Cayleen, una chica dulce, pura y con un corazón muy bueno, se ve obligada a casarse con un príncipe testarudo, narcisista, que la tratará muy mal, pero ella deberá mantener la promesa que su padre le hizo al Rey
NovelToon tiene autorización de Pパオラ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cap. 16 Cabaña
El Rey también estaba sorprendido y no quería enviar a Cayleen temía que su hijo con la ira que vivía dentro de él le hiciera daño.
—Tiene que confiar en su hijo majestad —dijo Carlos en defensa del príncipe.
—No desconfío de mi hijo Carlos, desconfío de su ira y su venganza contra mi.
—No creo que el príncipe se atreva hacerle algo a la princesa.
—Tienes razón por esta vez confiaré en mi hijo.
El Rey, la princesa Kiara, así como los empleados del castillo, les desearon un buen viaje y una magnífica luna de miel.
Viajaron y viajaron... hasta llegar a una hermosa cabaña en Canadá, el famoso lugar de la realeza, el Fairmont jasper park lodge, un lugar alejado en la mitad del bosque con un césped nítido que brillaba con la luz del radiante sol, la cabaña con grandes ventanas transparentes y al frente un comedor de madera, Cayleen estaba encantada con el lugar recorría todo con su vestido blanco largo con muchas flores en su diseño.
En la parte trasera de la cabaña se encontraba una gran piscina con muchas luces alrededor, para Cayleen todo era como un sueño, maravilloso, excepto la piscina ya que Cayleen no podía nadar.
—Te gusta? —preguntó Felipe al mirar la paz que sentía Cayleen al respirar el puro aire.
Cayleen respondió sin pensar ya que estaba emocionada e hipnotizada por el lugar —claro que sí me encanta, era mi sueño venir a un lugar así, claro con la persona que ame o con mi mejor amigo.
Felipe solo la miró como sonreía, aunque no le había gustado la respuesta, pues en ese momento estaba con él, inmediatamente Cayleen regresó su mirada hacia la de Felipe arrepintiéndose de su respuesta.
—Ven, siéntate, —dijo Felipe evadiendo el incómodo silencio y agarrando las muñecas de Cayleen para quitarle las pulseras.
—Qué haces?. —preguntó Cayleen frunciendo su ceño expresando un poco de dolor.
—Intento.. curarte —dijo sin mirarla concentrándose en las muñecas.
Cayleen solo observó mientras él colocaba medicina en sus heridas y soplaba para que no le ardiera.
—Es como una disculpa? —preguntó Cayleen al observar lo extraño que estaba siendo Felipe.
—No me estoy disculpando!, solo no quiero que mi padre te vuelva a preguntar algo sobre esto y termines culpandome.
Cayleen soltó sus manos rápidamente y se volvió a colocar sus pulseras. —está bien, si eso es lo que le preocupa, ya no tiene que hacerlo, me inventaré cualquier excusa o simplemente no lo dejaré ver.
—Mi padre no te creerá —dijo agarrando sus muñecas nuevamente —déjame curarte para que no haya problemas.
Auch! Cayleen soltó un gemido de dolor, pues le había tocado una de las heridas que tenía —No se preocupe su alteza, no diré nada.
Felipe la soltó muy furioso —Bien, espero que no le digas nada! —le dijo y salió de la cabaña.
Todo el día Cayleen se la pasó husmeando el lugar caminando y hasta metiendo sus pies en la piscina, mientras Felipe solo la observaba desde la cabaña.
—No quieres nadar? —preguntó mientras el se encontraba desnudo con una malla y la toalla en su cuello.
Cayleen muy nerviosa respondió evitando verlo —No así estoy bien.
—El sol está gritando que entres. —mencionó sonriendo un poco.
—No, no quiero. —dijo mientras se levantaba para irse.
—No me digas te da verguenza que tu esposa te vea desnuda?
Cayleen solo lo miró furiosa.
—Cayleen ya basta estamos aquí los dos solos, dime la verdad, para que quieres tanto dinero, te puedo dar el que sea si te alejas de mi familia y de mi para siempre.
—Felipe! por qué eres tan idiota?
—Vaya la señorita aquí si se pone furiosa, ahora me resultaste hasta hipócrita.
—No te equivocas!, no soy hipócrita simplemente me estoy cansando de que me trates así y no me voy a dejar más Felipe, me casé por cumplir la promesa de mi padre y por lo mismo lucharé hagas lo que hagas.
—Cayleen Cayleen, solo te digo que te arrepentirás.
