Cita Con El CEO

Al siguiente día, Esteban vuelve a su Penthouse y le escribe un mensaje a Soledad, pidiéndole hablar. Después de algunas horas que ha utilizado para descansar, ellos se reúnen y él, por primera vez, prepara un café para ella. Son más de las 14hs, pero esa bebida jamás se rechaza, menos Soledad, quien es adicta a él.

—¿Puedes quedarte el mes completo?— cuestiona el CEO directamente.

—Sí, señor. No hay problema.— ha sido lo pactado cuando le ordenaron viajar con ellos. Tal vez podía negarse e irse, pero la realidad es que necesita este dinero y su buen sueldo, aunque eso signifique viajar de impreviso por un determinado periodo de tiempo.

— Te lo agradezco. Mientras que mi padre se recupera, trabajaremos desde la empresa principal y conocerás la ciudad.

—Está bien.

—Empezaremos mañana. Hoy puedes salir y recorrer— el timbre suena y Esteban va a abrir, dejando ingresar a Braian— Él será tu guía.

—Sí, hermosa. Nos divertiremos mucho —dice provocativamente, mientras sonríe.

—Johana estará feliz— ataca con sarcasmo el jefecito, recordándole a su amigo quién tiene que ser de su interés.

Cuando la secretaria y su segundo al mando se van del departamento, Esteban vuelve a dormir, cansado de estar toda la noche despierto.

El dúo camina por las lindas calles del centro con lentitud y ciertas pausas, permitiéndole a Soledad observar cada detalle de sus tiendas.

—¿Entonces, tienes novia?— cuestiona la rubia para sacar tema de conversación.

—No, hermosa. Todavía no, aunque espero ser correspondido.

—¿Sí te ve conmigo aquí, no se enojará?

—Lo dudo mucho porque ni siquiera sospecha de que yo tengo un sentimiento fuerte por ella.

—¿Y ella por ti? Tal vez, si siente celos, no serán por lo que tú digas, sino por lo que ella siente.

—No lo sé. — dice con sinceridad —Pero es imposible que nos cruce cuando este es su horario laboral.

—¿Trabaja en la empresa del señor Arango?

—Sí, después la conocerás.

—¿Podemos ir ahora? Quisiera adelantar mi recorrido por la empresa.

—¿De verdad? ¿Es tu día libre y quieres pasarlo en tu lugar de trabajo? Eres rara chica.

— Oíga, no me insulte. Solo deseo conocer sus espacios para trabajar con eficiencia a partir de mañana. No quiero recorrer un edificio en mi horario laboral, ni tardar una eternidad cuando el jefe me pida un café o una fotocopia.— se excusa con una buena razón.

Braian le cumple el pedido a Soledad y le envía un mensaje a Esteban para anunciarle que su dedicada secretaria quiere conocer las instalaciones, además le saca una foto disimuladamente a la rubia cuando observa con atención el imponente edificio frente a ella, para mandársela también a su mejor amigo con la siguiente frase: "Está feliz de estar aquí y parece orgullosa de lo que has logrado"

Si bien lo escrito es su apreciación, no está muy lejos de la realidad. Los pensamientos de Soledad se basan justamente en eso. Admira la capacidad de Esteban para manejar dos empresas con la distancia significativa que existe. La fachada de ambos edificios son hermosas con sus grandes ventanales que parecen espejos y el interior, al menos de la empresa uruguaya; tiene una decoración maravillosa.

—¿Entramos?— cuestiona Braian después de permitirle diez minutos de observación.

Las grandes puertas son abiertas por dos guardias grandotes de seguridad y estos inclinan la cabeza al ver a Braian, puesto que es quién se ha encargado del negocio.

—Chicos, ella es la señorita González, la secretaria y asistente del CEO. Tiene pase libre para entrar a cualquier espacio.

—Sí, señor— dicen al unísono sonando como militares.

Luego, ambos se acercan a recepción y el castaño procede a hacer la misma presentación, además de brindarle un pase tipo collar que puede utilizar en caso de que alguien quiera impedirle un permiso.

