¿Seré Una Gordita Con Suerte?

Estoy tan rendida, que no duro mucho despierta, lo último que recuerdo es estar entre sus brazos.

A la mañana siguiente, despierto y no lo veo, me acuerdo de lo que sucedió y se me hincha el corazón de felicidad, no puedo dejar de pensar que todo esto fue el inicio de una vida juntos.

Me levanto, me ducho, me arreglo y bajo con las sábanas para lavar, prefiero echarlas personalmente a la lavadora, porque me da un poco de vergüenza; cuando estoy en eso, le pregunto a Martica — buenos días, tú sabes de casualidad donde está el señor?… ella me mira y dice — señora el salió de viaje y dejo dicho que no regresaría pronto… creo que me vieron pálida, porque inmediatamente me acercaron una silla y Marta pregunta — se siente bien señora?… me levanto despacio y digo — si Martica gracias; hoy no quiero desayunar; estaré en mi habitación… ella afirma con la cabeza e inmediatamente subo.

No entiendo nada, que hice mal, porque se fue, puede que no lo vuelva a ver hasta que termine nuestro matrimonio, me siento utilizada. Trato de ser fuerte pero no puedo, caigo en un llanto insostenible.

Pasan varios días y no salgo de la habitación, en casa están tan preocupados que llaman a Massimo, quien va y toca a mi puerta diciendo — Abril ábreme, tienes a todos preocupados… se que no se merecen que haga esto pero me siento como una estúpida.

Abro la puerta y me abalanzo hacia Massimo, le digo — por qué se fue así?… el suspira y dice — por qué es un cobarde que no admite sus sentimientos… llorando le digo — estoy rota Massimo… él me abraza tan fuerte que mis fuerzas quedaron puestas en él. Me lleva despacio hacia la cama, nos sentamos y sollozando le digo — pensé que iba hacer todo diferente… él suspira y dice — antes de irse él habló conmigo… lo miro sorprendida y digo — que te dijo?… hace un gruñido, se pasa las manos por la cabeza y dice — no debería decírtelo porque fue una conversación privada, pero no puedo verte más así. Lo que pasa es que, Bruno es un pe dejo, podrá ser un gran médico y empresario, pero un pendejo en temas de amor. Después de que pasaron la noche juntos, el decidió irse, porque sus sentimientos lo estaban dominando, palabras textuales de él, que él ya había decidido amar a Samantha y que tú solo eras una distracción en sus planes, que no podía quedarse a tu lado… al escuchar a Massimo mi corazón se hunde en una profunda tristeza.

Unos minutos después de escuchar a Massimo, miro hacia donde tengo el sobre; y lo que está sucediendo me dio fuerza para abrirlo; si para Bruno soy una distracción, debo respetar eso e irme para siempre de su vida; después de que Massimo termino de hablar, lo abrazo y le digo — gracias… el sonríe confundido y dice — no acabas de escuchar lo que te dije?… sonrío, me seco las lágrimas y le digo — fuerte y claro, no te preocupes que estaré bien… prácticamente lo eché de la casa.

Sentada en la ventana con el sobre en mis manos decido abrirlo, no les niego que tengo mucho miedo, pero debo hacerlo, debo irme lejos de aquí.

Empiezo a ver documentos y un pasaporte, cuando lo abro veo mi foto y mis datos, mi corazón se acelera, mi nombre es Juliana Mendoza, tengo 30 años y soy de Colombia. Empiezo a ver el resto de papeles, en donde están varios reportes de mi desaparición, ahora entiendo, la señora Estefanía tuvo que pagar mucho dinero, para mantenerme oculta.

En todos esos documentos, veo el nombre de una mujer que se llama Camila y a su lado un número telefónico; así que sin dudarlo tomo mi celular y marco.

Siento muchos nervios, pero necesito empezar a recordar, seguro ella me ayudará. Después de varios timbres, contestan —halo… me quedo un segundo en silencio y repondo — hola, eres Camila… ella se aclara la voz y responde — si, con quien hablo?… paso saliva, suspiro y digo — hablas con Ab…. Juliana… ella se queda en silencio y después dice — no juegue conmigo, he recibido muchas llamadas cómo estás, no sea cruel, voy a colgar… me siento confundida y respondo — espera no cuelgues, tuve un accidente y quede sin memoria, hasta hace poco recuperé mis documentos y entre ellos estaba tú número… empiezo a escuchar cómo ella solloza, y con voz entre cortada dice — Juli no sabes lo feliz que me siento en este momento de escucharte, donde estás?… su voz hace que empiece a evocar recuerdos, no son tan claros, pero logro ver su rostro y algunos lugares. El cerebro es tan increíble que solo con voces y olores se pueden evocar recuerdos; y más cuando yo pensé ya haberlos pedido, luego le respondo — aún estoy en Madrid, puedes venir por mi?… ella sin pensarlo responde, pero de inmediato, empezaré a arreglar todo para viajar esta misma semana… siento tranquilidad con su voz y su respuesta, así que le digo — Perfecto, te espero…