La prestigiosa clínica San Ángel será el escenario donde el apuesto y talentoso residente de medicina Caleb Rossi, conocido por su mirada crítica y exigente, desprecia el amor que le profesa la encantadora también residente de medicina Juliette Di Marco. Atrapado en lo estereotipos superficiales, Caleb subestima el corazón generoso y la inteligencia brillante de Juliette, simplemente por su figura curvilínea.
A medida que los años pasaron, Juliette no solo supera los desafíos profesionales, sino que también florece en su carrera médica, demostrando que el valor de una persona va más allá de las apariencias. A pesar de los diferentes desafíos y el dolor, Juliette encuentra fuerza en su determinación y apoyo en colegas que valoran su verdadero potencial.
El destino les dara una segunda oportunidad cuando ambos se encuentran trabajando juntos en la misma clínica, Caleb, ahora debería afrontar sus propios arrepentimientos al darse cuenta de la increíble mujer que ha estado frente a él
NovelToon tiene autorización de Amira Álvarez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 16
Caleb se dio la vuelta y miro que Juliette se había quedado dormida, fue a la habitación y busco una manta, para luego cubrirla. Con una mirada agradecida de tener a Juliette allí con él.
Se acercó con ternura, depositando un beso suave en su frente. Para luego susurrarle.
- No tienes idea lo feliz que soy de tenerte aquí mi gordita bella, sé que fui superficial, estúpido e imbécil al no haberme dado cuenta de lo fantástica que eres. Pero enmendaré mi error, te lo prometo.
Regreso a la cocina desde donde podía ver a Juliette dormir. La observaba con amor, pensando en todo lo que habían pasado juntos y en lo afortunado que se sentía de estar a su lado.
Leonardo preparó algo ligero pero reconfortante, una sopa casera llena de ingredientes nutritivos. Mientras cortaba las verduras y supervisaba la cocción, pensaba en como cuidar de Juliette no era solo una responsabilidad, sino un honor.
El aroma de la sopa lleno la casa, y Caleb sirvió un plato para cada uno. Cuando Juliette despertó, encontró la mesa lista y Caleb a su lado, dispuesto a compartir la cena con ella.
- Huele delicioso, gracias por todo Caleb - dijo Juliette con una gran sonrisa sincera.
Él sonrió de vuelta para decirle
- Estar aquí siempre que me necesites.
Mientras compartían la cena, sabían que este desafío solo fortalecería su vínculo. El amor de Caleb se manifestaba en los pequeños gestos de cuidado y apoyo.
Después de saborear cada bocado de la reconfortante cena, Juliette y Caleb dejaron los platos vacíos en la mesa. La Luz suave de la lámpara creaba una atmosfera acogedora en la sala y el silencio tranquilo los envolvía mientras disfrutaban de la compañía el uno del otro.
Caleb se levantó, recogió los platos con delicadeza y los llevo a la cocina, mientras organizaba la cocina, Juliette se levantó con algo de esfuerzo del sofá, para caminar hacia la cocina.
- Déjame ayudarte - le dijo Juliette
- No, como crees, más bien deberías ir ya a la habitación a descansar.
- Gracias, Caleb. La verdad me siento un poco débil, creo que si debería ir a descansar.
Él le ofrece su brazo para que se apoye.
Juntos, se dirigieron hacia la habitación, donde Caleb ayudo a Juliette a acomodarse entre las suaves sabanas. Mientras ella se acurrucaba en la cama, Caleb se sentó a su lado, y le acaricio suavemente el cabello.
- Descansa, cariño. Necesitas recuperar tus fuerzas - le susurro Caleb, para luego darle un beso en la frente.
Juliette cerro los ojos, agradecida de tener a Caleb a su lado. La calidez de la habitación, lo reconfortante de la cama y el cuidado de su amado la envolvieron en un relajante sueño.
Caleb permaneció a su lado, observándola mientras se sumía en el sueño. La preocupación en sus ojos se desvaneció gradualmente, reemplazada por una expresión de paz al ver a Juliette dormir tan tranquilamente.
La habitación quedo sumida en una quietud apacible, solo interrumpida por el suave susurro de la brisa nocturna que acariciaba las cortinas. Caleb permaneció allí, vigilando a su amada, sintiéndose agradecido por cada momento compartido y dispuesto a estar alli en cada paso del camino.