—¡Lo único que puedes hacer es matarme así te librarás de mí!.
—Crees que no me voy atrever hacerlo? no me conoces Cayleen decía mientras se acercaba a ella.
Cayleen solo retrocedía ciertos pasos regresando su mirada para no caer en la piscina.
—Sé que eres así por tu madre —mencionó Cayleen mirando fijamente a Felipe.
—¡¡Tú que sabes de mi y de mi madre!! —gritó furioso agarrando de los hombros a Cayleen.
— Sé que tu no eras así y desde que ella murió...
—¡¡Cállate!! —volvió a gritar con mucha irá mientras le apretaba aún más.
—Suéltame me estás lastimando —intentaba soltarse muy asustada por verlo así.
Entre el forcejeo Felipe muy enojado la tiró a la piscina y se fue a pesar de escuchar ciertos gritos de Cayleen diciendo que no podía nada.
Ella luchaba por salir pero cada vez mas su cuerpo iba absorbiendo más y más agua sentía que ya no podía luchar más poco a poco sus ojos ya no se abrían y sus extremidades dejaban de funcionar, de pronto se sentía feliz porque recordaba toda su vida con su familia, con sus amigos, pero en especial con su padre, cuando iban de compras, cuando jugaban, bailaban y cantaban y al fin el sufrimiento estaba terminando, ya no sentía dolor, ni desesperación, ni angustia, y todo se iba volviendo negro.
Felipe al no escuchar nada regresó a mirar hacia la piscina, sentía una mala sensación, y si en realidad no sabía nada? se preguntaba, entonces regresó a la piscina y Cayleen se encontraba flotando, rápidamente se metió a sacarla y a darle primeros auxilios aunque ella no reaccionaba.
—!Por favor Cayleen despierta¡ —decía muy asustado y desesperado mientras le daba respiración boca a boca.
De pronto Cayleen empezó a botar toda el agua que había absorbido mientras Felipe golpeaba su espalda.
—Yo... —mencionó Felipe mientras Cayleen seguía entre quejidos tirando toda el agua y volviendo a respirar.
—Pensé... que no serías tan mala persona, pero ahora que intentaste matarme confirmo que eres la persona mas mala y mas cruel que haya conocido —dijo entre lágrimas.
—No sabía que no podías nadar —dijo arrepentido.
—Grité mientras luchaba por salir.
—Pensé que mentías.
—Pensaste que iba a jugar con algo así? que clase de príncipe eres?
—Uno muy malo, te lo dije Cayleen que te ibas arrepentir de estar aqui, y si no te dejé en la piscina fue por que no quiero ir a la cárcel. —gritó levantándose furioso.
Cayleen fue se abrigó y encendió la fogata que ya estaba llena de leña mientras tomaba café y pensaba en que sería mejor renunciar a la promesa y disculparse del Rey o si sería mejor seguir aguantando todo esa ira, y ese desprecio de Felipe.
Al momento Felipe volvió a entrar y estaba Cayleen sentada en la cama con su pijama..
—No pienses que voy a dormir contigo! —dijo Felipe.
—No alteza, de hecho tampoco quiero dormir con alguien como usted, dormirá aquí en la cama y yo dormiré lejos de usted —dijo Cayleen saliendo de la habitación con una manta.
Felipe daba vueltas y vueltas en la cama, revisaba en su teléfono y eran la 1 am, no podía dormir se sentía incómodo, era la primera vez que le pasaba y no entendía por qué, o talves no quería aceptar que le preocupaba Cayleen,si estará cómoda afuera, si tendrá frío o si se encontraba bien después de casi ahogarse en la piscina.
De tantas y vueltas y desesperación, salió de la habitación disimulando por si se despertase y la observaba acostada en aquel sillón frente a la fogata, dormía profundamente y tan cómodamente, Felipe había calmado su desesperación, la cubrió bien con la manta y la observaba, mientras su corazón le apretaba y lo regañaba por dejarla sufrir en la piscina, mientras sentía y pensaba escuchó a Cayleen hablar entre sueños..
—Papá! Sálvame! Papá! —decía mientras movía su cabeza y sudaba.
Felipe se acerca y empieza a darle pequeñas palmaditas en el brazo de Cayleen —Shh!! tranquila! Shh!!
Al ver que se tranquilizaba se siente culpable de todo lo que le ha hecho, pero también se llena de enojo por que no sabe la razón por la que ella no se ha ido, si no quiere dinero, entonces que hace ahí? Simplemente por una estúpida promesa?, se preguntaba mientras se retiraba a su habitación en silencio para no despertarla.