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Después De Mí

Después De Mí

Status: En proceso
Genre:Apoyo mutuo / Cambio de Imagen / Ascenso de clase social / Mujer despreciada
Popularitas:3.1k
Nilai: 5
nombre de autor: sonhar

Después de mí es una historia de amor, pero también de pérdida. De silencios impuestos, de sueños postergados y de una mujer que, después de tocar fondo, aprende a levantarse no por nadie, sino por ella.
Porque hay un momento en que no queda nada más…
Solo tu misma.
Y eso, a veces, es más que suficiente.

NovelToon tiene autorización de sonhar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 22

El olor de la comida recién preparada fue lo primero que sintió Martín al abrir los ojos. Se incorporó lentamente, con la manta todavía sobre los hombros, y notó la mesa servida con un plato caliente y una pequeña nota encima.

La tomó entre sus dedos y leyó en voz alta:

—“Come cuando despiertes 😊” —repitió, y no pudo evitar sonreír.

Se llevó la nota al pecho y cerró los ojos un segundo.

—Valeria… eres increíble —murmuró, con una mezcla de alivio y ternura.

Se sentó a la mesa, tomó el tenedor y mientras probaba la primera cucharada, habló solo, como si ella estuviera frente a él:

—Una hermana de la vida… eso me gusta. No pensé que alguien pudiera darme ese lugar después de tanto tiempo.

Mientras comía, su rostro se iluminaba poco a poco. Las lágrimas ya no eran de tristeza, sino de gratitud.

—Creo que por fin puedo sentir lo que es tener familia otra vez —dijo con una sonrisa, mirando de reojo la notita con la carita feliz.

Al terminar, se levantó, recogió los platos y volvió a dejar la nota doblada en su bolsillo, como si quisiera llevarse ese pedacito de cariño con él.

—Bueno, hora de regresar a la cama y descansar… mañana me espera mucho trabajo en el restaurante —comentó en voz baja, acomodándose la chaqueta.

Antes de salir, echó un último vistazo a la nota que dejo Valeria, sonrió de nuevo y añadió:

—Gracias, hermanita de la vida.

Cerró la puerta de su habituación, y se recostó a dormir después de darse una ducha bien rápida.

...****************...

Habían pasado seis meses desde aquella noche en la que Martín, entre lágrimas, le confesó a Valeria la herida más profunda de su vida. Desde entonces, algo había cambiado entre ellos: ya no solo eran vecinos y amigos, se habían convertido en inseparables, casi como familia.

Martín había hecho crecer su restaurante de manera sorprendente junto a Gabriel, su socio y amigo de toda la vida.

Las largas noches de trabajo habían valido la pena, al punto que ya estaban en conversaciones para abrir una segunda sucursal en otro distrito.

—Mira, hermano —decía Gabriel mientras revisaban planos y números—, si seguimos así, antes de fin de año tendremos lista la apertura.

—Lo sé —respondía Martín con una sonrisa cansada pero orgullosz —. Nunca imaginé llegar tan lejos… y lo mejor es que no lo estoy haciendo solo.

Por su parte, Valeria brillaba con fuerza propia. Con la guía de su profesor, logró convalidar la mayoría de cursos que había dejado inconclusos años atrás. Para hacerlo, tuvo que rendir un examen que exigía semanas de preparación.

Las noches eran largas, los ojos le ardían, por tanto, leer, pero Martín no permitía que se descuidara.

—Ya, Vale, suficiente por hoy —le decía, apagándole la lámpara de escritorio—. Aunque sea duerme tres horas, no te vas a matar por un examen.

—Pero me falta repasar cardiología —protestaba ella, con el ceño fruncido.

—Yo me encargo de despertarte temprano. Confía en mí, ¿sí? —le sonreía, y Valeria cedía.

Ese esfuerzo rindió frutos. Su desempeño en el examen fue brillante, y pronto ya no fue solo asistente de su profesor en el hospital: la habían asignado al área de emergencias como ayudante en las guardias nocturnas.

—Doctora en potencia, ¿cómo se siente salvar vidas en la madrugada? —le bromeaba Martín cada vez que ella volvía con la bata blanca todavía encima.

Valeria lo miraba con orgullo cansado.

—Se siente… como si por fin estuviera en el camino correcto.

Las noches en el hospital la absorbían tanto que apenas volvía al departamento de Renata. Dormía en las salas de descanso junto a los demás residentes, entre murmullos, alarmas y pasos apresurados de enfermeras.

