El Mafioso Se Robó A La Novia

Mireya estaba a punto de encontrar la libertad, pero fue interrumpido por un matón de Lucas que puedo interceptar a Mireya,

—¡por favor suéltame!—grito e imploro Mireya, sabía que Lucas tendrías represalias contra ella si no lograba escapar,

Ella trata de luchar, pero es noqueada por el matón que de un golpe la deja inconsciente,

Ella fue llevada de nuevo a la mansión de Lucas,

*Mireya esposada*

Cuando logra recuperar el conocimiento estaba esposada y Lucas estaba frente a ella enojado dispuesto a hacerla sufrir y pagar el precio,

Mireya despertó aturdida, con la cabeza pesada y las muñecas adoloridas por las esposas que las mantenían inmovilizadas. Su mirada se desenfocó por un momento hasta que reconoció la fría habitación donde Lucas solía encerrarla cuando quería castigarla. Allí estaba él, sentado en una silla frente a ella, con el ceño fruncido y una sonrisa oscura que dejaba claro que estaba disfrutando de su posición de poder,

—¿Creíste que podías escaparte, Mireya?—preguntó Lucas con una voz llena de sarcasmo, mientras se inclinaba hacia ella— Eres más ingenua de lo que pensaba,

Mireya bajó la mirada, sus ojos llenos de lágrimas contenidas, No quería mostrar debilidad, pero el miedo era más fuerte, No había forma de que pudiera enfrentarse a él en esas condiciones,

—No quería huir...—murmuró, intentando ganar tiempo— Solo necesitaba aire, Lucas,

Lucas soltó una carcajada fría, claramente incrédulo ante sus palabras, Se levantó de su silla y caminó alrededor de ella como un depredador acechando a su presa,

—¿Aire?—repitió con una voz burlona— No me mientas, Mireya, ¿Sabes lo que más odio? La traición, Y tú... tú intentaste traicionarme,

Lucas se detuvo frente a ella, inclinándose para tomar su rostro entre sus manos de manera brusca. Mireya sintió el nudo en su garganta crecer, pero se obligó a mantener la calma,

—¿Qué voy a hacer contigo ahora, Mireya?—preguntó, su tono mezclando decepción y amenaza— ¿Debo enseñarte lo que pasa cuando intentas desafiarme?

—Por favor, Lucas...—suplicó Mireya, tratando de controlar el temblor en su voz— No lo volveré a hacer,

Pero Lucas no parecía dispuesto a perdonar tan fácilmente. Sacó una pequeña llave de su bolsillo y liberó las esposas, solo para sujetarla con fuerza del brazo y arrastrarla fuera de la habitación. Mireya apenas podía mantenerse en pie mientras él la conducía por los largos pasillos de la mansión,

—Si no aprendes con palabras, lo harás con hechos—dijo Lucas, abriendo la puerta de una habitación desconocida para Mireya,

El lugar estaba casi vacío, excepto por una cama sencilla y una cámara de vigilancia en la esquina del techo, Mireya sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al darse cuenta de que Lucas tenía todo planeado,

—Aquí estarás, sola, hasta que entiendas que tu lugar está a mi lado, Sin comida, sin agua. Quizá así aprendas a valorar lo que te doy—dijo Lucas, soltándola con brusquedad,

Mireya cayó al suelo, su cuerpo debilitado por el miedo y la desesperación, Lucas salió de la habitación sin decir más, cerrando la puerta con llave detrás de él, El sonido del cerrojo fue como una sentencia para ella,

Mireya encerrada y aislada

Horas se convirtieron en días, El tiempo en esa habitación parecía infinito. Mireya trataba de mantenerse cuerda, pero la soledad y el hambre la estaban destruyendo, Cada vez que escuchaba pasos acercándose a la puerta, su corazón latía con fuerza, esperando que alguien la rescatara o que Lucas finalmente le permitiera salir,

—¿Esto es todo lo que queda de mí?—susurró, mirando sus manos temblorosas,

Los pensamientos de Mireya iban y venían, recordando momentos de su vida antes de Lucas, de cómo su risa solía llenar los días y de cómo todo se había convertido en un oscuro laberinto, Pensó en Caesar, en lo que diría si la viera ahora. Pero incluso la idea de volver a amar o confiar en alguien le parecía un sueño imposible,

La visita inesperada

Una noche, cuando todo estaba en silencio, la puerta se abrió de repente. Mireya se sobresaltó, esperando ver a Lucas, pero en su lugar apareció una mujer, una de las empleadas de la mansión,

—Rápido, come esto—dijo la mujer en voz baja, entregándole un pequeño paquete con pan y agua,

Mireya dudó por un momento, pero su hambre era demasiado, Tomó el pan y comenzó a comer con avidez,

—¿Por qué me ayudas?—preguntó Mireya entre bocados,

—Porque no puedo soportar lo que te están haciendo—respondió la mujer, mirando nerviosa hacia la puerta— Pero debes ser fuerte, Lucas no perdona, y si descubre esto, ambas estaremos en peligro,

Mireya asintió, agradecida por ese pequeño acto de bondad en medio de su tormento. Aunque su situación seguía siendo desesperada, el gesto de la mujer le dio un mínimo rayo de esperanza,

El plan de Lucas

Mientras tanto, en otro lugar de la mansión, Lucas se reunía con sus hombres, planeando su siguiente movimiento. Había recibido ofertas de algunos de sus socios para intercambiar a Mireya por favores políticos y financieros, pero Lucas no estaba dispuesto a soltarla tan fácilmente. Para él, Mireya era más que una posesión, era un símbolo de su control y poder,

—Quiero que todos sepan lo que pasa cuando me desafían—dijo Lucas, encendiendo un cigarro— Mireya será un ejemplo, pero también mi trofeo,

Sus hombres asintieron, sabiendo que discutir con Lucas solo les traería problemas,

Mireya, decidida a no rendirse pero era muy difícil se sentía agotada y fuera de si, a los 20 minutos Carmen entro a la habitación para molestar a Mireya