¡Casada Con Un Mafioso! ¡El Contrato!

Dean

Comienzo a reír muy alto hasta que escucho la voz de Calvin viniendo desde la escalera.

— ¿Señor Evil?

— Calvin, ¿no les contaste a tus hijos que me dieron a Hazel como pago de su deuda? Bueno, o a tu hija o tus piernas. Un trueque justo, ¿no? —digo cruzando los brazos.

— ¿Qué... A qué debo su visita? —cuestiona con la voz temblorosa.

— ¿Padre? ¿Esto es en serio? ¿Le entregaron a mi hermanita a este hombre? —pregunta la hermana.

— ¡Prometieron que no volverían a apostar después de hipotecar la casa! ¿Y ahora esto? —esta vez, el otro hermano habla indignado.

— ¡No pueden juzgarnos!

— ¡Calvin! Detente, ¡sabes que estamos mal! Elynor, Elijah, Hazel se va a casar con el señor Evil. —Lívia aparece en la parte superior de la escalera.

— ¡Tu esposa tiene más valor que tú, Calvin! —bromeo— Ahora vamos a lo que realmente importa. Les advertí que no quería que estuvieran en mis clubes de apuestas. ¿Qué estaban haciendo allí?

— ¡No perdimos! Ganamos. ¡No te debemos nada! —Calvin se defiende.

— Creo que necesitan leer mejor el contrato que firmaron. Una de las reglas era muy clara. Si entraban en uno de mis clubes, recibirían una paliza para dejarlos en la cama.

— ¡No, por favor! No les pegues, estás con nuestra hermana, eso no es justo. —la hermana se coloca entre los padres y yo.

— ¿Justo? Sería justo si tú y ese idiota ahí hubieran ayudado a Hazel a pagar la hipoteca de la casa. Sería justo si hubieran internado a estos dos adictos al juego. Ni siquiera después de vender a la hija para mí y saber que recibirían una paliza si volvían a apostar en mis clubes, ellos pararon.

— ¡No les hagas daño! Hazlo conmigo, no los toques. —suplica el chico.

— ¡No! Prometimos no volver a ningún club tuyo. —Calvin habla mientras intenta sacar a los hijos de su camino.

— ¡Conmovedor! Vendieron a la más joven y protegen a los mayores. —aplaudo— Conmovedor, pero debo advertirles para que no digan que no los avisé. Tengo asociación con todos los clubes de apuestas de esta ciudad. No quiero ver sus nombres en ninguna lista que llegue a mis manos.

— Ellos no lo harán. Tienen mi palabra. —dice el hijo.

Me levanto y camino hacia la puerta, antes de salir me vuelvo hacia ellos.

— Creo que fue mejor para Hazel quedarse conmigo. Linda familia que son ustedes. —me vuelvo de nuevo y salgo.

Al llegar, noto que la casa está vacía. Subo, me doy una ducha y decido hacer un poco de ejercicio. En el gimnasio golpeo el saco de arena mientras la música alta en los auriculares se convierte en la banda sonora del momento, mis pensamientos se centran en la noche anterior y en todo lo que hicimos juntos.

Me pierdo allí hasta que siento la mano de alguien en mi hombro y detengo lo que estoy haciendo, quitándome los auriculares. Cuando me volteo, veo a Hazel y parece estar enojada.

— ¿Pasa algo? —pregunto frunciendo el ceño.

— ¡Sí! Te llamé para resolver algo y no contestaste, me desperté desnuda en tu habitación y en las sábanas había marcas que indican que te divertiste mucho y gemiste muy alto, ya que toda la casa te escuchó. ¿Hay algo que quieras contarme? ¡Ya que estaba borracha y no estaba en condiciones de decidir nada por mí misma!

— ¿Estás insinuando que abusé de ti borracha? ¡No hice nada, o mejor dicho, sí hice y todo lo que pasó fue contigo en control! No estoy eximiendo mi culpa, pero se complica cuando quieres tanto a la persona y terminamos como ayer. Ya que querías hablar conmigo, puedes hacerlo ahora. Mi celular debe haberse descargado, incluso me sorprendió que estuviera en silencio hoy.

— Tus dos empleados Amber y Jamil estaban teniendo relaciones completamente desnudos en una de las salas VIP del café. Necesitas despedirlos.

