Ojos

Tomé un baño y me acosté a dormir, durante toda la noche lo único que soñé fue con Frederic, solo podía ver su rostro, con esa expresión entre la ternura y el misterio que siempre me desconcierta, en tres ocasiones me desperté pensando que estaba allí, en mi habitación, respirando a mi lado, pero al abrir los ojos, solo encontré el silencio, la penumbra de mi cuarto se sentía más fría de lo habitual, como si incluso el aire supiera que algo había cambiado.

No me transformé, y eso nunca me había pasado desde que esa mujer me echó la maldición, jamás había pasado una noche siendo humana después de las diez —o será un don que he desarrollado — se activó, la metamorfosis había sido puntual como un reloj suizo, pero anoche... nada, solo el beso, fue lo único diferente aparte del alcohol que había consumido, pero eso es algo que ya he hecho antes.

A la mañana siguiente, mi cuerpo estaba totalmente adolorido, como si un camión hubiese pasado por encima, me sentía maltratada, cansada, con las articulaciones rígidas, él cuerpo, al parecer, se había acostumbrado al cambio y quizás extrañaba ser gato.

Mi padre me llamó desde la cocina con ese tono, entre mezcla de cariño y preocupación.

—Hola hija, ¿cómo amaneciste?_ preguntó con cautela.

—Me duele todo —le respondí arrastrando los pies hacia la mesa—. Creo que mi cuerpo extraña convertirse en gato_ dije agotada.

—Y hoy más que nunca necesito que te transformes. ¿Recuerdas el caso del heredero York?_ yo asentí.

—Claro que sí. ¿Qué pasó? ¿No hicieron nada con la información que les reunimos?_

—Sí, claro, pero quieren atrapar a Ruth, yo les recomendé que no lo hicieran ahora, su hijo sigue en tratamiento y exponerlo como piensan hacerlo podría traerle consecuencias irreversibles, pero ya sabes cómo somos los padres... por nuestros hijos, hacemos lo que sea, y aunque no esté de acuerdo, ellos están pagando por un servicio _

—O sea, ¿ya recuperaron lo que esa mujer les había quitado?_ mi padre asintió.

—Así es, tus videos ayudaron mucho. Ruth no lo supo, claro, pero ha estado llamando al joven York sin descanso, los padres vieron una “oportunidad”, según dicen, y quieren tenderle una trampa_

—Estoy de acuerdo contigo, no es la mejor idea. Pero bueno... ¿cuál es el plan?_ pregunté por los detalles.

—Piensan hacer que él se reúna con ella en el mismo lugar donde tú los grabaste y van a atraparla en el acto, yo opino que es peligroso, pero ya sabes cómo son, nada que hacer _

—¿Y entonces qué necesitan de mí?_ estaba confundida.

—Que estés presente, que vigiles, si ves a Ruth desprevenida, das la señal, ellos estarán atentos y entrarán a atraparla.

—¿Y qué piensan hacer con ella? ¿Llevarla a la policía?_

—Quizá, tienen evidencia suficiente de que manipuló al chico cuando no estaba en pleno uso de sus facultades mentales, con eso pueden alegar que los traspasos legales son inválidos, por el estado en que se encontraba _

—Bueno, así sí tiene más sentido, pero aún así, suena a que están jugando con fuego_

—Por eso mismo necesitamos que esta noche sí te transformes, sería mucho más seguro que una gata esté cerca, que una joven estudiante vigilando desde un rincón,¿no crees?_

Asentí en silencio, había otro problema que me preocupaba más que Ruth ¿por qué no me transformé? ¿Qué fue lo que cambió? El beso... ¿podía ser eso? ¿lograré transformarme está noche?

—Tengo que averiguar qué fue lo que pasó, no quiero hacerme ilusiones —dije bajito, más para mí que para él.

—Yo había pensado —dijo papá mientras servía café— que fuéramos a un sitio de esos... ya sabes, nunca lo hicimos por respeto a nuestras creencias, pero creo que ya es hora de buscar soluciones.

—¿Un sitio de esos? —alcé una ceja—. Sabes que muchos de esos lugares son puro cuento.

—Diana me recomendó uno.

Me atraganté con el sorbo que acababa de tomar.

—¿Diana? ¿Y en qué momento hablaste con ella sobre esto? Que yo sepa tú evitas todo lo que tenga que ver con ella, incluso hablar de mi situación, ¿Por fin cambiaste de decisión?_

—Hija, por favor, no quiero hablar de eso ahora. Sé que tú quieres verme con alguien... que me dé otra oportunidad_dijo.

—No con “alguien”. Con ella en específico, sé que desde hace años hay una atracción entre ustedes. Viviana y yo los apoyamos, lo sabes, ¿no?_

Papá se limitó a mirarme por encima de sus gafas, no lo negó, pero tampoco lo admitió, ya lo conocía, su silencio era más revelador que cualquier palabra, pero no lo una a presionar o si no se cerraría a mi.

—Todo a su debido tiempo —murmuró, casi como si le hablara a su taza.

—Está bien, papá —dije, conteniendo la sonrisa—. Bueno, me voy a arreglar para ir a la universidad, se me está haciendo tarde _ dije mientras me levanté de la mesa.

Subí a mi habitación y tomé un baño, luego me puse ropa cómoda, me maquille un poco las ojeras, los sueños que tuve y por mi cuerpo adolorido, parecía un mapache, cuando estuve lista, me despedí de mi papá y salí de casa.

Mientras caminaba hacia el campus, el aire parecía distinto, más liviano, más expectante. Como si la ciudad supiera que algo importante estaba por pasar, aún me dolía el cuerpo, pero lo que más pesaba era la incertidumbre.

Me detuve frente a una vitrina y me miré, la misma cara de siempre, aunque los ojos... algo había cambiado, había una especie de brillo. ¿Sería por el beso?

A Frederic, no lo conocía tanto como quisiera, pero había algo en él que desordenaba mi mundo, ¿Sería posible que un beso tuviera tanto poder como para interrumpir la maldición? ¿O fue casualidad?

Mi mente era un caos, y necesitaba con desesperación hablarlo con mi amiga, aunque sabía que hacerlo no me iba a dar las respuesta, por lo menos iba a alivianar la carga de querer contar lo que me sucedió, y Vivian es la persona adecuada para escucharme.