En la empresa son muy cuidadosos con algunas cosas y también existen pisos bastante restringidos para los empleados, aunque Soledad puede ingresar, al mostrar la tarjeta o con la llamada de Esteban.

—¿Podemos adelantar trabajo?— cuestiona ella, logrando que Braian alce una ceja.

—¿Puedes quedarte a vivir en Colombia? Necesitaré a alguien así de dispuesto cuando Esteban vuelva a Uruguay.— bromea.

— Lamentablemente, no puedo dividirme en dos, sino lo haría con gusto por el beneficioso sueldo— continúa con el mismo tono bromista.

Pocos minutos más tarde, empiezan a organizar todo para trabajar en el que es su escritorio y le escribe un nuevo mensaje a Esteban.

"La jefa me ha puesto a trabajar. Conseguiste una futura esposa igual de demandante que tú"

El CEO está pensando en posibles nuevos productos cuando le llega el último mensaje de su amigo.

¿La jefa y futura esposa? — se cuestiona mentalmente, aunque la imagen de Soledad admirando su empresa está por encima de ese mensaje y supone que se trata de ella.

Sonríe inconscientemente, conociendo la actitud que a veces toma Soledad y lo exigente que parece cuando se trata de documentos. Esos mismos que deben estar en orden sin importar hace cuanto fueron emitidos.

Si bien tiene todos los contratos en el archivero de Recursos Humanos, su secretaria le pidió permiso para escanearlos todos y colocarlos en una carpeta de la nube de su computadora, por las dudas de que se pierdan o se deban leer lejos de la empresa. A lo que él accedió, y si se enterase de que el edificio Colombiano sigue con su antiguo formato, querrá tomarse unos días solamente para eso, como horario extra.

"No seas payaso y hazle caso a Soledad, sino ella será la próxima encargada y te despediré"— le contesta riendo, aunque su amigo no lo sabe.

—Un bono por tu consideración— murmura Esteban transfiriendo dinero a la cuenta directa de su secretaria.

A la rubia le llega una notificación al celular, pero no le brinda importancia porque está muy ocupada con Braian y los tantos productos que deben lanzar este mes.

—No me gusta la publicidad— menciona ella, viendo la idea de los estudiantes de Marketing.

—Deben mejorar— concuerda él, aún con la respuesta de su amigo grabada en la mente.

¿Será posible que considere despedirlo para colocar a Soledad al mando? Sí, sabe que es muy capaz de hacerlo y no duda de que eso suceda en el futuro.

Su querido amigo, sin esperarlo ni darse cuenta, se ha convertido en un hombre bastante dependiente de su secretaria. Quiso traerla al país cuando no es necesario y utiliza su excusa de trabajar porque sino no pudiese tenerla cerca, ya que en sus "vacaciones" podría alejarse de él y vivir una experiencia sexual extranjera.

Lo que el CEO no sabe ni sospecha, es que Soledad tiene un hombre rondando su cuerpito y este justamente se encuentra en Colombia. Podría avisarle, pero no lo hará. Primero planeará la cita con alguna modelo de esas que le atraen a Esteban y dejar que las cosas sigan su rumbo. Porque nunca se sabe qué podrá pasar. En realidad ambos pueden pasarla bien independientemente y sus vidas pueden tomar un rumbo romántico, sin necesidad de intercambiar entre ellos sus fluidos.

—¿Estás bien?— pregunta Soledad notando a Braian en otro mundo.

—Sí, perdón.

—¿Necesitas un descanso o que te traiga algo?

—Un café, por favor.— Ella asiente y sale de la oficina.

Al llegar a la pequeña cocina, encuentra a una chica sola. Ella es castaña, de pelo corto y viste elegante.

—Buenas tardes— saluda la rubia al entrar e ir directo a la cafetera y obtiene la misma respuesta.

—¿Eres nueva?— cuestiona con curiosidad, mientras se levanta de su silla y camina hacia Soledad.