— ¿Cuándo sucedió eso? Iba a pasar por el café, ¡pero tuve un contratiempo!

— Austin abrió la cafetería como siempre y ellos entraron con él, pero Austin se dio cuenta de que los dos desaparecieron y fue a buscarlos. Escuchó gemidos viniendo de la última sala VIP y cuando abrió los encontró en pleno acto.

— ¡Voy a solucionar eso hoy mismo! —recién ahora se da cuenta de que estoy solo con pantalones, sin camisa y sudado, y noto que ella da un paso hacia atrás, así que decido dar dos pasos hacia ella — Sobre ayer, lograste meterme todo en la boca y fuiste la primera en lograrlo. Me volviste loco, y sí, tuve que gemir alto cuando me hiciste terminar, lo tragaste todo mirándome a los ojos con una mirada de traviesa.

Mis labios ya están a punto de tocar los suyos cuando Gael entra diciendo que necesita hablar conmigo y ella se aleja casi corriendo... Maldición.

La semana pasa y Hazel trata de evitarme después de descubrir que casi se entregó a mí, y hoy es el último día del año. La noche cae y regreso a casa, estoy en mi habitación envuelto en una toalla eligiendo la ropa que usaré cuando ella golpea y le digo que entre.

— ¿Podrías dejarme pasar el Año Nuevo con mis padres? Solo necesitas mandar a estos idiotas de seguridad conmigo, no podré escaparme de ellos.

— La respuesta es no. Te quedarás aquí. No veo por qué querrías pasar con ellos, fui a su casa hace una semana y ni preguntaron por ti.

— Ellos... ¿Fuiste allí para qué? Deben pensar que estoy bien aquí.

— No pongas excusas por ellos. Incluso después de usarte para pagar una deuda, tuv

ieron la capacidad de volver a uno de mis clubes y apostar de nuevo.

— Necesitan ayuda, necesitan a alguien calificado para cuidar de ellos.

— Sabes, Hazel, no pensaron mucho cuando te pusieron en juego para pagar la deuda, pero ya con tus hermanos tendrías que haber visto cómo los protegieron cuando fui a cobrar la cláusula del contrato que firmaron conmigo para no entrar en mis clubes.

— ¡Es mentira! Mis padres me aman. Estás mintiendo.

Ella viene hacia mí y comienza a darme golpes en el pecho y la agarro y la arrojo a mi cama.

— ¿Quieres golpearme, amor? ¡Puedes hacerlo, pero aquí en nuestra cama! Me dará placer haciéndote sentir aún más placer.

— ¡Sal de encima de mí... Ahora!

— ¡Está bien! Pero no vuelvas a hacerlo, a menos que sea en nuestra cama, entonces está permitido. —ella sale de mi habitación golpeando la puerta.

Llega la hora de la cena, pero ella no está en la sala, y Jordan me alerta.

— Ya fui a su habitación, pero está encerrada allí y dijo que no va a bajar, solo quiere dormir.

— ¡Que duerma entonces!

Voy al bar que tenemos en casa y comienzo a beber. Las horas pasan y ella no baja y ya estoy un poco ebrio por la bebida. Jordan dice que faltan dos minutos para la medianoche y sale al jardín con Gael, Mayra y Anthony. Me tomo mi última copa y subo las escaleras hacia su habitación.

— ¡Abre esta puerta, Hazel!

— ¡No! Quiero estar sola.

— Si no abres voluntariamente, la abriré a mi manera.

— ¿Vas a romper la puerta? Puedes intentarlo, no me importa.

— ¡No me culpes por ser rudo contigo!

Me preparo y le doy una patada a la puerta con toda mi fuerza, rompiendo la cerradura, ella me mira sorprendida y veo que está de pie al lado de la cama. Empiezo a escuchar la cuenta regresiva abajo y camino hacia ella con cada número que se dice y cuando llega a uno, la agarro y la beso, no sé si son los fuegos artificiales afuera, pero algo está explotando también aquí dentro.

Ella no rechaza mi beso o ¿será que soy yo quien está usando demasiada fuerza? ¡Sea lo que sea! Al menos no me está empujando, cuando el silencio reina abajo, detengo nuestro beso por falta de aire, la miro con algo ardiendo dentro de mí.

— Te besaré así en todas las vísperas de Año Nuevo en adelante. No puedes pasar la víspera lejos de mí.