La Villana Quiere El Divorcio (PAUSADA)

Esa misma noche Alyssa envió una carta a la capital y al día siguiente continúo paseando y conociendo el lugar y a los pueblerinos. Estar ahí era casi como estar de vacaciones.

Dos días después comenzó a llegar todo tipo de personas, debían analizar los terrenos y las casas, verificar los materiales necesarios para cada lugar y sobre todo para la nueva casa del Lord y para los dos nuevos lugares que construiría, si bien llevaría tiempo, sabía que el resultado sería el esperado. No solo tenía fé en ello, de hecho, tenía un buen plan.

"¿Qué... Qué está pasando?"

"¿Qué están haciendo?"

"¿Qué sucede?

Los pueblerinos observaban confundidos todo aquel movimiento, no esperaban algo así y menos para ellos que se consideraban un pueblo olvidado.

— No... No entiendo qué sucede. — Murmuró Gaspar, que era el mismo hombre que la había recibido y que hacía de jefe del pueblo. Se acercó a uno de los tantos que habían llegado y lo detuvo. — Disculpa pero ¿Qué están haciendo?

— ¿Eh? Estamos analizando todo para la reconstrucción.

— ¿Reconstrucción? — Murmuró confundido y junto a su reacción hubo muchas caras de sorpresa por esas palabras. — ¿Aquí? ¿Por qué?

— Este es el pueblo Rochester, ¿cierto? — revisó varios papeles que llevaba en las manos para confirmar sus palabras. — Son órdenes del nuevo Lord de territorio. Incluso se liberaron los fondos completos para el subsidio del lugar.

— ¿Lord?

La sorpresa era casi palpable, los pueblerinos que estaban reunidos se observaban entre si y a su alrededor mientras terminaban de captar aquellas palabras. Por su parte, aquel hombre asintió y señaló a Alyssa, ella sonrió antes de hacer una inclinación.

— Baronesa Alyssa Rubinette y nueva Lord de este territorio. — Incluso si aún tenía el título de Marquesa, en algún momento ese título despareceria, ella se encargaría de que así fuera, Por eso lo mejor era presentarse en su territorio con su título recién conseguido

Por parte de los pueblerinos, probablemente ya no podían sorprenderse más, tenían los ojos abiertos y estaban quietos mientras la observaban.

— Este pueblo ha visto épocas mejores así que es hora de devolverle el brillo que le pertenece y, por supuesto, agregar ciertos detalles más para hacerlo mejor. Todo a comodidad de todos, por supuesto y para ello, necesitaré su ayuda así que permítanme pedirles egoístamente su colaboración.

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Ese día se mantuvo dando vueltas, dirigiendo, escuchando la opinión de todos, revisando cada lugar, dando consejos y preguntando. Estaba absolutamente agotada. Entro a su habitación y fue directo al baño que Dora le había preparado, se colocó una bata ligera y al salir busco en su bolso la pequeña caja que había llegado junto con la carta.

Al abrirlo se encontró con una gargantilla de platino, era sencilla pero bonita y elegante y en la decoración del centro tenía un diamante negro que refulgia con la luz. Era la primera vez que veía uno y de algún modo le recordaba al archiduque y sus oscuros ojos, casi podía sentir su mirada sobre ella causando que se estremeciera pero negó rápidamente y agarró la carta solo para quedar sorprendida.

— ¿Me está invitando a su territorio? Además de que no se presenta, no me dice que es el archiduque pero ¿me manda una invitación a su territorio? — Alyssa suspiró. — Definitivamente su problema es ser muy malo socialmente.

Soltó una leve risa, de algún modo se le hacía adorable, torpe pero adorable. Entonces su vista se fijó en los documentos que habían llegado con la carta y el regalo, guardo ambas cuidadosamente antes de agarrar aquello y comenzar a leerlo, a medida que leía fruncía el celo, estaba cada vez más enojada.

— ¡Raven! — Gritó.

Inmediatamente apareció a su lado, incluso Dora terminó entrando en el lugar al escuchar aquel grito.

— Dígame.

— Raven, averigua cada movimiento del marqués desde hace 5 años. No importa que tan mínimo sea, quiero absolutamente todo y anexa eso al resto de información que se ha conseguido de él.

— ¿Sucedió algo, señorita?

— Ese maldito marqués... voy a hacer que pague hasta la última moneda que tenga. — Exclamó con furia mientras le extendía el papel a Dora. Incluso Raven se terminó acercando para leer.

— ¿Qué? Pero esto... — Dora hizo una mueca de desprecio y Raven negó.

— Él quería hacer de las suyas, ahora que se prepare para las consecuencias.

Ambos se estremecieron ante la Mirada de Alyssa, definitivamente el marqués deseará estar muerto.