Si Me Pudieras Querer

Llegaron con Helena al hospital y nada más entrar la pusieron en una camilla y la llevaron dentro, a Enzo solo le dio tiempo de gritar al médico que la chica estaba embarazada. Un rato después salió un doctor para dar todas las explicaciones sobre ella.

- ¿ Son familiares de la paciente?- preguntó mirando a los tres hombres.

- Yo soy su suegro,  él su hermano y él  es como de la familia así que puede hablar en su presencia- dijo Enzo señalando a cada hombre a su lado y el médico asintió.

- ¿ Y el padre de la criatura?

- Está de viaje- mintió Enzo,  pero si no lo hacia corrían el riesgo de que no les informaran como estaba Helena.

- Bueno, la mejor noticia primero, el bebé está bien- los tres hombres expulsaron el aire de los pulmones con fuerza.- la madre es otra cosa, no está tan bien, tiene una deshidratación severa de todos los vómitos que ha tenido y anemia, seguramente de lo mismo, para la deshidratación ya tiene un suero puesto y para la anemia le recetaré unas vitaminas. 

- ¿Ya la podemos ver? - dijo Dani.

- Todavía no despierta, se ve que está muy cansada, es posible que no durmiera bien en días debido a los malestares y los vómitos, nada más despierte pueden pasar, de uno en uno sin estresarla. De eso depende mucho su recuperación y que el bebé siga bien.¿ Alguna otra pregunta?- los tres negaron- perfecto,  cuando ella despierte, una enfermera vendrá a avisarles.

Un rato después apareció una enfermera y les dijo que ya podían pasar. El primero fue Dani,  estuvo unos diez minutos y salió,  ni feliz ni triste, nadie sabría decir como se sentía ni que había hablado con Helena.

- Hola Helena- dijo Enzo entrando en la habitación.

- Buenas señor Enzo. - respondió la chica.

- ¿ Como te sientes?

- Ya estoy mejor, me dieron un medicamento para las náuseas y eso me aguantará un poco los vómitos.

- Tenemos que hablar- ella levantó la vista y lo miró temerosa-¿Vas a conservar el bebé?

- Señor Enzo,  yo no les he pedido nada a ustedes ni les voy a pedir, yo comprendo que no quieran tener nada que ver conmigo ni con este bebé,  no se preocupe, no tendrán que vernos ni encargarse de nada que tenga relación con nosotros, así que no se estrese, tampoco va a tener que gastar su dinero en un aborto, ya me las apaño yo con mi hijo y pueden olvidarse que existimos.- dijo ella y parecía una leona.

- Espera Helena,  que dices, ni loco yo te hablaría de aborto, aunque tú no quisieras ese niño yo me lo quedaría,  es mi nieto, no es eso de lo que tengo que hablar contigo.

- Perdón si no era eso, yo creí que no quería saber que su hijo tuviera algo que ver con su antigua secretaria ahora que está prometido. - dijo ella más calmada.

- No, es algo más importante, de mi hijo y esa mujer hablaremos más tarde. Te pregunté eso porque hay algo de nuestra familia que debes saber si vas a traer un nuevo miembro a ella, porque aunque tú, después de escuchar lo que yo te diga, no me quieras cerca de ustedes nunca más,  debes entender que eso no va a suceder, yo siempre estaré allí aunque no me veas.- la chica lo miraba con cara de asustada- no me mires así Helena,  no quiero que te pongas mal y ser el causante de algún problema en mi nieto- el hombre estuvo callado un momento- Mi nombre es Enzo Parisi- comenzó a contar-  eso tu lo sabes, lo que no sabes es que vengo de una familia de  la mafia- ella se puso una mano en la boca para evitar una exclamación de asombro- desde los dieciocho años, dirijo la parte de la familia aquí en New York y al morir mi hermano, que es en realidad el verdadero padre de Nico,  me hice cargo de la parte también de Italia. Cuando Nico fue creciendo cree Parisi SA, quería que el chico no fuera como yo, que solo tuve un lugar para escoger, quería que él tuviera algo legal para aferrarse si no quería ocuparse del negocio de la familia, ahora todo lo tenemos dividido por común acuerdo pero igual somos la mafia y eso no va a cambiar.- ella seguía callada- ¿ No quieres preguntar nada?

