CADENAS DE PASION

●Leonardo: ¿Acaso no entiendes o eres estupida? Ya te he dicho varias veces que no me respondas. Tú te casarás conmigo y ese será el final de la conversación. Cuando yo muera, si en ese momento decides que quieres irte, eres libre de hacerlo. Pero mientras yo esté vivo, estarás aquí a mi lado. En lo que respecta a mi hija, si deseas que ella continúe tratándote de esa manera, optaré por permitirlo hasta que te canses de esa situación de maltrato. Sin embargo, debes tener en cuenta que tú, al convertirte en mi esposa, gozarás de más poder y recibirás mayor respeto que ella. ¿Me has escuchado? Como esposa, tienes la responsabilidad de comportarte de una manera adecuada. Tienes que ser más fuerte y no permitir que nadie, sin importar cuán poderoso sea, te menosprecie. ¿Está claro?

●Inés: Salí de aquella habitación llena de lágrimas. No quiero casarme con ese señor. Dios, ¿qué he hecho para merecer esto? Las pruebas que me pones son tan difíciles, no sé si podré soportar todo esto. Solo deseo pasar el resto de mi vida junto al hombre que más amo y con mi familia. Solo quiero regresar y estar a su lado. Por favor, Dios, que Manuel siga vivo esperándome. Así pasaron varios días y comenzaron mis clases, mientras mi boda se acercaba. .

●Marina: Mira, tía, cómo esa maldita está disfrutando de mi dinero. La odio con todas mis fuerzas. Con esa carita de inocente logra engañar a mi padre, pero a mí no me va a engañar. Tengo que encontrar la manera de deshacerme de ella antes de que mi padre see case con ella.

●Carlota: No te preocupes, querida, tengo un plan muy ingenioso. Escuché a las criadas comentando que esa ramera mala está pensando en escapar de esta casa y ha estado pidiendo ayuda a todos los que están aquí. Sin embargo, el temor que le tienen a tu padre les impide actuar. Además, mencionan que ella estaba comprometida y estaba a punto de casarse, pero ocurrió una tragedia que la llevó a caer en manos de los tratantes de esclavos. No me extraña que no parezca una esclava común; incluso sabe leer y escribir. Estoy convencida de que proviene de una familia acomodada.

●Marina: ¡Ya basta, tía! No me importa si ella viene de una buena familia, lo único que quiero es que se largue de mi casa; la odio. Mejor cuéntame cuál es el plan que tienes en mente. Hablaste y hablaste sin parar, pero no terminaste de decirme cuál era tu estrategia, y ya me tienes bien curiosa.

●Carlota: Escucha, niña, cálmate. Solo te estaba comentando lo que han estado diciendo las criadas. Ahora, préstame atención: ¿qué te parecería si le damos dinero a esa tonta y la ayudamos a que se escape? De esta manera, no se casará con tu padre y tu herencia se mantendrá intacta. No importa si perdemos algunos reales, prefiero eso a que ella se quede con toda tu fortuna. ¿No lo crees, Marina?

●Marina: Tienes razón, tía. ¿Qué importan unas cuantas monedas de oro si tenemos la oportunidad de quedarnos con toda la herencia? Vamos, tía, necesitamos hablar con esa sucia mujer, pero debo mostrarle una actitud amable para que confíe en nosotras. Salí de mi habitación con una sonrisa en el rostro. Entramos en la sala y allí se encontraba Inés. La miré fijamente y dije: Salgan todos ustedes, tengo algo importante que discutir con Inés, incluyendo a ti, Ascanio. Sal de aquí. Una vez que me quedo a solas con esta persona, la tomo de la mano y le digo: 'Inés, quiero pedirte disculpas por todo el daño que te he causado. Estaba cegada por la rabia, pero estos días me han hecho reflexionar. Tú no tienes la culpa de nada; eres una víctima desafortunada del destino. Por eso estoy aquí, he venido a ofrecerte mi ayuda. Ya me he enterado de todo lo que has pasado, así que dime qué es lo que quieres hacer y yo estaré a tu lado para apoyarte.'

●Inés: Me quedé sorprendida al ver a Marina entrar en la sala y pedirle a todos que salieran, excepto a mí. Ya me estaba preparando para atacarla si intentaba lo mismo conmigo, pero para mi sorpresa, eso no ocurrió. La miré, un tanto confundida, mientras escuchaba lo que me decía. Aunque estoy convencida de que su ayuda no es genuina y que no lo hace por las razones que menciona, sino más bien para apartarme y asegurarse de que no me quede con su dinero, estoy dispuesta a aceptar cualquier tipo de asistencia que me ofrezca. Si eso significa que podré regresar a casa y reunirme con mi familia, lo haré, sin dudarlo, La miro a los ojos y le digo con sinceridad: Gracias, señorita Marina, por toda su ayuda. Siempre se lo voy a agradecer. Por favor, ¿podría ayudarme a marcharme de este lugar?

● María: Bueno, escucha con atención, Inés. Esta es tu única oportunidad para escapar. Hoy a la medianoche vendré por ti, así que prepárate. Toma esto; son unos billetes. No es mucho, pero te servirán para pagar el pasaje en el barco hasta tu tierra.

Además, hay algo muy importante que debes tener en cuenta: no puedes quedarte aquí por mucho tiempo. Apenas amanezca, tienes que ir al puerto y embarcarte. El resto depende de ti. Así que te deseo mucha suerte. Nos vemos en la madrugada. No me falles, Salí de esa habitación con una sonrisa de triunfo. Ascanio me observó, y luego entró para ver a Inés, pero eso no me preocupaba en absoluto. Tía, ya hablé con ella y aceptó irse de aquí hoy mismo. Nos desharemos de esa sucia ramera.

●Carlota: Qué bueno, mi pequeña. ¿Ves? Te lo dije, esa mujer no dudaría en aceptar nuestra propuesta, ya que haría lo que sea necesario para escapar del control de tu padre. Ahora debemos tener muchísimo cuidado para que él no se entere de nada, porque si lo descubre, nos castigará igual que la última vez que lo traicionamos.