Sangre Traidora

Aurora y Amina llegan al consorcio Lex, ajenas al derroche de testosterona que allí se respira. Por un lado, Maximus controla, lo mejor que puede, sus instintos asesinos contra Arnold, mientras que este último también desea atacarlo, ya que no le gustó el tono con el que le habló. Mientras tanto, Facundo actúa como intermediario entre ambos, para evitar que se caigan a golpes.

La oficina de Facundo es un campo, donde se desata una guerra de miradas. Dos hombres, polos opuestos en todo menos en su objetivo, se enfrentan con la intensidad de un duelo silencioso. La atmósfera, ya densa, se espesó aún más con el llamado a la puerta. Al dar Facundo la señal, Amina y Aurora irrumpieron en la escena. Aurora, el centro de la disputa, la razón de la rivalidad que alborota las hormonas masculinas, la mujer de la que Arnold se cree dueño, y Maximus desea proteger.

Todas las miradas se dirigieron hacia Aurora. Arnold buscando una figura derrotada, el rostro surcado de lágrimas, suplicando perdón y clemencia de rodillas ante el. Pero lo que encontró fue una mujer segura, la mirada desafiante. En contraste, los ojos de Maximus reflejan una admiración silenciosa, un respeto profundo y un cariño incondicional, listo para ser su escudo contra el hombre que, durante casi dos décadas, había sido el causante del sufrimiento de una maravillosa mujer.

__Buenos días__. Saludo Amina con una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando la cara de perro rabioso de Arnold al ver que Aurora no se está muriendo por volver a su lado.

__Fuiste tú, maldita, quien le metió ideas absurdas en la cabeza a mi esposa y la has orillado a querer divorciarse de mí, cuando yo soy y seré siempre el amor de su vida__. Arnold se lanza hacia Amina con intenciones de lastimarla, pero Facundo se le interpone en su camino y, al ver su rostro furioso, no le queda de otra que retroceder. Pero que no crea esa perra que se va a librar de que él la castigue por haberse metido en su relación con Aurora.

__El ladrón juzga por su condición__. Se burló Amina, quien es la que más disfruta de ver al frío y controlador Arnold Corrales explotando de ira al ya no poder tener el control sobre Aurora.

__Deja de hacerte el esposo dolido, Arnold, porque el papel te quedó grande. Así que procedamos a lo que vinimos, y eso es a firmar el divorcio. Tú pediste mi presencia para darme mi libertad, y aquí estoy. Así que sé hombre por primera vez en tu vida y cumple tu palabra.__ En las palabras de Aurora ya no hay amor hacia Arnold; él, con el pasar del tiempo, fue matando poco a poco el amor que ella alguna vez sintió por él. Lo mejor es que cada quien siga con su vida por separado antes de que él siga lastimándola como siempre.

Arnold quiso acercarse a Aurora, pero ella lo esquivó y reafirmó su palabra, exigiéndole que se ponga los pantalones y asuma su culpa, porque sobre sus hombros recae la mayor parte de la culpa por el fracaso del matrimonio. Aurora firma el acta que la declara ante la ley libre del matrimonio al que estuvo esclavizada por diecinueve años, mientras que Arnold no puede creer que su dulce, sumisa, comprensiva y fiel Aurora ahora lo vea como un extraño.

__Te vas a arrepentir, Aurora, eso te lo juro. Vas a llorar lágrimas de sangre, porque aunque este papel diga que ya no somos esposos, tú sigues siendo mía y siempre lo serás__. Arnold tomó el bolígrafo con las manos temblorosas debido a la ira que le está carcomiendo el alma y firmó el acta de divorcio, pero jurando, antes de salir de la oficina, que Aurora tarde o temprano volverá a los brazos de su dueño.

Un suspiro de alivio sale de Aurora al ver cómo Arnold abandona la oficina, pero ese suspiro es reemplazado rápidamente por un corazón acelerado, así como su respiración al procesar que ya es libre de un matrimonio en donde nunca fue feliz.

__Soy libre__. Pronunció Aurora en un susurro, sin poder creerlo.

__Soy libreeeee__. Volvió a expresar Aurora, pero esta vez en un grito cargado de todos los sentimientos que la invaden al comprender que ya nada la une a Arnold.

Amina se une al grito de celebración de su amiga, para después estrecharla entre sus brazos y felicitarla por demostrarle a Arnold que el abusador solo es fuerte mientras la víctima se deja intimidar. Pero cuando la víctima saca las garras para defenderse, entonces el abusador tiene el descaro de querer hacerse pasar por la víctima, cuando no son más que lobos disfrazados de ovejas.

__¡Felicidades, Aurora! No todas las mujeres logran liberarse de una pareja narcisista, controladora y dañina para ellas, pero tú, contra todo pronóstico, eres oficialmente libre y eso me alegra mucho.__ Aurora es envuelta también por los brazos de Facundo, quien está contento de haber sido parte del proceso de Aurora para divorciarse. Pero lo que más le alegra es que Aurora luce radiante, a pesar de que el destino le ha tirado varias bolas curvas que han hecho que su equilibrio tambalee. Pero aún así, se mantiene fuerte.

Maximus, por su parte, se ha mantenido al margen de la situación, aunque la realidad es que solo desea acercarse a Aurora y cubrirla con su cuerpo, y así protegerla del peligro que representa su exesposo. La mirada de Arnold al hablar sobre Aurora indica una obsesión por ella, que está al borde, o a lo mejor ya es enfermiza, porque quien te ama no te lastima, no te engaña; enfrentan las crisis en la relación juntos y no se van a otra cama para calmar sus penas. Él le falló a la mujer que dijo amar, la rompió y la marcó para siempre. Ahora no puede venir a pretender que ella lo perdone como si nada, cuando por dentro su corazón está sangrando de dolor.

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Holis 👋🏼.

Saludos 👋🏼.

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