- ¿Me va a arrebatar a mi hijo cuando nazca?- preguntó ella con lágrimas en los ojos.

- No Helena, yo nunca te haría eso, hay algo que debes saber, Anna cuando supo que estaba embarazada de los mellizos,  escapó de mí,  y estuve cuatro años buscándola,  pero para tenerla a ella junto a mis hijos, no para quitárselos, jamás intentaría separarte de tu hijo, aunque escapes, te voy a encontrar y estaré allí por mi nieto, no para hacerte sufrir.

- Señor Enzo- el la interrumpió levantando la mano.

- ¿No crees que deberías quitar el señor ahora que llevas a mi nieto o nieta dentro?- le dijo señalando el vientre plano de la chica.

- Perdón,  Enzo,  yo acepto que usted esté presente, pero le voy a pedir algo,  nadie puede saber de mi embarazo,  esa mujer, Samantha,  me amenazó y amenazó a mi familia,  estoy segura que si ella llega a saber del bebé, algo nos puede pasar.

- Espera¿ Como es que ella te amenazó? La voy a matar y no encontrarán de ella ni el olor.- gritó el hombre, era claro que Samantha no le agradaba.

- ¡ No! No por favor , yo solo necesito que ella esté lejos de mí,  si Nico no logra recordarme, es que no fui tan importante para él como yo creía, deje las cosas como están y va a ser mejor, quiero tener a mi hijo en paz, si me promete eso me quedaré cerca, si no me iré a cualquier parte y aunque me encuentre tendrá que conformarse con ver a su nieto o nieta solo de vez en vez, porque no regresaré nunca más.

- Esta bien Helena,  haremos las cosas como tu quieras, pero tendrás a alguien siempre cuidándote,  eso no tiene discusión,  ustedes ahora son una parte importante de esta familia y no puede pasarles nada.- le dijo el italiano con imposición.

- Está bien señor Enzo,  eso lo acepto porque de verdad le temo a esa mujer, pero pídales que interfieran en mi vida lo menos posible.- ella lo miró dudosa.

- Ya arreglaré cuentas yo con la tal Samantha y por favor, no sigas diciéndome señor.

- Trataré de dejar de decirle señor pronto- le dijo con una sonrisa,  hacía días que no sonreía- en cuanto a Samantha,  déjela por favor, si Nico es feliz a su lado, no interfiera, ella solo quería separarme de él y ya lo consiguió,  a lo mejor si yo desaparezco de su campo de visión se olvidará de mí.

- Bien, solo la vigilaré para estar atentos si intenta acercarse a ti, por lo demás no podré decirle del bebé ni siquiera a Anna o se volverá loca y armará un escándalo para venir a verte. Esperemos que esto dure poco y mi hijo recobre la cordura o va a ser un gran problema para cuando el bebé nazca.

- Ya veremos, por ahora solo necesito estar tranquila,  un paso a la vez.- pidió ella.

- Está bien, ahora te queda afuera Sergio,  él también quiere verte, está muy enfadado con Nico por lo del compromiso, aunque sepa que no es su culpa, así que trata de calmarlo o irá a partirle la cara a su amigo. - le recomendó con una sonrisa- Otra cosa antes que me olvide y no sé si te va a gustar, el embarazo,  fue un plan de Nico  para que cuando te contara sobre nuestra familia tú no quisieras irte de su lado. Lo siento,  no puedo culparlo de nada, yo hice lo mismo con su madre. Trata de comprenderlo, él te ama aunque no sepa ni que tú existes.- ella no contestó nada, esa confesión la dejó perdida en sus pensamientos y el hombre salió de la habitación para que entrara Sergio.