REINA VIUDA

ALONDRA.

Después de la incómoda cena quise irme a mis habitaciones, pero Marcos me lo impidió, pasamos a un salón con los invitados.

-       Vamos a brindar por nuestra nueva alianza, dijo Marcos levantando su copa.

-       Se que así será, salud por eso dijo el rey de Navarra sonriendo.

Juro que desee poder quitar esa sonrisa de un golpe, pero solo me limite a sonreír lo mejor que pude, no soportaba a estos hombres, pero que más podía hacer., Pasaron horas tomando vino y riendo de cosas sin sentido alguno, moría de sueño, la reina de ya se habia retirado y yo seguia padeciendo la compañia de estos dos, pero por ordenes de Marcos no podía dejar el salón.

-       Majestad desea que le ayude a deshacerse de este calvario.

-       Si tienes alguna idea dilo Mariana, no sabes lo que daría por salir de aquí.

-       Tengo un polvo que duerme a un caballo si se pone demás, ya sabe que puede hacer.

La mire sorprendida, pero su idea me gusto, tome el pequeño frasco y me acerco a los dos hombres.

-       Puedo irme a descansar majestad, le digo a Marcos al oído.

-       Ya te dije que esperes Alondra, quiero dormir contigo esta noche y no puedo ser descortés con el invitado, siéntate y no me hagas enojar, dijo Marcos terminado con nuestra conversación.

Respire profundo y camine a la mesa por la jarra de vino, le puse el contenido del frasco que medio Mariana y con una sonrisa les llene las copas, solo pasaran unos minutos y como si fuera magia los dos cayeron dormidos después de un sorbo de vino.

-       Creo que se le paso la mano majestad, dijo Mariana riendo.

-       Para nada, este par no merecen menos, además dijo que dormiría conmigo, sabes como me dejo la última vez.

-       Iré por los guardias para que los lleven a sus habitaciones, parece que por hoy se salvó.

Al día siguiente escuche que el rey seguía durmiendo, se formó todo un revuelo en el palacio, los sirvientes corrían y hasta se escuchó que el rey había muerto, no habían podido despertarlo y eso asusto a todos, llamaron a un médico y este dijo que su estado se debía a la borrachera, fue una desilusión, pensé que moriría, pero el maldito sigue vivo.

Los reyes de Navarra partieron muy temprano, creo que no causo el mismo efecto en este rey otro que no dudo en aparecer fue el archiduque, las noticias corrieron muy rápido y lo vi llegar corriendo al palacio, me gusto ver su cara de susto, cualquiera pensaría que tiene sentimientos por Marcos.

Recordé lo que me dijo aquella mujer y trate de observarlo lo más que pude, pero después de hablar con el medico el archiduque dejo el palacio, me dedique a ultimar los últimos detalles para la fiesta de coronación, faltaba muy poco y quería que todo fuera perfecto.

Una semana entera paso y para mi mala suerte Marcos me llamo a su habitacion privada, aunque esta vez dolio menos igual me disguta que me toque, esta vez solo estuvimos en su habitacion al pareser no se sentia muy bien y simplememte estaba cumpliendo con la fecha establecida, escuche de los sirvientes que llevaba días muy cansado y el doctor le recomendó reposo, hoy tenía mi reunión con aquella misteriosa mujer, me prepare para recibirla y le pedí a Marina vigilar los rosales y evitar que los sirvientes estuvieran merodeando por esos rumbos.

 Deje todo en orden en mi oficina, llego a los rosales y le digo a mis guardias que esperen cerca que tomare un descanso, no pasa mucho tiempo cuando veo aparecer a la mujer.

-       Su alteza gracias por esperar, dijo haciendo una reverencia.

-       Tengo mucha curiosidad por lo que me vas a decir.

-       Tenemos una hora exacta antes que tenga que volver ese es el tiempo que se demora la duquesa en la habitación del rey.

 La miro sorprendida, no se suponía que la duquesa es casada y además amante del archiduque.

-       No me mire así, como le dije antes, conozco los secretos más oscuros de este reino, pero debe prometer que a partir de ahora hará caso a todas mis recomendaciones.

-       Por su puesto, si con eso puedo salir viva de este lugar.

-       Obtendrás más que eso, se lo aseguro.