PARA MI

—Zoe: Sam, tengo miedo. Todo es tan real. Liam... oh Dios, ni te cuento.

—Samantha: Riendo Por favor, no me cuentes eso. ¿Qué es lo que te preocupa?

—Zoe: Y si Liam se vuelve a ir... y me deja sola.

Y si me vuelvo a acostumbrar a él... Tengo miedo, Sam.

—Samantha: ¿Le hablaste de tus miedos? Zoe: Sí, y él me dijo que no se irá.

Pero... ¿Y si lo hace?

—Samantha: Deja de pensar en eso. Él te dijo que no se iría.

Cuando me lo presentaste, se notaba que te ama.

Por favor, deja de pensar en eso y disfruta del momento.

—Zoe: Está bien, trataré. Y... ¿Cristopher?

—Samantha: Suspira Pues... salió hace una semana de viaje de negocios

y no he sabido nada de él. Me enviará un mensaje cuando esté por llegar.

—Zoe: ¿Y Andrew? ¿Qué pasó con él?

—Samantha: Él venía todas las noches a verme.

Me mandó un mensaje diciendo que estaría un mes fuera del país

por negocios, pero trata de escribirme todos los días para saber cómo estoy.

—Zoe: Riendo ¡Oh, por Dios! Ese hombre te ama, Sam.

—Samantha: Ríe también, no, solo creo que le gustó.

—Zoe: Bueno, si te informa a dónde va y te escribe cada día...

Si eso no es amor, ¿qué será? ¿Un enamoramiento loco? Ríe con picardía.

—Samantha: Sería por un momento.

—Zoe:¿Qué harás cuando tu tiempo con Cristopher se acabe?

¿Y qué pasará con su familia?

¿Qué tal si salen con que necesitas un heredero?

—Samantha: Eso me da mucho miedo.

Tener un hijo con Cristopher... no, imposible. Ya sabemos por qué.

—Samantha: Asintiendo Sí... Samantha: Mira su teléfono Me ha llegado un mensaje.

Abre el mensaje y lo lee en voz alta: "Llegaré a las 8 PM.

En una semana habrá un baile de beneficencia y tienes que acompañarme, amada esposa."

Le muestra el mensaje a Zoe ¡Oh, por Dios! ¿Cómo se le ocurre decirme "amada esposa"? Está loco.

Zoe: Riendo a carcajadas ¡Está completamente loco! Pero,

¿sabes qué?

Quizás esté empezando a caer por ti, amiga.

Samantha: Negando con la cabeza No lo sé, Zoe. Esto es... complicado.

Zoe: Apoya una mano en el hombro de Samantha Solo vive el momento.

Y si él empieza a sentir algo más, ya veremos qué hacer. Por ahora,

disfruta del baile. Piénsalo como una oportunidad para lucir espectacular

y hacerle saber lo que se está perdiendo si no abre los ojos.

—Samantha: Sonriendo ligeramente Tal vez tengas razón. Un baile de beneficencia...

¿Qué podría salir mal?

Zoe: Guiñándole un ojo Nada, excepto que te robes todas las miradas, querida.

Ambas se ríen, disfrutando del momento, dejando de lado

por un rato las preocupaciones y las complejidades de sus vidas.

La noche del baile llegó rápidamente.

Samantha, envuelta en un vestido de seda color esmeralda,

entró al gran salón del hotel junto a Cristopher.

Las luces colgaban del techo, iluminando el lugar con un brillo cálido.

Los sonidos de la música clásica llenaban el aire mientras las parejas danzaban con gracia.

—Cristopher: Mirándola de arriba abajo Te ves hermosa esta noche.

—Samantha: Gracias, Cristopher. Te ves muy bien también.

Cristopher sonrió y le ofreció su brazo. Juntos, caminaron hacia el centro de la pista de baile.

Mientras bailaban, Samantha no pudo evitar sentirse observada.

