Agostina Fernández es una hermosa e inocente adolescente que lleva meses esperando con mucha ilusión su cumpleaños número quince, pero lo que tenía que ser su noche soñada se termina convirtiendose en su peor pesadilla, después de esa noche su vida cambiara para siempre, deberá de afrontarse a muchas dificultades ella sola, pero con un solo objetivo en mente, vengarse de todas las personas que le hicieron tanto daño, podrá llevar a cabo su venganza?
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CAPÍTULO 15
...AGOSTINA...
Con el dinero que me dió Kimberly logré tomar un taxi, no me iba a rendir, no iba a volver a casa, durante años soporte sus reclamos, malos tratos y humillaciones pero ya no más, ahora ya no estaba sola ni lo volvería a estar nunca más, ahora tenía un motivo por el cuál luchar, mi bebé, por el iba a salir adelante
Baje del taxi y con las manos temblorosas, toque el timbre me estaba exponiendo a qué me sucediera lo mismo que con Kimberly pero si no lo intentaba no lo sabría
Para mí suerte la que abrió la puerta fue Gina y no la empleada o sus padres
- Agos? Entra te pescaras un resfriado... Se puede saber que te paso? - pregunto mirándome de arriba a abajo
- Están tus padres? - pregunte preocupada.
- No, están en un viaje llegan mañana
- Creés que me pueda quedar aquí está noche?
- Claro amiga eso ni se pregunta, Pero vamos arriba para que te quites está ropa toda mojada
Subimos a su habitación y Gina me envió a dar un baño con agua caliente luego me pasó uno de sus pijamas y nos acostamos a beber chocolate caliente mientras le contaba todo lo que sucedió
- No se que es lo que más me sorprende, si que tú madre no sea tu madre, el que vayas a tener un bebé o que Kimberly te haya cerrado la puerta en la cara, es que quiero ir y darle unos tirones de oreja, no puedo creer que sea tan traicionera
- Lo sé yo tampoco puedo creer nada de lo que está pasando
- Y vas a tener el bebé?
- Si quiero hacerlo, se que soy chica pero toda mi vida me he sentido sola, siento que este bebito es un regalo de la vida para que ya no me vuelva a sentir sola nunca más
- Si sabes que los pañales son caros no? - pregunto Gina bromeando
- Lo sé no se cómo pero lo voy a hacer
- Y el papá? Digo el papá del bebé no has pensado en buscarlo?
- Buscarlo? Cómo? Solo se que su nombre empieza con B y nada más
- Tal vez si consultas en el hotel
- No me dirán nada además ya pasó más de un mes el tipo ni se debe de acordar que existo
Al día siguiente después de desayunar, Gina me observaba muy preocupada
- Amiga tengo que decirte algo
- Dime - dije preocupada.
- Debes de irte antes del mediodía que lleguen mis padres sabes que ellos y tus padres son íntimos amigos y si te ven aquí te delataran, Pero no te preocupes te ayudaré a conseguir un hotel tengo dinero yo lo pagaré - dijo Gina preocupada
- Tranquila no es necesario, me prestas tú teléfono?
- Claro amiga toma úsalo tranquila yo mientras iré a ducharme
Cuando Gina se retiró le marque a Luciano, le pediría ayuda para esconderme, no creo que el me niegue su ayuda
- Bueno? - se escuchó del otro lado de la línea
- Luciano soy yo Agostina
- Que quieres? - pregunto de mala manera eso era raro ya que siempre era muy amable conmigo
- Porque me hablás de esta de manera? - pregunté angustiada
- Y todavía lo preguntas? ¿Cómo pudiste Agostina ya lo sé todo, mi abuelo por poco le da un infarto, embarazada? EMBARAZADA? - grito del otro lado del teléfono
- Bueno tampoco es para que me grites te recuerdo que tú te metiste con Aldana
- Eso es distinto, ella me drogo Pero tú Agostina? No tienes perdón, muchos de mis amigos sabían de nuestro compromiso sabes que dirán si se enteran? Seré la comidilla de todos, mi abuelo está furioso acaba de tener una terrible discusión con tu padre, lo siento, pero no quiero volver a saber de ti, suerte y no vuelvas a llamarme no quiero tener problemas con mi abuelo por culpa de tus malos pasos - dicho esto me colgó
No podía creerlo Luciano también me soltó la mano las personas que más confiaba me abandonaron, solo tenía a Gina y no sé hasta que punto porque lo último que quería era traerle problemas con sus padres quienes son peores que los míos
Llamé a Delia la empleada tal vez ella podía ayudarme con mis cosas
- Hola? - respondió Delia del otro lado de la línea
- Delia soy yo
- Oh pequeña estás bien? Tus padres están vueltos locos buscándote por todas partes
- Delia crees que puedas hacerme un favor? - pregunte nerviosa
- Claro niña que necesitas?
- Necesito que tomes una mochila y me empaques un poco de ropa, debajo de mi cama tengo un baúl pequeño, la llave para abrirlo está bajo la pila de toallas en el baño, por favor saca todo mi dinero y también las joyas que tengo en el alhajero de corazón y me traigas todo, también mi celular y mi tablet, por favor Delia que mis padres no se enteren - pedí casi suplicando
- Tranquila mi niña que no están en la casa, ellos están en la calle buscándote desde anoche, pero no te preocupes seré cuidadosa
Después de darle la dirección de dónde estaría colgué, Gina insistió en darme dinero, pero me negué, no quería abusar, nos despedimos y prometimos estar en contacto, salí de su casa y tome un taxi hasta el cementerio, ese era el único lugar en donde no me encontrarían
- Mi niña cómo estás? - pregunto Delia abrazándome apenas me vio
- Estoy bien, gracias Delia
- Te he traído algo de comer debes de tener hambre - dijo dándome una lonchera con comida
- Gracias lo guardaré para más luego
- Que harás niña adónde irás?
- No lo sé, supongo que irme de la ciudad
- Tus padres han denunciado tu desaparición, hay policías buscándote por todas partes no podrás subir ni a ningún colectivo o tren mucho menos avión siendo menor de edad, además saltara en el sistema y te encontrarán de inmediato - dijo Delia y yo suspiré con frustración
- Mira mi niña mi hermana vive a unas dos horas de aquí, ella tiene una pensión, alquila piezas son precarias nada lujoso, pero al menos tendrás donde dormir, que dices quieres que la llame?
- Claro que sí cualquier lugar es mejor que la calle
Media hora después estaba arriba del auto del esposo de Delia, quién aceptó muy amablemente cuando su mujer le pidió que me llevará a casa de su cuñada, estaría toda la vida agradecida a Delia y su esposo por ayudarme, también a Gina no se que habría hecho sin ellos tres.