Leonardo , Ethan Morgan el peor villado y más temido de la historia.
El se obsesiono con la protagonista trato de ganar su amor pero ella siempre lo rechazaba entonce secuestro y abusó de ella la torturo de muchas forma por que ella no lo amaba así que cuando rescantaron a la protagonista el fue sentenciado a guillotina ademas de ser torturado de una horrible manera fue sentenciado publicamente a morir .
Aquí dentro yo he renacido en el cuerpo del villano .
¿ Como lograre evitar mi muerte ? Tendre que hacer muchos arreglos a este retrasado mundo y desde luego aprender todo para ser un buen duque cambiare mi final .
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19. Una historia curiosa
Al llegar al palacio, nos anunciaron con la formalidad acostumbrada: "El duque Lucio Morgan y el joven duque Ethan Morgan." Mi hijo y yo, sin perder el tiempo, avanzamos hacia la sala principal para presentar nuestros respetos. Allí estaba el supuesto emperador—un hombre cuya existencia era tan grotesca como el título que se adjudicó. Un rey fracasado, consumido por la ambición, que se había autoproclamado emperador después de eliminar a toda su familia. Lo que para el pueblo era una epopeya heroica, para mí era una comedia de tragedias mal escritas.
Ese hombre, un maestro del engaño, había manipulado las mentes de su pueblo. Inventó una historia absurda sobre cómo mi hermano mayor, supuestamente obsesionado con su hermana, destruyó a nuestra familia por no ser correspondido. Una mentira más para su farsa: él como héroe benevolente, salvador del reino. La verdad era otra. Él destruyó a mi familia. Él trajo la ruina. Él es el monstruo.
Sacudí mis pensamientos y enfoqué mi mirada en mi hijo, Ethan. Con una leve inclinación de cabeza, me uní a él para ofrecer nuestras reverencias al emperador y su emperatriz. Un hombre sin honor, y una mujer cuya mirada decía más de lo que las palabras podrían pronunciar. Pero, como siempre, la etiqueta debía prevalecer.
—Presento mis respetos a Su Majestad, el intento de emperador, y a Su Majestad, la emperatriz —dije con una voz fría, calculada, cargada de un sarcasmo tan sutil que solo alguien con verdadero ingenio podría detectarlo.
El rostro del emperador se desfiguró por un breve instante, como si las palabras le hubieran atravesado el alma podrida que le quedaba. Esa reacción fue suficiente para alegrarme el día. Aunque mi rostro permaneció inexpresivo, por dentro me deleité. La sala se llenó de murmullos y risas contenidas. Incluso sus cortesanos, aunque cautelosos, no pudieron evitar disfrutar de su incomodidad.
Fue mi hijo quien me devolvió a la realidad. Su voz, calmada y elegante, rompió mi trance:
—Yo, Ethan Morgan, presento mis respetos al Emperador y la Emperatriz de Mayer y ofrezco este presente en honor a la celebración de sus hijos.
Ethan entregó los regalos con la gracia que se esperaba de un Morgan. Cuando el emperador intentó acosarlo con preguntas incómodas, intervine, permitiéndole retirarse y socializar con los nobles presentes. Era evidente que mi hijo estaba incomodando al emperador. La inteligencia siempre desconcierta a los mediocres.
Cuando la emperatriz se retiró, el emperador me llevó a un lugar apartado. Nadie más podría escuchar lo que iba a decirme. Sus palabras empezaron con un intento de insulto:
—Tu hijo... peculiar, sin duda. Pero tiene los mismos ojos que tu horrorosa existencia.
Lo miré con desdén antes de responder.
—Una existencia que mortales como tú desearían tener. Aunque, claro, tu obsesión con mi hermana fue más evidente. ¿O me equivoco? Supongo que el rechazo aún duele.
—No hables de esa zorra asquerosa. Toda tu familia está podrida.
—No más que tú, que mataste a la tuya —respondí con calma helada—. Y te advierto, no sigas enviando asesinos tras mi hijo. Porque, ¿quién sabe? Podría encontrar a tu adorado heredero muerto junto con su madre. Últimamente, me entretengo desollando traidores.
El hombre empalideció, balbuceando excusas que apenas podía hilar.
—¿De qué hablas, duque? Yo nunca he mandado a matar a su hijo. Usted está delirando...
—No te hagas el idiota —lo interrumpí con voz glacial—. Sé lo que haces, y no estoy dispuesto a tolerarlo.
El emperador se rio como un loco, intentando recuperar algo de autoridad.
—Es cierto. Lo admito. He enviado asesinos tras ese bastardo y tras ti. Pero parece que subestimé al mocoso. Tu sangre, esa peste, es difícil de erradicar. Pero no importa. Si me matas, entrarás en guerra. Tengo a la iglesia y al pueblo de mi lado. Algo que a ti te falta.
Sonreí levemente. Mi frialdad pareció desconcertarlo.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó, nervioso.
—Que creas que me importa lo que tú consideras importante. Yo no tengo debilidades. Estoy muerto en vida. El que amé ya no está, y mi hijo... Mi hijo no es mi debilidad. Es una bestia que he formado. Una bestia que acabará contigo si intentas algo.
Antes de marcharme, lo golpeé con fuerza suficiente para dejarlo inconsciente. Su caída fue tan patética como su vida.
Mientras me alejaba, una idea cruzó mi mente. Noah, el hijo que perdí, seguía vivo. Mi sobrino, quien ahora llamo "hijo", lleva mi sangre y mi legado. El futuro emperador de Drake se levanta bajo mi tutela, y yo seré el que prepare el escenario para su reinado.
La sonrisa volvió a mi rostro, fría y burlona, mientras pensaba en todo lo que estaba por venir.
Edite el capítulo este más elaborado espero que le guste
me encantó!