La vida en los imperios los hace atravesar muchos caminos, en ese proceso el romance y la traición golpeó con fuerza, para aquellos que se rinden con facilidad , para aquellos que añoran la libertad, y otros que ven el amor como una causa perdida.
" No sabía que estaba destrozado hasta que miré tus ojos"
" lo supe desde que ingresaste por esa puerta, eres una guerra perdida"
contenido para adultos, temas sensibles , vocabulario+18 *fantasía* , relaciones entre el mismo sexo
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Inocencia
La resiliencia del joven que lo ha salvado de infinidades altercados, se desmorona por un instante, por inercia hace una reverencia disculpándose por no percatarse antes.
—Mi soberano, no sabía que usted tomaba un baño a esta hora.
—Sabes que está prohibido interrumpir al Rey.
Suspiró deslizando su mirada por el cuerpo enrojecido del Omega, cubría sus pezones cruzando sus brazos en cada costado.
—¿A qué le tienes miedo? La noche anterior lo vi todo.
Agarró la delgada muñeca hasta llevarlo una esquina. Hades se apoyó en uno de los escalones, quedando a la altura de Arom, dando la espalda. El agua cubría la mitad de sus rodillas, su torso y trasero quedaron expuestos.
Las manos del Rey rodearon la cintura, acercando su cuerpo con el suyo.
—Al menos tu aroma es agradable, ¿utilizas algún perfume?
—No.... Mi señor
Su intento de escapar sin parecer descortés fue inútil; la firmeza del tacto de Arom supera su fuerza. Sumerge sus dedos masajeándole hasta llegar a su pecho, toca y frota al mismo tiempo. "Mi... señor".
Exclamó en voz baja el joven omega sin interponerse al acto:" Eres muy sensible en este lugar, cada vez lo que toco tu voz se agudiza".
Las palabras quedaron atrapadas en la mente y garganta del príncipe sin poderlas expulsar, entre cerro sus ojos, escuchando atento los comentarios de Arom.
—Tranquilo Hades, te noto tenso, así que un masaje te hará bien.—Su cuello, muslos, y cada centímetro se envolvía con movimientos circulares.
Arom Inclinó la espalda de Hades, su pecho yace en el piso mojado por el desborde de agua, y el restó, elevado a la vista de Arom, superficialmente cubierto por algunos mechones de cabello.
Como un durazno con el centro sin perforar, rosado y blando, tuvo el deseo de morderlo y marcarlo de inmediato.
"Mi señor, la última vez fue doloroso"
—Esta vez será diferente
Tomo su parte delantera, lo masturbó lentamente, a la vez que él roza su miembro entre los muslos, después de un segundo el Omega dejo de morder sus labios, gime estremecido y deseoso, abrió sus ojos estupefacto al notar como su señor detuvo las caricias efectuadas que le dejan sin aliento" Mi señor... por favor", suplico por venirse, en respuesta Arom aumento las embestidas en las piernas de Hades, sus falos se palpan friccionados hasta que ambos llegaron al límite.
Lavo la piel del joven que reposa sin fuerzas. "Eres muy débil Hades"
—Perdone mi señor, no estoy acostumbrado a las actividades físicas.— respira bruscamente, notorio por la inconsistencia en su pecho.
Extrañamente, se sentía ligero como una pluma, una nueva sensación agradable ha sido desbloqueada. "Ya no estoy tan asustado", pensó mordiendo sus uñas y temblando del frío.
— No hagas eso, estropearás tus manos.
Lo considero una y otra vez, ese rostro dudoso levantó el interés en Arom que empieza a desesperarse por la espera. Sus labios finalmente se abrieron para tomar aire y ser sellados nuevamente .
"¿Pasa algo? " Habló buscando ocultar su mal carácter
"Mi señor, ¿ya estoy embarazado?", dicen que si realizas un encuentro íntimo, un beso o toque, quedarás embarazado.
El Rey colocó las manos sobre su boca, a punto de reír: "¿Nos hemos besado Hades?"
Desviando su rostro, el rubio mira al piso, cuestionándose así mismo su torpeza
— ¿Quieres besarme?—continuó el juego Arom
Las pupilas color avellana se iluminaron, "yo no lo sé", el hombre agarró sus mejillas, a ciegas el príncipe empuñó sus labios inocentemente, fríamente Arom responde" Eso no va a pasar".
Los párpados temblaron casi llorosos, por la vergüenza de ser burlado, desorientado, porque una parte de su corazón se oprime, de tal manera como si la meta cercana hubiera desaparecido de un momento a otro.
El hombre lo cargó entre sus brazos, las pataletas y quejidos no le estorbaron, sin saber que dentro del príncipe un fuego intenso se ha encendido. "Vas a pagarlo"