Amor En Desequilibrio

Los días siguientes a su compromiso parecían un sueño para Nia y Ethan, pero como todo sueño, pronto se enfrentaron a la realidad. Ethan había organizado una cena para anunciar oficialmente la noticia a sus amigos más cercanos, un grupo diverso de empresarios, artistas y filántropos que habían sido parte de su vida durante años. La cita estaba fijada en un exclusivo restaurante en Manhattan, con una vista panorámica al río Hudson.

Nia se preparó con esmero esa noche, sabiendo lo importante que era para Ethan que sus amigos la conocieran mejor. Optó por un vestido negro sencillo, elegante, que combinaba con el anillo de compromiso que brillaba en su mano. Mientras Ethan la esperaba en el salón, ella se permitió un momento para calmar los nervios.

—Te ves increíble —dijo él cuando la vio.

—Gracias. Espero causar una buena impresión.

Ethan tomó su mano, sonriendo.

—Ellos te adorarán, Nia. Igual que yo.

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El restaurante estaba iluminado con luces cálidas, creando un ambiente sofisticado pero acogedor. Cuando llegaron, ya había varias personas reunidas en torno a una mesa amplia. Ethan hizo las presentaciones, y Nia intentó memorizar los nombres y rostros mientras recibía saludos cálidos y comentarios amables.

Sin embargo, a medida que avanzaba la noche, las sutilezas comenzaron a aparecer. Una de las amigas más antiguas de Ethan, Claire, una empresaria carismática y elegante, no tardó en dirigirle preguntas que parecían inocentes, pero estaban cargadas de subtexto.

—Nia, cuéntame, ¿cómo manejas tu carrera tan demandante y una relación a larga distancia? —preguntó mientras jugaba con su copa de vino.

Nia, manteniendo la calma, respondió con una sonrisa.

—Es un desafío, pero Ethan y yo hemos encontrado maneras de apoyarnos mutuamente. Creo que cuando algo es importante, encuentras la forma de hacerlo funcionar.

Claire arqueó una ceja, como si la respuesta no la convenciera del todo.

—Debe ser difícil adaptarse a su estilo de vida. Ethan siempre ha tenido una agenda muy complicada. No muchas personas podrían mantener el ritmo.

Ethan intervino antes de que Nia pudiera responder.

—Nia lo maneja mejor de lo que podría esperar. Es increíblemente dedicada y comprensiva, Claire.

A pesar del tono protector de Ethan, Nia sintió que la conversación había dejado una marca. Mientras la cena avanzaba, captó miradas furtivas y susurros entre algunos de los amigos de Ethan, como si estuvieran evaluándola constantemente.

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De regreso al apartamento de Ethan, Nia estaba en silencio, mirando por la ventana mientras las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia. Ethan, notando su estado de ánimo, se acercó y la abrazó por la cintura.

—¿Estás bien?

—Sí... Bueno, en realidad, no lo sé. Creo que algunos de tus amigos no están seguros de mí.

Ethan suspiró, sosteniéndola más cerca.

—¿Claire?

Nia asintió.

—Y no solo ella. Siento que, para algunos de ellos, yo no encajo en tu mundo.

Ethan levantó su rostro para mirarla a los ojos.

—Escucha, mis amigos pueden tener sus opiniones, pero eso no cambia lo que siento por ti ni lo que estamos construyendo juntos. Ellos solo necesitan tiempo para conocerte mejor.

Aunque sus palabras eran reconfortantes, Nia no pudo evitar que una duda se instalara en su corazón.

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Los días siguientes fueron un torbellino de emociones. Mientras Ethan se ocupaba de sus reuniones, Nia intentó concentrarse en sus ensayos, pero las palabras y actitudes de Claire seguían rondando en su mente. Decidió intentar ser proactiva, organizando un almuerzo con Claire para conocerse mejor.

Claire aceptó la invitación con aparente entusiasmo, pero desde el inicio de la reunión, quedó claro que sus intenciones no eran las mejores.

—Nia, espero que no te haya incomodado en la cena. Solo quería asegurarme de que entiendes lo que significa estar con alguien como Ethan —dijo Claire, tomando un sorbo de su café.

Nia, manteniendo la calma, respondió con sinceridad.

—Sé que Ethan tiene una vida compleja y exigente, pero también sé que ambos estamos comprometidos a hacer que nuestra relación funcione.

Claire sonrió, pero no de una manera amable.

—¿Y qué pasa si algún día no funciona? Ethan ha construido tanto... Siempre he creído que merece a alguien que pueda igualarlo en todos los aspectos.

El comentario golpeó a Nia como un balde de agua fría, pero en lugar de reaccionar con enojo, respiró hondo y la miró directamente a los ojos.

—Con todo respeto, Claire, creo que nadie puede decidir lo que "merece" Ethan más que él mismo. Y aunque entiendo que se preocupen por él, nuestra relación es algo que construimos juntos, no algo que necesita ser aprobado.

Claire pareció sorprendida por la respuesta. Aunque no dijo nada más directamente hiriente, su actitud dejó claro que aún no estaba convencida.

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Esa noche, Ethan encontró a Nia en el estudio del apartamento, practicando una nueva coreografía. La energía de sus movimientos hablaba de una mezcla de frustración y determinación.

—¿Cómo fue el almuerzo con Claire? —preguntó él, dejando su maletín en una esquina.

Nia se detuvo, secándose el sudor con una toalla.

—Interesante. Digamos que no es mi mayor fan.

Ethan frunció el ceño, acercándose.

—¿Qué te dijo?

—Nada que no pudiera manejar. Pero está claro que algunos de tus amigos no creen que sea "suficiente" para ti.

Ethan tomó sus manos, sus ojos reflejando una mezcla de ternura y determinación.

—Nia, no me importa lo que piensen. Lo único que importa es lo que tú y yo sabemos que tenemos.

—Lo sé, Ethan, pero no puedo evitar sentir que siempre tendré que demostrar que encajo en tu mundo.

Ethan la miró con intensidad, como si intentara transmitirle cada sentimiento que tenía en ese momento.

—Si hay algo que quiero que sepas es esto: mi mundo no tiene sentido sin ti. Y si algunos de mis amigos no pueden ver eso, es su problema, no nuestro.

Las palabras de Ethan fueron un bálsamo para Nia, pero también una chispa que encendió su propia determinación.

—Entonces, será su problema. Pero quiero que sepan quién soy realmente, Ethan. No pienso dejar que nadie cuestione lo que hemos construido.

Ethan sonrió, orgulloso.

—Eso es lo que amo de ti, Nia.

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A partir de ese momento, Nia decidió no dejar que las opiniones de los demás afectaran su relación. Se enfocó en ser ella misma, permitiendo que quienes la rodeaban vieran su verdadera esencia. Poco a poco, algunos de los amigos de Ethan comenzaron a cambiar su percepción, impresionados por la pasión y autenticidad de Nia.

Claire, sin embargo, seguía siendo un desafío. Pero Nia sabía que, al final, no estaba luchando por aprobación. Estaba luchando por algo mucho más importante: el amor que compartía con Ethan y la certeza de que juntos podían superar cualquier obstáculo, incluso las sombras del juicio de los demás.