¿Te Acuerdas?

Enzo y su padre llegaron a casa y se dirigieron directamente a la cocina, donde su madre estaba preparando la cena. Ella los miró con una sonrisa y les preguntó cómo había ido su día.

"Ha ido muy bien, mamá", dijo Enzo, sonriendo. "He probado mi traje de novio y papá y mi futuro suegro me han dado algunos consejos para tener un feliz matrimonio".

Su madre se emocionó al escuchar la noticia y se acercó a Enzo para abrazarlo. "Estoy tan feliz por ti, hijo. Me parece que todo está saliendo perfecto para tu boda".

Su padre se sentó a la mesa y comenzó a contarle a su madre todos los detalles de su conversación con Enzo y su futuro suegro. Enzo se sentó a su lado y escuchó mientras su padre hablaba, sintiendo una gran sensación de amor y apoyo de su familia.

"Me dijo que siempre estaré rodeado de amor y apoyo", dijo Enzo, sonriendo. "Y que siempre pueden contar conmigo para lo que necesiten".

Su madre sonrió y le acarició la mano. "Eso es exactamente lo que necesitas para tener un feliz matrimonio, hijo. Amor, apoyo y comunicación".

Enzo asintió, sintiendo que estaba aprendiendo mucho de su familia. Se dio cuenta de que estaba a punto de iniciar un nuevo capítulo en su vida, y que estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara con la ayuda de su familia.

"¿Y qué hay de la boda?", preguntó su madre. "¿Todo está listo para el gran día?"

Enzo sonrió. "Sí, mamá. Todo está listo. Irem y yo hemos planeado todo y estamos emocionados de celebrar nuestro amor con nuestra familia y amigos".

Su madre se emocionó de nuevo y se levantó para abrazar a Enzo. "Estoy tan orgullosa de ti, hijo. Me parece que vas a ser muy feliz con Irem".

"De repente, su madre expresó su deseo de ser abuela pronto."

Enzo se rió y se sintió un poco sorprendido por la pregunta de su madre. "Mamá, no te preocupes, todavía no hemos planeado nada", dijo, sonriendo.

Su madre se rió también y le dio un golpecito en la mano. "Bueno, no te preocupes, hijo. Solo estoy emocionada de pensar en ser abuela. Será un nuevo capítulo en mi vida y estoy ansiosa por conocer a mis nietos".

Su padre se rió y se unió a la conversación. "Sí, y yo estaré ansioso por ser abuelo. Podremos enseñarles a nuestros nietos todo lo que sabemos y jugar con ellos".

Enzo se sintió conmovido por la emoción de sus padres. Se dio cuenta de que ellos estaban emocionados por la posibilidad de ser abuelos y que estaba ansioso por darles nietos.

"No te preocupes, mamá", dijo Enzo, sonriendo. "Irem y yo hablaremos sobre eso pronto. Pero por ahora, solo estamos emocionados de casarnos y empezar nuestra vida juntos".

Su madre sonrió y le dio un abrazo. "Estoy emocionada por ustedes dos. Sé que van a ser muy felices juntos y que tendrán una familia hermosa".

Enzo se sintió afortunado de tener una familia tan amorosa y apoyadora. Se dio cuenta de que ellos siempre estarían allí para él y para Irem, y que podrían contar con ellos para cualquier cosa.

"Gracias, mamá", dijo Enzo, abrazándola. "Significa mucho para mí saber que estás emocionada por nosotros".

Su madre se rió y le dio un beso en la mejilla. "Siempre estaré emocionada por ti, hijo. Eres mi bebé y siempre te querré".

"Eres nuestro único hijo y te adoramos, Enzo. Cuando nosotros ya no estemos, todo será para ti y tu familia."

Enzo se sintió conmovido por las palabras de sus padres. Se dio cuenta de que ellos siempre habían estado allí para él y que siempre lo amarían, sin importar lo que pasara.

"Gracias, mamá... papá", dijo Enzo, con la voz temblando de emoción. "Significa mucho para mí saber que siempre estarán conmigo, aunque no estén físicamente presentes".

Su madre se acercó y lo abrazó. "Siempre estaremos contigo, Enzo. En tu corazón y en tus recuerdos. Y cuando tengas hijos, ellos también nos conocerán a través de ti".

Su padre asintió. "Sí, y no te olvides de contarles historias sobre nosotros. Queremos que sepan quiénes fuimos y qué nos importaba".

Enzo sonrió, sintiendo una gran sensación de paz y amor. Se dio cuenta de que su familia siempre estaría unida, aunque la vida los llevara por diferentes caminos.

"Lo haré, papá", dijo Enzo. "Les contaré todo sobre ustedes y cómo me enseñaron a ser el hombre que soy hoy".

Su madre se rió. "Y no te olvides de contarles sobre tus errores también. Queremos que sepan que no eres perfecto, pero que siempre te esforzaste por hacer lo correcto".