Las miradas curiosas de los invitados se posaban sobre ellos,

especulando sobre la relación que compartían.

—Cristopher: Susurrando al oído de Samantha

Sé que esto es difícil para ti. Pero, gracias por estar aquí.

—Samantha: Asintiendo Es lo menos que podía hacer.

Además, no está tan mal. La música es hermosa y la compañía también.

Cristopher: Riendo Bueno, me alegra escuchar eso. A medida que avanzaba la noche

, Samantha se sintió más cómoda. Cristopher era un excelente bailarín,

y la manera en que la guiaba por la pista la hacía sentir ligera como

una pluma. Sin embargo, una parte de ella no podía dejar de pensar

en lo que Zoe había dicho. ¿Estaba Cristopher desarrollando

sentimientos por ella? ¿Y qué sentía ella por él? Después

del baile, mientras regresaban a casa, Cristopher la miró fijamente.

—Cristopher: Samantha, quería hablar contigo sobre algo.

—Samantha: ¿Qué pasa?

Cristopher: Hay una cena con mi familia la próxima semana.

Me gustaría que vinieras conmigo. Quiero que vean lo bien que estamos juntos.

Samantha: Pensativa, Claro, estaré allí. La semana pasó rápidamente,

y la cena con la familia de Cristopher se acercaba. Samantha

se sentía nerviosa, pero también emocionada.

Sabía que esto era una oportunidad para fortalecer su pape

l como esposa de Cristopher ante su familia.

La noche de la cena, Samantha se vistió con un elegante vestido azul marino.

Al llegar a la casa de los padres de Cristopher, fue recibida con sonrisas y abrazos cálidos.

La velada transcurrió con charlas amenas y risas. Samantha se sintió acogida y, por primera vez,

pensó que tal vez este arreglo con Cristopher podría ser más que una simple conveniencia.

La noche transcurre, Christopher y Samantha se tienen que

retirar de la fiesta y llegan a su casa y cada uno se va a su habitación si decir palabras.

Samantha está en su habitación y Cristopher entra le muestra una

sonrisa perversa y una mirada de lujuria, él comenzó a denudarse

y se acercó a ella, beso sus labios, su cuello y siguió hasta llegar

a seno, él se deleitó con ellos, los accionó, los dio pequeño mordisco,

los apretaba levemente con sus manos bajo a su abdomen dejando

beso por donde-quer hasta llegar a su entre pierna donde se introduce

en ella si previo aviso y sé él escucha los gemidos de Samantha y eso lo hace gemir

—Cristopher: Samantha, quería hablar contigo sobre algo. Le dice entre gemido

—Samantha: ¿Qué pasa?

Cristopher: Hay algo que he querido decirte desde hace tiempo.

Te amo, Samantha. Te he amado desde aquellos años en la escuela,

pero siempre tuve miedo. Sabía que, como futuro CEO, debía ser fuerte,

no mostrar debilidades, y tú... tú eras mi mayor debilidad.

Le dice con gemido y rapidez

—Samantha: ¿Amarme? Cristopher, lo único que has logrado en estos tres años es que te odié.

Lo que sentía por ti se fue desvaneciendo con cada cosa que hiciste.

Cristopher: Desconcertrado

¿Qué?

¿De qué estás hablando?

Samantha: Tu comportamiento, traer mujeres a nuestra casa,

la manera en que me tratabas... Pero lo peor de todo fue el chantaje

con lo de mi madre para que me casara contigo.

¿Sabes cuánto me dolió eso?

Si me hubieras pedido que me casara contigo porque realmente lo necesitabas,

te habría ayudado. Pero decidiste ser un patán.

—Cristopher: no, no, no sammy. Lo sé, lo arruinaré.

Pero estoy dispuesto a cambiar.

Quiero que esto funcione, quiero ser el hombre que mereces.

—Samantha: Mirándolo fijamente, es tarde,

Cristopher. No sé si puedo olvidar lo que hiciste.

Cristopher despierta agitado