El matrimonio arreglado de la primera hija del Conde Harris con el Duque Carnegie III y su peculiar convivencia
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Tertulia
“Uhmm no sé qué haré hoy… quizás debería organizar una fiesta del té para conocer a la prometida del príncipe y conseguir alguna información útil”
Samantha daba vueltas en la cama mirando hacia el techo, pensando como podría seguir consiguiendo información que pudiera servir de ayuda a su esposo. El clima del día estaba perfecto como para dar un paseo por el jardín así que sin más decidió salir de la cama para aprovechar el día
-Duquesa- La voz de Bastián la sacó de sus pensamientos mientras terminaba de arreglar su cabello sentada en el tocador -La señorita Habee ha llegado y la espera abajo
“Habee… pero si no quedamos hoy”
-Gracias Bastian, iré enseguida
Terminó de arreglar su cabello, las mucamas habían dejado todo listo, para el día habían preparado un vestido floral de caída suave sin armador, su cabello se encargó de trenzarlo como le había enseñado su nada de pequeña y con detalle colocó pequeños tocados de diamantes en forma de mariposas que James le había obsequiado
Bajó las escaleras sin prisa, en efecto, Habee la esperaba en el salón. La expresión desde la ultima vez que la vio en el baile había cambiado considerablemente, incluso su aspecto, lucía agotado, desgarbado e incluso un tanto despeinada
-Princesa… ¿Esta todo bien?- Los ojos cristalizados de Habee le indicaron que en efecto todo iba mal, así que sujetó sus manos entre las suyas y con una amistosa sonrisa la guío hacía el jardín -Bastián por favor prepara té y bocadillos. Que nadie nos moleste
Las ordenes de Samantha fluían de forma natural, en poco tiempo se había convertido en una duquesa apta de representar a su marido, las clases que había estado tomando surtían sus efectos
El castillo de la capital tenía un precioso jardín, cuan invernadero altas paredes de vidrio se fusionaban en punta formando un techo en forma de flor del cual caían diversos tipos de enredaderas y helechos
-Princesa, luces agotada…- Con tacto, Samantha abordó el tema de su aspecto demacrado
-Estas fechas para mi son un infierno… Samantha… me siento tan cansada
-¿Estas en esos días del mes..?- preguntó Samantha con pudor a lo que Habee respondió con una carcajada sincera
-No me había reído en días, eres joven Sam, algún día te contaré de mis penas
Bastián entró interrumpiendo la conversación, llenó rápidamente la mesa de bocadillos y sirvió el té para ambas damas
-Vendrán unas primas lejanas por parte de la familia de mi madre… Quisiera que estuvieses presente para conocerlas, son encantadoras y serán buenas amigas cuando yo no este para serlo- Las ultimas palabras las soltó casi en un susurro, tomándolas como parte de su melancolía
-Estaré encantada. Princesa… quisiera preguntarte… ¿Por qué tan repentino el compromiso de tu hermano?
-La verdad es que tampoco lo entiendo, pensé que había sido mi padre, ya sabes que pronto Haboo deberá ascender al trono, pero para eso ciertas condiciones aplican
-Así que no es una relación política
-De parte de mi padre no, pero creo que Haboo…- dudó al continuar la conversación
-Lo siento por inmiscuirme en asuntos familiares
-Ah Sam… no es eso, hay información que mientras no la sepas estarás protegida
-Entiendo… Bueno y tu cuñada ¿Te agrada?
-Es peculiar, se parece en muchos aspectos a mi hermano
-Si… aunque físicamente se parece a la hermana de James ¿No lo crees?- Samantha sin querer presiono el dedo en la herida de Habee, su rostro palideció un poco y el ceño frunció. En respuesta solo asintió
-Por cierto Sam ¿el duque salió? No lo vi al llegar
-Si, esta entrenando con sus soldados, no puedo comprender de dónde saca tanta energía- sonrió cálidamente mientras sorbia un poco de té
-Estas enamorada Samantha, eso es maravilloso, tus ojos se iluminan al hablar de él… ¿Cómo se conocieron?
-Mi matrimonio fue arreglado… No nos conocíamos. La primera vez que vi a James, ya estábamos casados y el regresaba de la guerra
-Es maravilloso que haya nacido el amor entre ustedes
-Habee ¿Por qué no te haz casado?..- Las mejillas de Samantha se sonrojaron al sentirse expuesta por su curiosidad
-El amor de mi vida murió… así que prometí nunca casarme, no importa lo que mi padre diga, haga o incluso arregle para mí, siempre logro arruinar sus planes- Sonrió llena de desdicha ante su logro
-Lamento mucho haber tocado el tema Habee, mi curiosidad…
-Es normal Sam, somos amigas, no hace falta que te disculpes, te prometo algún día contarte todo con detalles- Le guiño y alzó la mano para tomar uno de los bocadillos
-Envidio mucho tu chef, prepara unos bocadillos exquisitos, cada vez que vengo siento que aumento unos cuantos kilos porque no me puedo contener
Entre risas pasaron toda la mañana hablando, comiendo bocadillos y tomando té. Samantha podía sentir lo sincera que era Habee al compartir con ella, podía sentirla como la hermana amorosa que nunca tuvo
-Princesa… mi señora- James rodeo el cuerpo de Samantha y robó un beso inocente de sus labios al encontrarse las miradas- Ya que no terminaban su reunión decidí interrumpirles
-Oh duque, no me disculparé por eso, estábamos disfrutando nuestra fiesta del té privada
-Lo sé, las veía reír desde mi despacho… Samy, ha llegado una carta para ti, es del condado, la dejé encima de mi escritorio
-Gracias cariño- Acarició la mejilla de su esposo en muestra de agradecimiento
-El té se empalago, creo que ahora he de marcharme. Sam, te espero mañana para organizar la bienvenida de mis primas
-Estaré encantada de ir
-Duque- Se despidió educadamente y salió acompañada del guardaespaldas que la esperó fielmente en la puerta del invernadero
-Te llevas bien con la princesa Samy
-Si, me agrada mucho
-A mi hermana también… le agradaba
-¿Si?
-Si… se llevaban muy bien… quizás demasiado bien- James contestó con la mirada perdida, parecía recordar algo- Ahora que lo pienso, la edad de matrimonio de la princesa pasó hace bastante tiempo ya
-Si, me dijo que prometió nunca casarse- se encogió de hombros
-Que bueno que tu no prometiste nada de eso- James se acercó más a su esposa y la sujeto de la cintura alzándola de la silla donde reposaba, pegándola a su cuerpo fornido
-Perezosa, no querías despertar esta mañana- James recorrió con la punta de la nariz desde su mejilla hasta el borde de sus clavículas
-James, alguien nos puede ver-
-Shh no importa, aquí mando yo- Mordisqueo el cuello de la duquesa regando entre mordidas, besos y lamidas