—Algo así, he venido con el CEO desde Uruguay— menciona terminando de servir el café en una bonita taza.

—Un gusto, soy Johanna Velázquez, gerente de ventas. — tiende su mano y la rubia la estrecha, presentándose como corresponde. —¿Desde cuándo el CEO requiere de asistentes?

— No entiendo tu pregunta.

— Sinceramente, te diré algo y tendrás que guardar el chisme...— susurra y Soledad asiente, bastante emocionada por obtener un rumor de su jefe—, él odia que invadan su privacidad. Sus antiguas secretarias solo estaban aquí, en la empresa, pero ninguna preparaba un cambio de ropa, ni conocía la dirección de su casa.

—En Uruguay todo es nuevo para él, entonces yo lo he despertado en su casa, he sido su cocinera y he preparado su vestimenta. Luego vamos juntos a trabajar y...— hace silencio al notar la sorpresa de Johanna en su cara. Tiene los ojos tan grandes que parece que se saldrán de sus cuencos.

—¡Eso es esclavitud maternal!— ríe por su dicho bromista, pero se pone sería contemplando la posibilidad de un diferente CEO.—¿Estás segura de que hablamos del mismo hombre?

—¿Esteban Arango?— cuestiona Soledad, ya que es el único CEO y jefe que tiene. Tal vez Johanna debe lidiar con otro hombre.

—¡Es el mismo!— susurra la castaña—Por Dios, tiene fobia a que toquen sus cosas. Aunque confiará demasiado en ti.

—No lo sé, después de que firmé el contrato, me nombró también su asistente. No nos conocemos.

—Ay, lo enamoraste— bromea, aunque su sonrisa se vuelve pícara al notar un leve sonrojo en las mejillas de la secretaria. —Es un hombre hermoso y cualquiera querría estar con él— asegura–, pero tiene una exnovia demasiado loca, tóxica, posesiva y celosa. Te advierto, corre si ves a una pelinegra presumiendo sus joyas.

—¿Solecito, mi café?— cuestiona Braian mirando el celular, sin darse cuenta de que la mujer que tanto quiere, está frente a él.

—Me entretuve hablando con la señorita Johanna, me disculpo, señor Morelo— se excusa y él alza su mirada de inmediato al escuchar ese nombre.

— Johanna...— menciona notando la aparente amistad que han formado las dos mujeres.—Buenas tardes.

— Igualmente— responde cortante.

Él siempre fue coqueto con ella y aseguraba quererla fielmente, pero como todo hombre millonario; una sola mujer no le basta, por lo que las trata bonito a todas. Aunque a veces odia que sea del tipo "Colombiano cariñoso"

—Ella es...— Braian iba a presentar a Soledad, pero ambas lo interrumpen sin querer.

—Ya sabe—la rubia se ríe, aunque puede sentir la tensión existente, haciéndola incomodar. Mientras que la castaña emite un "Nos presentamos".

—Ah, bien— responde.

—¿Nos vamos?— cuestiona la secretaria y él asiente luego de ver en los ojitos de Johanna lo enojada que está.

Cuando Soledad se despide y sale de la cocina acompañando el ritmo de Braian, él escribe un mensaje dejándole clara la situación a su posible futura enamorada.

"Será la mujer de Esteban. No te pongas celosa"

Sin embargo, la respuesta no fue tan alentadora para él, puesto que la castaña le ha mandado el emoticón del dedo medio, mandándolo a la miərda.

"Seremos los padrinos de esa boda o los acompañaremos en una celebración doble, pero tú eres mía. He conseguido desestimar la regla que prohibía la relación entre empleados, así que prepárate para nuestra primera cita"

Braian no piensa rendirse con facilidad, menos después de esperar tantos meses por tener esta oportunidad. La misma que Johanna se negaba a darle por la absurda regla que había impuesto Esteban para que no hayan problemas. Esa que la castaña no quería romper metiéndose con el amigo de CEO y luego ser despedida, al igual que desechada después de acostarse con él.