Guardianes De La Tierra

Las cosas se complican en el mundo, la maldad no deja de reinventarse, la corrupción cada vez mas descarada, el maltrato físico y psicológico hacía las mujeres y niños no tiene cuando parar, el guerrero negro se asquea de su misión, quiere  tirarla toalla.

- Guerrero negro, ¿por qué reniegas?

- Te parece poco lidiar con tanta gente con mentalidad estúpida, tienen una necesidad desbordada por hacer daño.

- Es una profecía, tienes que soportar. Para poner fin a eso, debe despertar la guerrera perdida. - intenta reconfortarlo.

- Por más que les hables menos entienden, no quieren cambiar su modo de pensar. Son peores que los necios.

- Los cambios seguirán para mal. La profecía dice que la maldad será abundante.

-No soportó la extrema negligencia de los padres de dar celular a los hijos con tal que no molesten, los maestros están a merced de los delincuentes disfrazados de alumnos, y si dicen algo los padres defienden sus engendros, mas son delincuentes, más son malcriados, más los protegen. Vamos de mal en peor, se quejan, lo reconocen pero no hacen nada para cambiar eso lo hacen todo mal. - esta agitado y enojado.

- Ten paciencia, todo eso va a acabar. Lo van a pagar. - la voz se muestra calmada, para transmitirla al guerrero.

- ¿Tienes idea de cuántos parásitos he eliminado? Parece que por cada parásito muerto nacen cien.

- Hasta el momento has ejecutado tu trabajo a la perfección.

- Quiero entender por qué el ser humano es cada vez más tonto.

- Es simple, es más, si mal no me equivoco un argentino lo dijo.

 - ¿Un argentino?

- Lo que importa es lo que dijo ¿Verdad?

- Bueno sí.

- Él dijo: “El hombre débil hizo la vida difícil, la vida difícil hizo hombres fuertes, los hombres fuertes hicieron la vida fácil, la vida fácil hizo a hombres débiles”.

-  Y los hombres débiles hacen que la vida sea caótica, y la vida caótica de los hombres más...

- ¡Suficiente! – cortó  la voz – guerrero negro, entiende, es la profecía de los últimos días. El ser humano no va a cambiar solo porque tú te vas a enojar. Deja que suceda  para su eliminación, ellos no verán el nuevo mundo.

- ¿Hasta cuándo hay que aguantar todo esto?

-Todo depende de los guerreros blanco y rojo. Ellos están descubriendo la función del cinturón. Ya han avanzado con el armado, no es fácil, pero lo están logrando.

- ¡Que bien! – lo ve como algo alentador, pero es sarcástico al hablar.

- Guerrero negro, tienes que seguir atacando, para evitar que los objetivos se enfoque en las piedras preciosas y se le complique el trabajo de tus compañeros. Se volverá tendencia el tráfico de piedras preciosas, porque los tráficos de animales, personas, órganos, drogas y armas siguen aumentando y hay éxito. No bajes la guardia, en la trata de blancas puede estar la guerrera. Guerrero negro, no pierdas tu enfoque.

- Estoy enojado. – habla con dureza.

- Eso es lo que te desvía de tu misión. No tengas cólera, no te enfoques en los defectos de la humanidad, enfócate que en cada misión puede que salves a la guerrera.

- Lo siento – modula la voz y el tono da a entender que reconoce su falta – no eran mis intenciones dejar a la guerrera perdida.

- No te desvíes de tu camino.

El prendedor está emitiendo una señal.

-Arriba el ánimo. – la voz dejó al guerrero, es hora de ir a poner orden.

El guerrero negro está en la entrada en una casa abandonada y de estilo rústico. En el interior están dos hombres, ellos están realizando una negociación.

- Mira gringo, mis coyotes me han avisado que van a cruzar a la frontera un buen grupo de migrantes y hay muchas mujeres. Está noche podrías escoger las que te conviene para tu negocio.

- Me interesa un buen lote de mujeres, mexicano. El negocio es muy rentable, sería bueno escoger las más bonitas. - la oferta suena tentadora, pero mejor es la comisión.

- Pero hay que tener cuidado algunas están acompañadas de su familia. - le advierte el mexicano

- Fácil, mexicano, al estorbo se le elimina, si hay mocosos no hay problema, ellos que se queden allí, habrá gente que se apiade de ellos. -  no se complica la vida para resolver problemas.

- Los mocosos son llorones, pueden alertar. - Se preocupa el mexicano, los niños pueden dar alarma con sus llantos.

- Los hacemos callar o los matamos y ya, total, los niños sobran y el gobierno no va a invertir en huérfanos. Nuestro negocio se trata de mujeres. Necesitamos verdes. - El gringo está hambriento de dinero

- Muy bien. Está noche nos vemos en la frontera.

-¿Esta noche? – el guerrero negro aparece en el umbral - ¿Van a negociar sin invitarme?

- ¿Quién  eres tú , de dónde vienes? – grita el americano.

- Soy un interesado en el negocio. – responde con calma.

- ¡Lárgate! – el mexicano le apunta con la pistola.

- Estas enfermo y no te das cuenta.

- ¡Te dije que te largues! – el mexicano se irrita.

El guerrero negro chasquea los dedos  y le sonríe.

-En seis horas morirás de disentería. Así de simple, hasta aquí siento el olor de tu diarrea.

El mexicano se ríe de manera escandalosa, el guerrero aprovecha en volver a chasquear los dedos y mira al americano y le sonríe.

-¿Tengo cara de payaso imbécil? - el americano es exalta.

- No, pero veo que tienes tuberculosis. - le habla con sarcasmo.

- Estoy más sano que tú. - le grita al guerrero negro.

- Tendrás tos perruna y por cada tosida escupirás sangre. Te morirás muy pronto porque nadie ha logrado vivir.

- Estupidez tras otra.  Te voy a patear el trasero. - le grita a la vez que escupe.

- Haz lo que quieras.

Al mexicano se le apagó la risa y tuvo que salir rápido para ir al baño. Al americano le empieza a dar tos y tipo perruna y escupe sangre tal y como lo dijo el guerrero.  El americano se limpia la sangre con su polo, luego busca su pistola que llevaba en su cintura y apunta al frente, al guerrero, pero estaba solo, sale corriendo para alcanzarlo, pero no ve a nadie, y por correr le da una crisis de tos y se va desangrando por la boca.

El americano maldice al guerrero, pero le da tos al levantar la voz y sigue sangrando, pese a todo no deja de injuriar, se ahoga con la tos y la sangre, pero su cólera es más  fuerte que él, por lo tanto, no le queda de otra que guardar silencio y buscar ayuda médica, lo del mexicano es otra cosa, él no puede controlar su diarrea, cada vez que necesita del baño, le dan cólicos, intenta buscar ayuda médica, pero en el camino avanza lento con su auto, debe hacer paradas para evacuar, con los cólicos no puede conducir normal, se retuerce y de esa manera no se avanza.

Al día siguiente, ninguno de los dos amaneció con vida, ni siquiera asistieron a la frontera, las mujeres pasaron la frontera junto con sus familiares.