Entre La Oscuridad De Tus Ojos...

Entre la oscuridad de tus ojos...

(Capítulo 16)

[Yuki]

Aquella amable mujer me llevó a un lugar seguro y me dio dinero para poder rentar un lugar para vivir.

Mi trabajo trataba de atender las llamadas telefónicas de la empresa y enviarlas a la línea correspondiente.

No puedo negar que al principio fue difícil, pues no podía ver nada, pero con el tiempo comencé a aprender los movimientos que debía hacer para cada llamada.

Fui a un lugar donde me enseñaron el sistema braille y me ayudaron a usar correctamente el bastón.

Con el paso del tiempo pude hacer más cosas, podía llevar una vida casi normal.

Cada vez que me pagaban, metía en mi alcancía dinero para mi operación.

Jamás pensé que el dinero fuera tan difícil de conseguir. La vida que tenía antes del accidente era muy distinta a la que tengo ahora. Todos los lujos de los que estaba acostumbrado ya habían desaparecido. Definitivamente es difícil vivir así.

Después de un mes mi rutina se hizo muy fácil, termino de trabajar, voy al hospital, como en el restaurante de siempre y llego a mi casa. Cada paso y movimiento que hago está completamente memorizado.

Mientras estoy en casa escucho la radio, es mi medio de entretenimiento. En la estación que pongo hablan de temas muy interesantes como política, matemática, ciencias y artes, todo lo que decían me servía como repaso de lo que había visto cuando estudiaba, si no hubiera quedado ciego, tal vez hubiera podido conseguir un mejor empleo. Pero... no fue así.

He tenido varios problemas, muchas personas se aprovechan de que soy ciego para intentar robarme o estafarme.

Poco a poco fuí aprendiendo a vivir con esta discapacidad, desarrollé una audición más aguda, ahora es más fácil y saber lo que pasa a mi alrededor.

Pasaron los días y mi rutina no cambió ni un poco.

Acababa de salir de trabajar y tenía mucha hambre así que decidí ir a comer a mi café favorito.

-¡Siguiente!- Dijo una voz que conocía a la perfección, era la voz del chico que atiende en la cafetería

-Dejen pasar al hombre- Decían las voces de otras personas

Esta vez había más gente, me era difícil desplazarme.

-Permítame ayudarle- Dijo una voz masculina

Sentí una enorme mano tocar mi hombro y mi mano.

La persona me guió hasta el mostrador.

-Listo, hemos llegado

-Gracias- Sonreí

-¡Bienvenido! ¿Desea lo mismo de siempre?

Escuché la voz del chico que atiende.

-¡Sí, por favor!

-Vale

Saqué el dinero para pagar, sabía lo que costaba, así que tuve el dinero más rápido.

-Tome- Dije dando el dinero

-Sí, está bien, tome asiento

-Gracias

Me iba a dar la vuelta cuando escuché la misma voz de el hombre que me ayudó.

-¡Espere!

-¿Eh?

-¡Usted!, le está cobrando de más al joven

-C... claro que no

-Usted debió de haberle dado cambio, ¿¡de verdad quiere aprovecharse de una persona que no puede ver!?

La voz del hombre se escuchaba muy furiosa.

Podía escuchar el murmullo de las personas.

-¡Es increíble! Hablaré con el dueño del café, no podemos permitir que esta gente se aproveche de las personas con discapacidad- Dijo una voz femenina

-¡Sí!- Dijeron varias personas al son

-Lo siento, no volverá a ocurrir...

-Yo sé que no, por que si vuelve a pasar esto, tendrá que pensar en un nuevo trabajo- Dijo nuevamente la voz masculina

Sentí como alguien tomó mi mano y me dió varios billetes.

-Este es el cmbio que le debieron haber dado- Dijo la voz masculina

-Gracias...

-No es nada, por cierto, ¿le molesta se lo acompaño a comer?

-¡Por supuesto que no! De hecho... Siempre estoy solo, así que no me vendrá mal un poco de compañía

-Jeje, ¡genial!

El hombre me ayudó a buscar un lugar para sentarme.

Dejé a un lado el bastón y me senté.

-Iré por comida, regreso en un momento

-Jeje, está bien

El hombre no tardó mucho tiempo, escuché el sonido de la silla y el sonido de los platos.

-Listo, comamos

-Bien

Empezamos a comer y yo trataba de no ensuciarme mucho.

-Oye...

-¿Sí?

-Quería darte las gracias por ayudarme... No sabía que me estaban cobrando de más

-¿Siempre vienes a este lugar?

-Sí, y me cobraban lo mismo

-Hay gente muy despreciable que se aprovecha de las personas, pero no se preocupe, si nos volvemos a encontrar yo lo ayudaré

-Jeje gracias, por cierto... ¿Cuál es tu nombre?

-Me llama Noah, ¿y usted?

-Yuki, pero háblame de "tú", al juzgar por tu voz no creo que yo sea más grande que tú

-Jeje, está bien, Yuki

Sonreí.

-Tienes un muy bonito nombre

Mi corazón de la nada comenzó a latir como loco, hacía tiempo que nadie me hacía un cumplido.

Terminamos de comer y Noah me guió hasta la salida.

-¿Te gustaría dar un paseo? Así podrás conocer mejor tu alrededor

-¡Me encantaría!

-¡Genial! Yo seré tu guía