una misteriosa casa donde constantemente desaparecen las personas que entran en su interior.
Sara es una joven introvertida. a la que constantemente molestan sus compañeros de clases. un día, cuando camina sola de regreso a casa. se encuentra con un grupo de chicos que la llevan hasta la misteriosa casa del bosque donde como una broma. la hacen entrar para ver si es capaz de volver a salir.
ella y otro dos chicos se aventuran dentro de la casa. para descubrir que paso en realidad con todas esas personas que desaparecieron allí.
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Capitulo 15: Recuerdos
Emma comía palomitas de maíz, con chocolate, mientras miraba la enorme pantalla, del cine. Se sentía cansada y apenas podía mantener los ojos abiertos, pero se negó a dormirse por miedo a que el lugar explotará o algo peor.
Nathan por su parte se había reclinado en su asiento y dormía plácidamente, a pesar del intenso volumen de la película que estaban viendo.
Justo después de dejar aquel horrible laberinto, los chicos habían caído sobre la fría nieve, de una gran montaña nevada, donde estuvieron horas, expuestos al frío inclemente del lugar.
Hasta que, por asares del destino, se encontraron con la pequeña cueva, que los llevo directamente al cine, donde ahora descansaban.
Cuando no pudo más, con el cansancio. Emma se levantó para dar un paseo, por el lugar, aprovechando que Nathan dormía, para buscar algo más para comer.
Ya que, desde hacía muchas puertas atrás, la comida se había vuelto escasa para ellos. Y apenas sobrevivían con lo poco que conseguían guardar en sus ropas y bolsos.
Llegó hasta la zona donde había encontrado palomitas cuando llegó, y se sirvió un gran vaso de refresco de uva. Encendió la máquina de asar salchichas y coloco unas cuantas de estas, para poder compartir con su amigo cuando esté despertara.
Mientras esperaba a que estuviera lista su comida. Examinó el lugar a detalle, buscando algún indicio que la llevará a la siguiente puerta.
Palpo con sus manos las paredes y la madera del enorme mostrador. Encontrando, varios compartimentos que contenían ropa y varios bolsos y zapatos.
- ¿qué es eso? - pregunto Nathan llegando a su lado.
- no lo sé, pero ... Creo que podemos llevar algunas cosas, en estos bolsos y también cambiarnos de ropa - ambos miraron sus atuendos sucios y rotos. Y estuvieron de acuerdo en que ya era momento de cambiarlos. Después de comer las salchichas y beber unos pocos tragos de refresco, ambos fueron a los baños del cine que no tenían puertas. Y se cambiaron de ropa.
Más cómodos, arreglaron algunos dulces y bebidas en dos bolsos, uno para cada uno.
- bien, ahora busquemos la puerta - dijo Emma cuando todo estuvo listo.
Buscaron más compartimentos, en la zona de comida, y luego regresaron a la sala donde la película había cambiado - está la veré cuando salgamos de aquí - dijo la chica. Mientras palpaba cada silla para ver si eran de verdad.
Cuando no hubo más sillas que palpar, Emma se dirigió a la gran pantalla al igual que con las otras cosas también palpo en su superficie.
- odio todo esto - comento Nathan cuando terminaron de buscar. Volvió a sentarse en su asiento anterior y sacando unas chips de papas de su bolso, comenzó a comerlas despacio.
- si, yo igual - Emma se sentó a su lado y aprovechando que Nathan estaba distraído mirando la película, que había en pantalla, robo uno de sus chips. Riendo en silencio.
- ¿recuerdas como era? - pregunto de repente Nathan, con la mirada perdida - ¿cuándo no teníamos que luchar por nuestras vidas a cada rato?
- aburrido, según recuerdo - respondió Emma sin mucho ánimo
El chico sonrió - si lo era, muy aburrido
Ambos eran hijos de familias adineradas, y antes de entrar a aquella casa, solo dedicaban sus días a estudiar y ser buenas personas, con el fin de encajar en la sociedad que frecuentaban.
Lo cual implicaba que no debían hacer nada que pudiera avergonzar a sus padres.
Sus vidas eran tan perfectas, que llegó un momento en el que quisieron dejar todo atrás.
Fue así, como después de una gran fiesta de gente rica, donde se comportaron a la altura de la situación. Ambos decidieron, que harían algo divertido y extremo.
Así que, cuando sus padres se durmieron, los chicos salieron de sus respectivas casas y se adentraron en el bosque. Llegando hasta la casa de los desaparecidos.
- estás lista - pregunto Nathan, cuando llegaron hasta la puerta de la casa
- si, lo estoy - Emma sintió la adrenalina correr por su cuerpo y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro. Le emocionaba la idea de salir de su aburrida rutina, aunque solo fuera por esta vez - mañana, volveremos a ser los mismos chicos aburridos y sin voluntad que tanto aman nuestros padres.
- si, pero está noche nos divertiremos - Mateo giro el pomo de la puerta y tirando de Emma se adentro con esta en la casa - será muy divertido - dijo antes de cerrar la puerta tras ellos.
Volviendo al presente, ambos suspiraron -
Y que divertido resultó todo - dijo Emma con un poco de sarcasmo.
- si lo ha sido - Mateo continuo con la mirada perdida por otro rato, mientras Emma solo podía pensar en todo lo que habían pasado, solo por querer buscar un poco de diversión.
- ¿crees que ellos, aún nos buscan? - pregunto entonces recordando a sus padres Miró a su amigo, pero este parecía que estaba en otro mundo.
Cansada por todo lo que estaba, Emma se reclinó en su asiento y cerro los ojos.
La imagen de su pequeña hermana invadió su mente y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Extrañaba mucho a la pequeña y tenía el fuerte deseo de volver a verla, aunque solo fuera para despedirse de ella. Pues tenía claro que sus padres, al ser personas estrictas, no la aceptarían de regreso o quizás por su desobediencia, la obligaría a casarse con algún niño rico de su círculo.
Cosa que ella no pensaba aceptar.
- debemos salir de aquí - le dijo a su compañero y volviendo a ponerse de pie, camino hacia la enorme pantalla.
Y tomando su nuevo bolso, comenzó a golpearla con fuerza.
Nathan la miró unos segundos, confundido y luego también el, tomo su bolso para romper la pantalla.
Cuando consiguieron hacer un hoyo, lo suficientemente grande para pasar por él. Miraron que había una puerta pequeña, por dónde solo podrían pasar si se arrastraban por ella.
Se miraron dudosos. Decidiendo que harían a continuación.
- yo iré primero - dijo Nathan agachándose. Abrió la puerta y lanzo los bolsos de ambos dentro de la habitación. Luego entro él, seguido de cerca por Emma.
La siguiente habitación, resulto ser un estudio de ballet.
Donde una pequeña niña, se deslizaba por la pista con delicadeza.
Ambos la miraron con atención, mientras giraba con gran habilidad.
- ¿Sara? - Emma se sorprendió al verla, ya que tenía un parecido muy grande con su hermana - ella es mi hermana Sara.
Nathan también la miró sorprendido - eso es imposible.