Enzo se sentó entre sus padres, rodeado de recuerdos y fotos de su infancia. Su madre tomó su mano y sonrió.

"Recuerdas cuando eras pequeño y te contábamos historias antes de dormir?", preguntó su madre.

Enzo asintió, sonriendo. "Sí, mamá. Me encantaban esas noches."

Su padre se rió. "Y tú siempre querías escuchar la historia del abuelo y el caballo blanco."

Enzo se rió también. "Sí, papá. Esa era mi favorita."

Su madre apretó su mano. "Esas noches fueron especiales para nosotros también, Enzo. Te hemos visto crecer y convertirte en el hombre que eres hoy."

Enzo se sintió invadido por la nostalgia y la gratitud. Sabía que sus padres siempre estarían allí para él, aunque la vida lo llevara por diferentes caminos.

"Gracias, mamá... papá", dijo Enzo, con la voz temblando de emoción. "Significa mucho para mí saber que siempre estarán conmigo."

"Recuerdo cuando tenía 8 años y papá me enseñó a pescar en el río", dijo Enzo, sonriendo. "Me acuerdo de cómo me sentí orgulloso cuando pesqué mi primer pez".

Su padre se rió. "Sí, y después quieres tirarlo de vuelta al agua porque no querías que sufriera".

Enzo se rió también. "Sí, siempre fui un sentimental".

Su madre sonrió. "Esa es una de las cosas que más te queremos, Enzo. Tu corazón es tan grande y compasivo".

"Y también recuerdo cuando perdí a mi mejor amigo, mi abuelo", dijo Enzo, con una sonrisa melancólica. "Tenía solo 6 años y no entendía por qué ya no estaba conmigo".

Su madre se acercó y lo abrazó. "Fue un momento muy difícil para todos nosotros, Enzo. Pero tu abuelo siempre estará en nuestro corazón".

Enzo asintió, recordando la sensación de vacío que sintió después de la pérdida de su abuelo. "Recuerdo que papá me dijo que el abuelo siempre estaría conmigo, en mis recuerdos y en mi corazón".

Su padre sonrió. "Sí, hijo. Y es verdad. Tu abuelo te enseñó a ser fuerte y a nunca rendirte. Eso es algo que siempre llevarás contigo".

Enzo se sintió invadido por la nostalgia y la gratitud.

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Enzo se levantó y se acercó a la estantería donde estaba el trofeo que su abuelo le había dado. Lo tomó en sus manos y sonrió, recordando el día que lo ganó.

"Mamá, papá, ¿recuerdan cuando gané este trofeo?", preguntó, con la voz llena de nostalgia.

Su madre sonrió. "Claro que sí, Enzo. Fue un día muy especial. Tu abuelo estaba tan orgulloso de ti".

Enzo asintió, sintiendo una lágrima rodar por su mejilla. "Me acuerdo de que él me abrazó y me dijo que era el mejor nadador del mundo".

Su padre se rió. "Y después te llevó a comprar un helado gigante para celebrar".

Enzo se rió también, sintiendo una sensación de paz y felicidad. "Sí, esos fueron los mejores momentos de mi vida".

De repente, Enzo recordó algo. "Mamá, papá, ¿dónde está la carta que el abuelo me dejó?"

Su madre se levantó y se acercó a un cajón. "Aquí está, Enzo. La guardé para ti".

Enzo tomó la carta y la abrió, leyendo las palabras que su abuelo había escrito para él.

"Querido Enzo, siempre serás mi orgullo y mi alegría. Nunca te rindas y siempre sigue tus sueños. Te amo, Abuelo".

Enzo se sintió invadido por la emoción y se desplomó en la cama, llorando. Sus padres se acercaron y lo abrazaron, sintiendo su dolor y su amor.

"Me hubiera encantado que mi abuelo hubiera conocido a Irem", dijo Enzo, con una sonrisa melancólica. "Creo que él hubiera estado muy orgulloso de mí por encontrar a alguien tan especial".

Su madre se acercó y lo abrazó. "Estoy segura de que sí, Enzo. Tu abuelo siempre quiso lo mejor para ti".

Enzo asintió, sintiendo una lágrima rodar por su mejilla. "Me acuerdo de cómo él siempre me decía que encontraría a alguien que me hiciera feliz. Y ahora que tengo a Irem, siento que él está conmigo en espíritu".

Su padre sonrió. "Eso es hermoso, Enzo. Tu abuelo siempre estará contigo, en tu corazón y en tus recuerdos".

Enzo se levantó y se acercó a la foto de su abuelo. "Quiero que Irem conozca más sobre él", dijo. "Quiero que sepa qué tipo de persona era y cómo me influyó".

Su madre sonrió. "Eso es una excelente idea, Enzo .