A veces no podemos sumergir tanto en una historia, en una persona, que se nos olvida por completo nuestro mundo y obligaciones.
Este es el caso de benjamin, un chico de 25 años obsesionado con la perfección. Adicción que lo llevara al límite de sus límites mentales.
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Cap 15
-no, ¡no! Benjamín, ¿te volviste loco?
-Thomas, ¿confías en mí?
-con mi vida, hermano.
-por eso fue que me tiraste en la madrugada desde un segundo piso, idiota
Le solté un golpee en la cabeza, y este no hizo más que reírse
-no te paso nada, llorón.
-me duele la espalda, pedazo de animal.
Volvió a reír y está vez a carcajadas, tanto que le dolió el estómago
...
Era domingo por la noche
-Thomas voy a salir a comprar la cena
Le grité desde la cocina, él respondió desde su habitación
-okay
Salí y al cerrar la puerta me fijé en la casa de mi abuela, justo afuera Sofía estaba con un chico que estaba encima de una bicicleta, sonriendo como un idiota
-Sofía
Volteo a verme y el rostro se le transformó en una mueca llena de preocupación, el chico también volteo a verme y este se asustó, lo reconocí de inmediato, era ese maldito niño que me había apriedado el otro día.
Sofía se acercó a mí y con pena en los ojos me habló
-cuénteme, tío
-¿ese quien es?
Sofía dudó un poco, en sí sería bueno o no contarme
-es Andrés, tío
Maldito niño, murmure
-diga, tío
-nada, ¿a qué hora se va?
-ya se va, me voy a despedir y vuelvo.
Fue, le dijo algo al chico, le dio un beso en la mejilla y este agarro la bici y paso delante de mí, no me volteo a ver, sabía el pecado que tenía encima
-listo tío, voy a ir a terminar mis tareas
-espera Sofía ¿dónde conociste al mocoso?
-es de mi clase, es un año mayor que yo.
No respondí nada, y Sofía se despidió, al ver que Sofía entró a la casa, me acerque a la carretera y agarre una pierda que estaban en nuestro jardín, para mi suerte el mocoso no había ido muy lejos, sabía que planeaba regresar, por eso pedaliaba tan lento, tome un buen impulso y lance la piedra, cayó justo en el blanco. Su cabeza
Este emitió un chillido, se cayó de la bicicleta, en mi rostro se pintó una sonrisa genuina y alegre, me encamine a la tienda
.....
-Thomas ya regresé, ¡ven hacer la comida!
Entre a la cocina y dejé las bolsas, me llamó desde la sala, entre a la sala y lo vi sentado en el sofá con luisa, ella se veía triste y él le sostenía la mano
Me quedé quieto, en el marco de la puerta de entrada a la sala
-ven Benjamín
Habló Thomas, luisa volteo en mi dirección y esos ojos verdes claros volvieron a paralizarme, se puso de pie, vi a Thomas y estaba a nada de estallar en carcajadas
-buenas noches, Benjamín, quería... Vine a disculparme, por lo que te culparon
-¿Qué?
-si, ayer en la madrugada un loco se metió en mi casa y me empujó por las escaleras. Eso me hizo darme cuenta de que no le agradecí a Thomas por atrapar a ese loco y disculparme contigo, ya que te culparon por algo que no hiciste, supe que te agredieron
-como... ¿Como así que se metieron a tu casa?
-como lo escuchaste Benjamín, al parecer un amigo de tal Alfredo fue a agredirla.
Habló Thomas, fingió una seriedad que desconocía en él
-¿puso la denuncia?
-eso es lo peor Benjamín, la pobre Luisa no fue a la policía
Volvió a hablar Thomas, con esa seriedad que me dio fue escalofríos
-no, no, la verdad ya no quiero más problemas y que los periodistas estén fuera de mi casa, además pensé que eso tal vez los puede afectar a ustedes
-como ya te dije luisa, eres una persona muy bonita, pero debiste pensar en ti primero, que tal ese loco vuelva a entrar a tu casa
Thomas eran quien hablaba, yo estaba ahí parado con cara de estar aguantado una explosión dentro de mí, sentí como el sudor se empezaba a formar en mi frente
-por eso decidí irme de esta ciudad e ir a la capital, tengo familia haya, eso debí hacer desde el primer momento que pude escapar de ese loco.
-eso es bueno.
Pude pronunciar algo después de un largo silencio
-si, Benjamín, de verdad discúlpame por los problemas que te cause
-no se preocupe. ¿Cómo sigue con el embarazo? ¿No paso nada, por lo del ataque de ayer?
-¿cuál embarazo?
Sentí la tensión correr por el cuerpo de Thomas, la sonrisa que le sostenía a Luis desapareció a la velocidad de la luz, y esta lo miro confundida por mi pregunta.
-disculpe, usted sabe que los rumores no demoran en recorrer todo el pueblo.
-ah, pero no, no estoy embarazada, a diferencia de lo que muchos creen, el no abuso de mí.
A Thomas se le empezó a perlar la frente por el sudor, y no, no era por el horrible calor que hace en Texas.
-algo bueno, dentro de tanto desastre, bueno Luisa, un gusto verte con bien, espero tu viaje sea rápido y llegues sana y salva a tu destino.