Mientras tanto, lejos de ellos, Elías también había dado un giro a su destino. Con la ayuda de un amigo, que compró acciones de forma anónima, consiguió debilitar la influencia de los socios que lo habían estado manipulando(mafia). Poco a poco, recuperó el control de su empresa.

—Ya no tienen voz ni voto —le informó su amigo, extendiéndole los papeles que confirmaban la compra.

Elías respiró hondo, como si una carga pesada cayera de sus hombros.

—Por fin… ahora la compañía es realmente nuestra.

Su mirada se endureció al pensar en aquellos que lo habían amenazado meses atrás. Sabía que no podía confiarse, pero estaba decidido: jamás volvería a permitir que lo usaran y menos poner en peligro la vida de Valeria. En todo este tiempo no había recibido másas amenazas, nsabíaia como sentirse con eso si bien o mal, a veces pensaba que estaban tramando algo fuerte contra su familia.

Su madre y su hermana estaban ya por muco tiempo fuera del país, desde el momento que salieron del país no volvió hablar con ellas, por su amigo Marcos sabe que su hermana Nora ahora Alice, esta estudiando y trabajando al mismo tiempo y su madre solo está en casa y vez en cuando sale con alguna amiga que conoció por ahí.

Mientras Renata llevaba una vida completamente distinta. Durante esos meses, había logrado lo que muy pocos agentes podían presumir: infiltrarse en una de las bandas más peligrosas de la mafia.

Al principio, había sido un trabajo de paciencia. Ganarse la confianza de gente desconfiada, sobrevivir a pruebas absurdas para demostrar lealtad, y mantener siempre su verdadera identidad bien oculta. Pero poco a poco, se convirtió en una sombra dentro de ese mundo.

Renata aprendió la forma en que operaban: el lavado de dinero a través de negocios aparentemente limpios, el tráfico disfrazado de importaciones legales, y sobre todo, la red de contactos que tenían en lugares de poder.

...****************...

La guardia de esa noche en emergencias parecía una más: pacientes entrando con fracturas, otros con fiebre alta, algunos por accidentes de tránsito. Valeria ya se estaba acostumbrando al ritmo frenético cuando trajeron en camilla a un hombre de mediana edad con un dolor abdominal insoportable.

Los residentes mayores lo revisaron rápido.

—Apendicitis aguda. No hay tiempo que perder —ordenó uno de ellos.

Mientras preparaban al paciente para una cirugía de emergencia, le entregaron a Valeria la mochila del hombre, su identificación y su celular.

—Es tu tarea llamar a los familiares —le indicó un interno apresurado—. Necesitamos una firma y autorización.

Valeria asintió con la rutina de siempre, pero en cuanto leyó el nombre en la tarjeta de identificación, el aire se le escapó de los pulmones.

Santiago Esquivel.

Sus manos comenzaron a temblar. Sintió que la sangre le abandonaba el rostro y se quedó paralizada, con los ojos fijos en ese nombre. Era imposible… y, sin embargo, estaba allí, en letras frías y claras.

Tardó unos segundos en reaccionar. Luego, con el corazón desbocado, corrió hacia la sala de operaciones.

—¡Déjenme entrar! —gritó, pero las enfermeras la detuvieron en la puerta.

—No puedes pasar, Valeria. Solo personal autorizado —le dijo una de ellas con firmeza.

Ella se quedó clavada en el piso, las rodillas le fallaron y terminó sentada contra la pared, con las lágrimas cayendo sin control.

—Ese hombre… ese hombre es… mi padre… —susurraba entre sollozos.

En ese momento, un médico alto, de mirada serena, se detuvo frente a ella. Era el doctor Andrés Salvatierra, uno de los especialistas de cirugía general.

—Valeria —dijo con voz grave, inclinándose para mirarla a los ojos—. ¿Por qué lloras? ¿Encontraste ya al familiar del paciente? Necesitamos autorización, y el seguro que tiene no cubre todos los gastos.

Valeria lo miró, con la voz quebrada.

—Doctor… yo… yo soy su hija. Ese hombre… Santiago Esquivel… es mi padre.

El silencio que siguió fue aplastante. Andrés la observó con sorpresa, sin saber qué decir por un instante. Luego le puso una mano en el hombro.

—Entonces tienes que decidir rápido. La cirugía no puede esperar.

