El matrimonio arreglado de la primera hija del Conde Harris con el Duque Carnegie III y su peculiar convivencia
NovelToon tiene autorización de Jesse25 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Máscaras
El salón dorado del castillo imperial estaba decorado a detalle, lucía impresionante y los invitados parecían combinar con el ambiente
-Estas preciosa Samantha- Habee susurró en mi oído mientras nos saludábamos
-Tu también lo estas princesa, ese color te queda estupendo
-Gracias, ya verás el vestido de mi nueva cuñada, es espectacular, ese color es aún más bello
¿Cuñada? Quizás el otro motivo del baile era anunciar el compromiso del príncipe
Sentí unas grandes manos recorrer mi cintura. James me rodeo por la espalda - Princesa, le dejaré a cargo la duquesa unos minutos mientras me reúno con su padre. Le pido no la deje en mala compañía- Me giró entre sus brazos y tomó con sus dedos mi barbilla juntando nuestros labios en despedida. Se marchó dejándome atontada, cada vez disfruto más sus besos
-Que románticos son- Habee juntó sus manos en una adorable expresión mientras hablaba
-Ya encontrarás un buen esposo tu también princesa...- Su expresión se endureció rápidamente y su mirada se apagó. ¿Acaso dije algo malo?
-Por ahora vayamos a tomar vino duquesa, con estás máscaras haremos fiesta- divertida
Sentía mucha curiosidad de la conversación que James tendría con el emperador... Se supone que no son cercanos después de todo lo que pasó
-Habee ¿Qué crees que estén hablando los hombres por allá?- pregunté señalando discretamente a su padre y mi esposo
-Quizas de las nuevas alianzas que se harán... No importa- se encogió de hombros- comamos
Habee me había arrastrado a una mesa cercana al bufete, no puedo entender como en esa estrecha cintura cabe tanta comida
Al cabo de unos minutos ya estaba mareada de tantos saludos que tenía que corresponder por estar sentada al lado de la princesa hasta que la vi tensarse cuando una dama se acercó
Su cabello caía sobre sus hombros en forma de rizos, ojos azules como la noche y mejillas sonrosadas, definitivamente era una mujer muy parecida a la del cuadro en el despacho de James
-Princesa, duquesa- La elegante mujer hizo una reverencia hacia nosotras saludando- Soy Melissa Loreto, princesa de oriente
-Bienvenida princesa- saludé, Habee se limitó a sonreír
Los siguientes 30 minutos se continuaron de habladurías por parte de Melissa y un extraño comportamiento por parte de Habee quien parecía realmente... Interesada, en la princesa
La fiesta marchaba tranquilamente, anunciaron el compromiso del príncipe heredero y James lucía más tenso que nunca cuando veía a la pareja juntos. Estoy segura de que recuerda viejos tiempos con su hermana
-Mi señor... Vámonos- Le solicite susurrante al oído. A lo que él solo asintió, nadie lo notaría, estábamos hacia ya unos minutos viendo las estrellas desde uno de los balcones por lo que aprovechando el momento nos encaminamos directo al carruaje
-Adelante mi preciosa duquesa enmascarada- sonreí y tomé su mano, cada día nuestra relación mejoraba más y más, me sorprendía lo romántico y tierno que llegaba a ser
-Estoy exhausta, no soporto los zapatos- Expresarme con confianza a solas con James era de las mejores cosas que teníamos al estar juntos. Con suavidad sacó ambos zapatos de mis pies y los acaricio con masajes liberadores durante todo el camino
-Te veías preciosa hoy... Aún te ves...- Su voz ronca me indicó los deseos nada ocultos
-Tu también te ves... Muy bien mi señor
El camino era corto, pero suficiente para incrementar las llamas del fuego que apagariamos en nuestra habitación
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
-Yo... Te amo...
-Lo sé, yo te amo a ti también pero...
-Pero nada, por favor, si nos amamos, escapemos
-No puedo... No puedo hacerle esto a mi familia y tú tampoco
Sus besos recorrían mis labios bajando por mi cuello, dejando marcas invisibles de la pasión sentíamos. Con suavidad sus dedos se abrían paso en mi interior el cual los arropaba cálida y húmedo
-Yo siempre te voy a amar
-Pero solo amarnos no basta...
Dolía tanto que quemaba mis entrañas, mi alma. Esa noche, todo nuestro amor lo dejamos marcado en nuestra piel, esa sería nuestra última noche
tendremos que averiguar