Trabajar como bailarina en un club nocturno parecía ser mi única oportunidad de salir adelante y llevar una vida medianamente decente, hasta que llegó Dominic a mi vida.
Este hombre que con solo mirarlo traía caos, misterio y sombras, muchas sombras.
Está historia está llena de amor, traiciones, crímenes y violencia.
HISTORIA PARA +18
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15. CORAZÓN ROTO
MELODY
Andy me miraba como si me hubiesen salido dos cabezas, no podía creer lo que escuchaba.
—Vamos por partes, cuéntame lo de tu madre. —Dijo ya más calmada.
—¿Recuerdas que te conté que no había estado en casa? Pues fue porque la destrozaron, no dejaron nada, se llevaron mis ahorros y demás, no quedó nada. —Dije cabizbaja. —Lo poco que había logrado construir en dos años se fue a la mierda, ni siquiera se dónde está mi madre, no sé si está viva o muerta.
—Sabes lo que pienso sobre eso, Mel. —Asentí.
—Sé que lo mejor sería que ella estuviera muerta o que me dejará en paz, pero es mi mamá, me dio la vida. —Andy me miró triste.
—Tienes un corazón muy lindo, Mel. Pero no puedes dejar que alguien te pisotee como esa mujer lo hace, ni siquiera habías podido seguir arreglando la casa o comprar muebles porque siempre roba o te exige, da igual. —Mis primeras lágrimas comenzaron a caer, comencé a jugar con mis manos.
—Solo quiero que todo sea como antes, cuando estaba papá aquí. —Murmure.
Cuando estaba papá aquí... cómo lo extraño.
Cuando el vivía, teníamos una casa grande, era blanca y tenía muchas ventanas en color cobre, un gran jardín donde mi mamá sembraba todas las plantas que compraba en el invernadero que estaba cerca de casa, había una pequeña fuente en dónde había construido junto a mi padre un refugio para pajaritos. Todo era felicidad.
Siempre habíamos sido personas de clase media, nunca tuvimos de más, pero tampoco nos faltaba nada, mis cumpleaños, navidades, todo era mágico.
Mi padre se encargaba de mimarme y hacerme sentir única y claro, era hija única también, nunca quisieron tener más hijos para poder darme lo mejor a mí pero ciertamente siempre anhelé una hermana, nunca la tuve.
No fue hasta que cumplí ocho años que mi padre enfermo, él me decía que tenía el corazón roto que con mis besos y abrazos podría curarse. Pero no. Ni todo el amor del mundo podría hacer que se curara. Ahora sé que al decirme que tenía el corazón roto se refería a una enfermedad cardíaca: Cardiopatía Isquémica.
Intento recuperarse, fue a los mejores médicos que pudo pagar, comenzó a hacer ejercicio, dejo de fumar y se alimentó sanamente pero nada funcionó, esa enfermedad lo consumió completamente, en su mesa de noche había una farmacia entera, sufría de desmayos, dolor en el pecho y no fue hasta que un infarto fulminante acabo con él.
Recuerdo que esa noche yo había llorado porque quería dormir con él, pero mamá no me dejó, me dijo que teníamos que dejarlo descansar. Si solo hubiese dormido con él habría podido despedirme. Pero no.
Mi madre siempre fue muy buena, atenta, vivía para mí y mi padre, era la persona más sana que puedo recordar, cocinaba delicioso y me trataba muy bien. Trataba. Cuando papá murió se transformó completamente, comenzó a relacionarse con malas personas y cayó en las drogas, la primera vez yo tenía diez años. Desde esa edad comencé a valerme por mi misma, aprendí a cocinar y limpiar, deseaba que mi madre se volviera a acercar a mi como antes, que charlaramos y jugaramos con las únicas dos muñecas que me dejó conservar.
Vendió todo, la casa, el coche, las cosas de mi padre, nos quedamos sin nada por sus vicios, pero muy en el fondo de mi corazón sé que el dolor por la perdida del amor de su vida acabo con ella. Acabo con ese brillo en los ojos que se formaba cada vez que veía a su familia feliz. El saber que no la tiene más la consume y prefiere estar drogada y olvidar. Lo sé. Y me duele que no pueda rescatarla.
—¿Estás bien? —Sacudí brevemente mi cabeza y miré a Andy sin comprender. —Te estaba diciendo que tu papá estaría muy satisfecho si hicieras tu vida lejos de tu madre.
—No lo sé, él nos amaba tanto. —Suspire y tome mi bebida.
—Y porque te amaba quiere que seas feliz y el que me digas que te estás enamorando es algo muy bueno. —Hizo una sonrisa a medias y sonreí limpiándome las lágrimas que habían rodado recién.
—¿Recuerdas al chico con el que me senté en el Mobbs? —Asintió frunciendo el ceño. —El día que encontré el desastre aquí, estaba con él porque me había invitado a cenar.
—¿A cenar? ¿Des? &Fruncí el ceño.
—¿Lo conoces? —Sé encogió de hombros.
—No, pero sé dicen muchas cosas Mel, no es alguien bueno con el que debas Relacionarte. —Negué.
—Fue muy bueno conmigo, nos besamos y jamás había sentido lo que sentí estando ahí. —Reconocí. —Es muy atento conmigo y me ayudó a reformar mi casa sin pedir nada a cambio.
—Sigo en mi postura, no estoy muy convencida la verdad.
—¿Sabes algo que yo no? —Negó.
—Es una historia a voces, dicen que no se relaciona con cualquier persona y que tiene negocios siniestros, si me doy a entender.
—No es un narcotraficante, Andy. —Fruncí el ceño. —No lo parece.
—Bien, si piensas eso está bien, pero igual deberías preguntarle. —Negué.
—No puedo, hace cuatro días que llegue aquí y no me ha llamado, ni siquiera me ha respondido el último mensaje que le envié.
Ella frunció el ceño y se rascó la barbilla, yo la miré.
—Es ra...
No pudo terminar de hablar porque la puerta sonó, son las seis de la mañana, ¿qué demonios? Mire a Andy y ella me regreso la mirada, ambos miramos a la puerta.
—Abre. —Me dijo Andy. Negué.
—No, pueden ser los que destrozaron la casa. —Me mordí el labio nervioso y la puerta volvió a sonar.
—Abriré yo. —Andy se levantó y camino hacia la puerta, la seguí por instinto, nos miramos y abrimos la puerta.
—Buenos dias —Di un paso hacia atrás incrédula.
Mis piernas comenzaron a temblar y el aire me faltaba, su aroma inundó mis fosas nasales y mi cuerpo reaccionó ante eso, Andy me miraba sin comprender.
—Dominic. —Dije levemente.
—¿Podemos hablar? —Mire a Andy.
—Me iré a casa Mel, nos veremos mañana en el club. —Sé acercó a mi y me abrazó. Le correspondí.
—Gracias por escucharme. —Le dije. Ella asintió, tomo sus cosas y se retiró mirando con atención a Dominic quien ni siquiera la miro.
—Encontré a tu madre. —Solto sin más.
LE REGALA A SU HIJA SIN IMPORTARLE
LO QUE LE HAGAN ( Y SEGURO ES LA MADRE DE LA CHICA) CON FAMILIA ASI
QUIEN NECESITA ENEMIGOS.
POR LO VISTO LA NIÑA KITTY. VA A TENER
SUERTE POR UN LADO Y PROBLEMAS
POR OTROS. ESE DOMINIC. NO ES UN SANTO, Y TODOS BAILAN A SU ALREDEDOR