Valeria secó sus lágrimas con la manga de su bata, temblando, y miró hacia la puerta del quirófano donde su padre estaba siendo preparado.

Valeria, con la pluma en la mano temblando frente al papel de autorización, no pudo evitar que su mente se deslizara hacia atrás, a uno de los días más oscuros de su vida.

Flashback

Estaba en la sala principal de la casa Esquivel, todavía con los nervios de haber confesado su secreto. Su padre, Santiago, permanecía de pie, con los puños cerrados, mirándola como si fuera una extraña.

—¿Cómo pudiste hacerlo a mis espaldas? —rugió, golpeando la mesa con la palma abierta—. ¡Casarte en secreto con ese muchacho!

Valeria trató de acercarse, con los ojos brillantes de lágrimas.

—Papá, yo… yo lo amo. Pero no por eso voy a dejar mis estudios. Te lo juro, Elías me prometió apoyarme, voy a terminar la carrera.

Santiago la miró con un desprecio que la atravesó como cuchillo.

—¿De verdad eres tan ingenua? ¿Tú crees que estando casada vas a seguir igual de fácil? ¡Eres una desagradecida!

—¡No, papá! —suplicó ella—. Todo lo que hice fue por amor, yo quería que confiaras en mí.

Él la señaló con el dedo temblando de rabia.

—Eres la mayor decepción de mi vida. Tenía la ilusión, la esperanza, de tener una hija médico… pero tú lo arruinaste todo.

Valeria rompió en llanto.

—¡Papá, no digas eso! No voy a renunciar a lo que sueño, te lo juro…

Santiago giró el rostro, como si no pudiera verla más.

—Desde este momento dejas de ser mi hija. Lárgate de mi casa. Y escucha bien: la vergüenza de tener una hija como tú… es lo peor que me ha pasado.

Esas últimas palabras quedaron tatuadas en su corazón como una herida imposible de cerrar.

Fin del flashback

1
Ramona Peloso
me gusta pero tarda mucho en subir capítulos 🤔
Maria Elena Martinez Lazaro
Se supone que ese es el apellido del papá de Valeria, porque Martin tiene el mismo apellido que él?
Ramona Peloso
esta buena la historia, pero veo que sube capítulos entre 10/ 13 día, es una lástima porque se pierde el entusiasmo ☺️
Maria Elena Martinez Lazaro
excelente
Patricia Guzman Ceja
ijole aqui el problema es que con esa gente no se juega no se como Elias se fue a enredar con ellos y ahora encma este viejo que ya trae en ka mira a Valeria tambien hay no esperemos a ver que van a hacer Narrin y Elias para dejarla fuera de este asunto
Patricia Guzman Ceja
y vaya que si co esa gente no se juega y lo peor es que tampoco hay salida la unica es en un cajon y directo al panteon,que mala onda por Elias ojala encuentre algo que lo pueda ayudar a salir de ese agujero en el que se metio por tarugo y por culpa de la mama tambien por ambiciosa
Patricia Guzman Ceja
eso era lo que le hacia falta alguien con quien compartir una sonrisa alguna travesura,cin Elias lo unico que tenia era encierro e invisivilidad
Patricia Guzman Ceja
ni modo mado apechugue, lo que hizo ya no hay vuelta atras..
Patricia Guzman Ceja
que tristeza me da cuando uno se abandina,muy fuerte lo que han vivido ambas una se apago y la otra aun que logro lo que queria perdio a alguien muy importante en su vida,ojala Valeria pueda lograr su sueño lejos de Elias y su familia
Tere Jimenez
muy bueno el capítulo muchas felicidades ojalá y sigas compartiendo tus novelas
Tere Jimenez
que tipo tan cruel
Tere Jimenez
así es buen empiezo nunca es tarde para renacer como el ave fénix
yulkys mendez
que bello está palabra 💞
por dar y no recibir uno se olvida de uno uno se tiene que recontra a si mismo
Patricia Guzman Ceja
uy mija ahi tienes la resouesta a tu pregunta el nunca te considero para seguir tu sueño es ahora o nunca mandalo a volar y dedicate a estudiar lo que te apasiona
Patricia Guzman Ceja
Hola autora pues bien aqui comenzando con esta nueva historia que promete mucho y tienes razon creo que nunca es tarde para reencontrarse con uno mismo y salir adelante y nunca dejar de luchar por lo que realmente queremos,veamos como Valeria resurge de la invisibilidad en la que se convirtio su vida,gracias autora,saludos
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