Hilos Del Pasado: Entre Recuerdos Y Sacrificios

El bullicio y la emoción de la feria envolvían a William y Zaida mientras paseaban entre las coloridas carpas y los alegres puestos. El sonido de la música y las risas llenaba el aire, creando un ambiente festivo y animado. William llevó a Zaida a un teatro de títeres que representaba la historia de sus dioses y semidioses, una narración que había sido parte de su infancia y que aún le traía nostalgia.

Después de disfrutar de la actuación que relataba la creación de Thaloria y las hazañas de los dioses y semidioses, Zaida y William salieron de la carpa con una sensación de satisfacción y alegría.

Al salir, William se volvió hacia Zaida con una expresión amable. - Si hay algo que desees, házmelo saber. -

Zaida titubeó por un momento, sintiéndose un poco tímida por hacer una petición, pero finalmente reunió el coraje para expresar su deseo. - Bueno... me encantaría probar algunos dulces, esos que están allá -.

William observó cómo Zaida señalaba el puesto de dulces con entusiasmo, pero rápidamente notó que había muchos hombres alrededor del local, lo que despertó su preocupación.

- Zaida, elige algo más. Hay muchas opciones aquí -, sugirió William, tratando de evitar que se decantara por los dulces.

Zaida frunció ligeramente el ceño, pero luego expresó con determinación: - No se preocupe, solo quiero algunos de esos dulces. Ire yo misma -.

William vaciló ante la idea de dejarla sola en medio de toda esa multitud. Sin embargo, finalmente cedió y propuso: - Bien, yo iré. Tu esperara aquí. No te muevas de este lugar. -

Zaida asintió con una sonrisa, aún sin comprender por qué hiba el, 'pude haber ido yo' eso pensó Zaida. Mientras William se alejaba para comprar los dulces, Zaida aprovechó el tiempo para admirar los amuletos colgantes que adornaban el puesto cercano.

Al llegar con los dulces, William se detuvo ante el puesto que estaba Zaida y examinó unos collares y pulseras con interés.

William compró una pulsera, luego se lo entregó a Zaida. - Espero que te guste -.

Zaida aceptó el regalo con gratitud, sintiendo una oleada de felicidad interna y aprecio por la generosidad de William. Juntos, continuaron explorando la feria, disfrutando de la compañía del otro y creando recuerdos preciosos en esa noche especial.

***

Cassian llegó al palacio de William y fue recibido por Letio en la entrada.

- Letio, ¿podrías decirle a William que necesito hablar con él? Quiero pedirle que me preste a Zaida por un momento -, dijo Cassian, con una sonrisa amistosa.

Letio frunció el ceño ligeramente. - Lo siento, Principe Cassian, pero el Principe William y Zaida no están en el palacio en este momento -.

Cassian se sorprendió, -¿No están? ¿A dónde fueron? -.

- Se fueron juntos a la feria -, respondió Letio.

Cassian quedó atónito ante la noticia. No podía creer que William llevara a Zaida a la feria. Sin embargo, forzó una sonrisa y asintió. - Oh, entiendo. Gracias, Letio -.

Mientras Cassian se alejaba, otro visitante llegó al palacio. Era Rowan, pero no entró por la puerta principal. En lugar de eso, estuvo entre las sombras junto con sus espías.

- Vaman a estudiar el palacio. Asegúrense de no ser vistos -, susurró Rowan, con determinación en su voz.

Indes, al darse cuenta de que William no estaba, había alertado a Rowan y sus espías sobre la oportunidad de entrar sin ser vistos.

Desde la distancia, Rowan observaba cómo sus espías se infiltraban hábilmente en el palacio de William. Mientras se mantenía oculto entre las sombras, pudo ver cómo los espías evitaban la seguridad con destreza, deslizándose silenciosamente por los pasillos y las habitaciones.

Después de un tiempo, los espías regresaron con Rowan, entregándole un pequeño plano detallado del palacio de William. Rowan estudió el plano con atención, trazando mentalmente las posibles ubicaciones del mapa que tanto anhelaba.

