Arráncame La Vida

¿A donde quedó mi confianza? ¿Por qué actuar de esta forma? ¿Era justo tener que sentir el dolor por qué mi primer amor falló? ¡Todo era un asco en este momento!

—¿Seguro?

No respondí al instante, solo, quise mirar sus ojos y sonreír de forma tonta. ¡Quería descontrol esta noche! Se acercó a mí, se encorvó un poco y su respiración retumbó contra mi oído izquierdo.

—Te puedes quedar en mi casa —susurró en mi oído.

Sentí demasiado bien en mi interior y no me dio pena abrazarlo con todas mis fuerzas.

—¡Gracias!

Mi rostro estaba impactado contra su pecho, su calor me inundó y sentí que esto era bueno para mí. ¿Confiar en mi antiguo bravucón? ¡La vida había cambiado mucho!

Me separé de su cuerpo.

—¿Y de que te vas a disfrazar? —Preguntó él.

—Mmmmm. La neta aún no lo sé. ¿Y tú?

Se me quedó viendo, parecía estar muy pensativo y entonces nos interrumpió. ¡Justo ahora!

—Dan —su voz me hizo voltear para darle mi atención—. ¿Podemos hablar?

Me alejé un poco de Félix y Anuel estaba deteniéndose casi enfrente de mí. ¿Que estaba haciendo aquí?

—Claro. Dime. Escucho.

—En privado, por favor.

Dejé a Félix con su motocicleta, ahora mi ex tenía cara de preocupación y parecía que ambos necesitábamos aclarar todo. ¿Por qué las cosas se vuelven tensas cuando dos exes se reúnen? ¡Los desamores también deben florecer!

—¿Es tu nuevo novio?

—¿Te importa?

—¿Que edad tiene?

—¿Que es lo que quieres?

—¿Por qué no respondes mis mensajes?

—¿Por qué debería responderlos?

—¿Estas enojado?

—¿Debería estarlo?

—¿Por qué no sonríes cuando me ves?

—¿Quieres que esté feliz de verte?

Ambos estábamos siendo demasiado evasivos, contraatacábamos con preguntas profundas y nos quedábamos mirando las pupilas del otro. ¿Que estaba pasando conmigo? ¿Por qué me comportaba así? ¡Todo era un caos! ¡Éramos tóxicos!

—Yo...

—¿Quieres que me disculpe contigo por haberte besado? —Le interrumpí—. Porque neta, si quieres que yo me disculpe contigo, tú también te debes disculpar por seguirme el juego.

Pareció sorprendido por mi petición, no dejé de mirarle fijamente y me sentí muy seguro de lo que estaba haciendo.

—No pensaba pedirte una disculpa y tampoco espero que te disculpes conmigo.

—¿Entonces? ¿De que quieres hablar?

—Este domingo los quiero invitar a mi casa. Alfredo quiere conocer el lugar donde vivo y ya invite a los demás. ¡Solo me faltabas tú!

¡Mierda! No esperaba nada de esto y me sentí como si mis latidos estuvieran a punto de desfallecer.

—¿Este domingo?

—Por la tarde. ¿Como ves?

—¿Tu esposa va a estar?

Su mirada reflejó que mi pregunta le hizo sacarse de onda.

—¿Por qué?

—Porqué es mi maestra y la neta, no me siento cómodo con toda esta situación.

—Ella va...

—No fue una buena pregunta. ¡Perdón! Gracias por la invitación, no podré ir.

—Pero...

—¡Tengo que irme!

—Dan. ¡Espera! Dan.

¿Que caso tenía seguir hablando? ¿Invitarme a su casa? ¿Preguntar por su esposa? ¡Joder! ¿En que estábamos pensando los dos? ¡Necesito terapia para este dolor!

—¿Listo? —Félix se había puesto su casco.

Regrese con él, era hora de regresar a casa.

—Sí. Ya podemos irnos.

—¿Todo bien?

—Aja.

—Está bien.

Subí en la parte trasera de la moto, Félix se acercó con el casco y me sorprendió mucho que lo estuviera asegurando. Sentí el roce de sus manos por mi barbilla y nuestros ojos, ¿podría ocurrir algo más entre nosotros?

—¡Vámonos de aquí!

¡Me solía doler al principio! Era muy fuerte el sentimiento de dolor que yo sentía por no poder estar juntos. Cuando me separe de Anuel y el tiempo empezó a transcurrir, nunca volví a imaginar la posibilidad de vernos de frente otra vez.

Solía mirar sus fotos de vez en cuando y algunos recuerdos venían a mi mente. Anuel había sido mi primer amor y eso era algo que tal vez nunca iba a olvidar. ¡Y luche por olvidarlo! Yo quería aparentar que todo estaba bien conmigo. Que su ausencia no me había lastimado y que el hecho de que ahora estuviera casado no me iba a perjudicar. Pero, me equivoqué. ¡Me equivoqué bastante!

Me tomo un ritmo demasiado lento tener que asimilar la realidad y superar los restos de nuestra relación. Hoy todo ha valido mierda. ¡Él volvió y me ha vuelto a nacer el dolor de un amor que ya no me pertenece!

La vida comienza a doler para mí.