Seré La Protagonista Para El Villano

________________ en la noche.

Ya la mayor parte estaba hecha, las cosas recogidas y todo para irse mañana temprano. El rey como modo de satisfacción por la unión entre países, hizo un pequeño banquete entre ellos y sus nobles, no fue nada público. Todos disfrutaron el momento y el príncipe aprovecho para agradecerle por su hospitalidad en el castillo.

Luego de eso, Isaac y Giselle estaba en su habitación. La dama aún pensaba que mañana se irá de este reino para estar en otro diferente. Serán nuevas cosas que enfrentar.

— ¿Que tienes?— preguntó Isaac, abrazando a Giselle...— es por el viaje de mañana ¿No?

— Solo... Estaré bien— el cuerpo de Giselle tiemblan un poco a lo que Isaac se aleja y traé unos dulces en una pequeña bandeja.

— tu cuerpo no miente, estás un poco nerviosa, pero se cómo calmarte...— con un pequeño dulce, él se lo pone en la boca...— toma...

Con una risita, Giselle lo abraza para comerse el chocolate de los labios de su esposo, una vez hecho eso, Isaac no se queda ahí y la besa, mientras que la acariciaba. En lo que también dice.

— no te preocupes... No tendremos relaciones hoy, aún te debe doler ¿No?... Pero ¿Podría... seguir besándote?— miró él, de modo suplicante.

— como negarme ante ti...— aunque no irán hacer más que solo caricias, Giselle aprovecho a quitarle la camisa y tocar todo ese cuerpo esculpido mientras que se besaban, el también le quitó la bata a Giselle para abrazarla.

A solo unos segundos después, ambos solo se separan de labios y sacan una pequeña risa.

— si seguimos así, el dolor no me va importa.

— no, no... Hasta que no te recuperes por completo no lo haremos, no podría... Yo también éstoy ansioso, pero tú bienestar es el mío.

— está bien...— volvió ella besarlo con fervor...— pero no dejes de acariciarme...— y así, Isaac no dejó de complacer a su esposa de esa manera.

__________________ al día siguiente.

Las maletas y entre otras cosas ya estaba montadas, los carruajes estaban cargados de las pertenencias de la familia Rember. El rey se despidió con gusto y le desea un feliz viaje, comenzado así su marcha.

El viaje iría a ser de unos días, pues aunque la frontera estaba cerca, la ruta de viaje no le era muy favorables y más si iban con carga algo pesada. Por eso, Leonard, quién esta a cargo de proteger el viaje se encargará de guiarlos a salvo hasta Rember, también Isaac iría con él adelanté de la caravana. Ya después de varias horas, el general comentan montando en su caballo.

— príncipe. Yo estaré bien. Puede estar con su esposa.

— ella está con su madre, así que está bien acompañada.

— ya veo.

— Leonard... Te he querido preguntar algo... ¿Acaso te interesa la madre de mi esposa?— lo preguntó en un tono serio pero no molesto.

— no sabria como explicarlo, su majestad...— respondió él. Con seriedad en sus ojos...— pero sí. Lady Margareth es una mujer tan diferente, que me llama tanto la atención, al punto de querer cortejarla.

— ya veo... No estaría en contra si tienen alguna relación, ambos son adultos, por lo poco que he conocido a lady Margareth, se nota que es una mujer de carácter, también se ve que no es sumisa y es fuerte... Eso fue lo que te gustó de ella ¿Verdad?

Con una pequeña sonrisa, Leonard le responde.

— es cierto, las mujeres con personalidad débil no me gusta... Lady Margareth es algo diferente, diferente a cualquier otra mujer que he conocido. Pero, ¿Que tal si ella también termina repudiando mi apariencia por completo?... Tal vez ella no ha sido descortés conmigo viendo mi rostro, pero...

— Leonard... lady Margareth no es como esa mujer. Se que no quieres volver a confiar en una dama, pero dale una oportunidad, se que ella será la que te ayude a sanar esa herida.

— esa herida ya está cerrada. Junto con todas las cicatrices de mi cuerpo, príncipe...

— comprendo...— Isaac no siguió comentado más pues conoce el pasado de él. Así que ambos continuaron el camino en silencio.

Leonard siempre se había mantenido alejado de las mujeres porque sabe que su apariencia ya no es como la de ante y siente que será repudiado por ello, por eso, siempre ha mantenido su sentimiento cerrados hasta que conoció a Margareth... Aún así, teme que todo vuelva a pasar si abre completamente su corazón a Margareth.

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Pasaron dos días desde que el viaje había iniciado. Tan solo faltaba poco para llegar a la frontera de Rember.

Era de noche en estos momentos, en un campamento que se puso para que los viajeros descansarán.

Leonard hablaba con un grupo que lleva el viaje dentro de una tienda de acampar.

— al amanecer estaremos llegando a la frontera, donde nos estarán esperando para recibirnos. Aunque está ruta es la más segura hay que estar alerta.

— ¿Que se preocupa, general?... Hemos pasado el viaje bien sin ningún peligro...— dijo un soldado, con media sonrisa.

Leonard se reincorpora y dice seriamente.

— vive confiando y confiado morirás. Siendo un soldado debes saber que siempre hay que estar prevenidos ante todo. Recuerda que en este viaje estamos llevando a las personas más importantes del reino y tú lo tomas a la ligera.

El soldado se encoge de hombros y pide disculpas. Por ahora las cosas habían salido bien, sin embargo, Leonard no le gusta confianza de que todo sale bien porque al final siempre hay un algo.

Dentro de otra tienda, Margareth y Giselle estaban durmiendo. Era de madrugada, ambas se encontraba un poco agotada del viaje y dormían profundamente, a excepción de Margareth. Por una razón, ella se levanta y se pone su abrigo, sale de la tienda y se dirige al bosque, donde una persona se encontraba vigilando un poco alejado del campamento, el hombre mira a la dama acercarse.

— lady Margareth... ¿Que hace despierta a estas horas?

— Lord Leonard... Solo no podía dormir y decir vení a caminar... No sabría que estaría aquí.

— por favor... No tiene que mentir...— Leonard sabe leer bien las intenciones.

Con una risa, Margareth le comenta.

— tiene razón... La verdad es quería hablar con usted... Solo espero que no se moleste con mi petición.

— no habría porque, ya que usted no es el tipo de persona con malicias. Puedo pedirme lo que sea.

— Yo... He pensado que me gustaría vivir con usted en su ducado. Tal vez mi hija me ofreció venir a Rember a vivir con ella porque ya no tenía nada en mi antiguo hogar, solo malos recuerdos que quiero olvidar... Pero, no quiero ser un estorbo en su matrimonio en el castillo. Le prometo que no seré una molestia y trataré de se de ayuda en su casa.

Leonard se acerca con seriedad en sus ojos, es cuando Margareth habla rápidamente.

— ah... Si no quiere está bien, no me molestare por su respuesta-....— de imprevisto, el hombre abrazo a Margareth y ella se tensa en su cuerpo, ella no sabía que responder o como hablar, lo seguro era que su corazón no dejaba de latir rápidamente.

— yo...— antes de poder hablar, Leonard abraza más fuerte a Margareth y de inmediato saca su espada.

El general ataca con su arma a un bandido que salió de los arbustos con una daga. Sin embargo, Leonard puedo eliminar fácilmente al intruso con rapidez. Luego sale otro y también tiene el mismo destino que el primero, la sangre era inevitable, y Leonard estaba molesto, sabía que en algún momento algo iban a aparecer, pero se encargará de ellos sin que nadie salga lastimado. Él jamás soltó a Margareth para siempre protegerla, mientras que ella veía todo con impresión.