Con el plano en su poder, Rowan se retiró del lugar junto con sus espías, regresando a su palacio para planear su próximo movimiento.

***

Al llegar a su palacio después de la feria, Zaida y William se prepararon para descansar. Zaida, con un gesto de cortesía, le deseó buenas noches a su amo antes de retirarse a su habitación asignada.

Sin embargo, antes de que Zaida pudiera retirarse por completo, William la detuvo con una suave mano en el hombro. Con seriedad en su voz, le indicó que se quedara en su habitación esa noche, recordándole su deber como su sirvienta personal.

Zaida, aunque un poco sorprendida por la solicitud, asintió con respeto y aceptó la orden de su amo. Aunque le pareció extraño, entendió que era su obligación estar disponible para él en cualquier momento.

Después de que Zaida llevara algunas de sus pertenencias a la habitación, se prepararon para descansar, cada uno en su propia cama. Zaida se acomodó, pero Anika, siempre alerta, notó un olor extraño en el aire, lo que la puso en guardia.

A medida que Zaida caía en un sueño, Anika permanecía vigilante, su instinto de protección en pleno funcionamiento. Decidió investigar el origen del olor extraño y, con sigilo, se deslizó fuera de la habitación.

William escuchó la entrada de Letio en la habitación, interrumpiendo el silencio de la noche. Al ser abordado con la pregunta de Letio, William negó con la cabeza con calma, indicando que no necesitaba nada más en ese momento. Letio, con una expresión de alegría evidente en su rostro, no pudo contener su emoción y comenzó a hablar, expresando su satisfacción por el hecho de que William finalmente estuviera reconociendo el papel de Zaida como su sirvienta personal.

Sin embargo, antes de que Letio pudiera continuar, William lo interrumpió con un gesto de la mano y una mirada seria. - Callate, Letio -, ordenó William en tono firme, indicando que no quería hablar más sobre el asunto.

Letio obedeció, cerrando la boca de inmediato, aunque su rostro aún reflejaba la felicidad contenida por el reconocimiento de William.

William observó a Letio, notando su incomodidad y el deseo de decir algo más.

William suspiro, - Habla -.

Letio reveló que había estado investigando a una de las criadas, su nombre era Indes, quien había estado actuando de manera sospechosa y demasiado cercana a él.

- ¿Se llama Indes? ¿Qué has descubierto? - preguntó William, con interés en los detalles que Letio había recopilado.

Letio asintió, comprendiendo la importancia de su informe. - Parece que Indes es una infiltrada enviada por Rowan. He notado que su comportamiento es bastante fuera de lo común, y su proximidad hacia usted me hizo sospechar aún más - explicó Letio, manteniendo su tono serio y profesional.

William reflexionó un momento antes de responder. - Déjala - dijo con calma.

La sorpresa se reflejó en el rostro de Letio ante la inesperada decisión de William. - ¿Dejarla? Pero, ¿no representa un peligro para usted y para el palacio? - preguntó, mostrando su preocupación por la seguridad de su amo.

Zaida se encargara de ella tarde o temprano, ya que no se caen bien- respondió William, revelando su confianza en la capacidad de Zaida para resolver la situación discretamente.

Letio asintió, comenzando a comprender la estrategia detrás de la decisión de William. - Entiendo. Confío en usted, mi señor - dijo, aceptando la orden de William con lealtad y respeto.

Anika continuó su investigación por el palacio, atenta a cualquier señal de intrusos o peligros potenciales. Mientras exploraba una de las salas, descubrió un pequeño frasco de polvo extraño en el suelo. Intrigada, se agachó para examinarlo más de cerca, lo tomo, y lo guardo.

De regreso a la habitación, Anika se detuvo en seco al notar a William solo, inclinado sobre la presencia de Zaida, quien se encontraba dormida, observándola con una expresión de admiración en su rostro. El suspiro apenas audible de William revelaba sus pensamientos más profundos.

Con un último vistazo a Zaida, se alejó de la habitación, permitiendo que la paz de la noche envolviera la estancia..

Anika entendió de inmediato lo que estaba sucediendo, el pobre Príncipe se había enamorado.