Milena es una hermosa joven, buena hija, que sueña con un futuro prometedor en Italia. Las cosas no fueron fáciles al inicio pero salió adelante de la mano de un encantador piloto que la supo enamorar. Luego de cinco años de feliz matrimonio y dos hijos, un día ella descubre que su amado esposo le ha sido infiel desde el noviazgo. Luego de los primeros caóticos días, después de enterarse de las infidelidades, ella planea con mucha frialdad la manera de salir fortalecida de su divorcio. Ella le enseñará a Gabriele su esposo, la importancia de la fidelidad en un matrimonio. Le hará pagar el engaño que sufrió y lo hará vivir en la tristeza, el arrepentimiento y la soledad. No le quedarán más ganas a Gabriele de volver a burlarse de una mujer. Cuando quiera volver a recuperar a su esposa, ya ella no estará ahí más para él. Ella ahora le pertenece a otro que sí la hizo única y especial. ¿Podrá Gabriele recuperar su mujer algún día? ¿Fue domado el infiel? ¿Lo amará aún Milena?
NovelToon tiene autorización de Eleana para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO CATORCE. LUNA DE MIEL
¡Cuánto nos costó salir de la mansión hacia el aeropuerto! Hicimos el amor en la cocina, en la sala, en la ducha. Vestirnos nos llevó horas pues no parábamos de besarnos y acariciarnos.
Camino al aeropuerto, dentro del carro, fue igual. En la farmacia del aeropuerto tuve que comprar muchos analgésicos y cremas pues me dolía y me ardía todo. No podía caminar bien, ni sentarme, ni pararme. Gabriele reía… ¡A él no le dolía nada!
Dormimos muy abrazaditos durante todo el vuelo. Cuando se repartió la comida, Gabriele me la dio en la boca. Me limpiaba con la servilleta. Me consentía como si yo fuera una niña.
Hubo un momento durante el vuelo que Gabriele me dijo: “Voy a la cabina a saludar al capitán que es amigo mío, ya regreso mi amor”.
Luego de unos minutos, se escuchó la voz del capitán decir que un capitán de ALITALIA se acababa de casar e iba en este vuelo a su luna de miel en Tailandia y le había pedido permiso para confirmarle a su querida esposa cuánto la amaba.
—“Principessa, sé que fue difícil enamorarte en un principio pero el día de ayer finalmente me dijiste SI, ACEPTO. En cambio para mi fue amor a primera vista. Nunca lo dudes. Ayer te juré amor eterno. Hoy, mañana y siempre viviré para reafirmarte cuan grande es mi amor. Te amo querida esposa”, gracias capitán.
Cuando Gabriele salió de la cabina todos los pasajeros aplaudían con entusiasmo. Él vino a mi y nos besamos como si estuviéramos solos.
En mi pecho ya no cabía más amor por Gabriele. ¡Cómo no amarlo tanto! Mi vida dio un vuelco fantástico, hasta respirar no podía si él no estaba cerca. Mis manos siempre buscaban las suyas, mi cabeza siempre buscaba su hombro.
En poco tiempo había creado ya una dependencia infinita hacia él. Era fascinante esa sensación. Era como si lo necesitara más que al aire. Era tan feliz pues absolutamente me veía correspondida. Éramos el uno para el otro.
Llegamos a Tailandia. Al ver a Gabriele muchas personas se giraban a verlo de nuevo. Su altura, sus ojos, no pasaban desapercibidos para la mayoría.
Tomamos un taxi hacia el puerto. Allí estaba un pequeño yate que Gabriele había alquilado y que nos llevaría a nuestra isla.
¡No lo podía creer! ¡Qué espectacular vista tenía ante mis ojos! Una isla toda para nosotros dos. En la parte de atrás del chalet había un pequeño bosque donde habían varios árboles frutales. Toda en derredor tenía arena, una magnífica playa.
Sus aguas cristalinas dejaban ver los peces. Yo estaba maravillada. Entonces Gabriele me dijo: “Estás maravillada con este islote, sin embargo la isla más linda del mundo, seleccionada por una reconocida revista estadounidense de turismo, en 2022, es Ischia en el sur de mi querida Italia”.
—Bueno amor, en nuestras próximas vacaciones ya sabemos dónde ir, le respondí besándolo.
Una vez que dejamos nuestras maletas en la habitación, Gabriele se me fue encima desnudándome en segundos. Su parte favorita son mis senos, me los devora desesperadamente. Luego me enloquece cuando va a mi intimidad. Me hace perder la razón, la noción del tiempo, la cordura. Y luego cuando entra en mí ya es el clímax, lo máximo de la lujuria y la excitación.
Escuchar sus gemidos, la forma como me mira extasiado, sus movimientos… Ahhh pero entonces viene el dolor, yo aguanto hasta que él termina. Pero él espera hasta que yo me vengo y caigo sobre él rendida envuelta en un halo de placer y de satisfacción electrizante .
—¡Eres insaciable amor! ¿Nunca te cansas?
—De ti no principessa. Mientras te tenga a mi lado me tendrás amándote como si fuera el último día. Eres mi locura Milena, desde siempre te deseé.
—Me hiciste esperar tanto, eres culpable de que ahora me las quiera cobrar todas juntas. Lo que no te hice en dos años, ahora te lo haré mañana y tarde.
—Jajajajaja si eres loquito mi amor. ¿Y te funcionará siempre? ¿No has pensado que algún día no… no puedas sentirte excitado? ¿Qué vas a hacer entonces?
—Sí te tengo a mi lado siempre “funcionará”. El problema sería si no te tengo a mi lado. Antes de ti fue curiosidad por el sexo, contigo es sexo con amor. Tu excitas mi existencia. Si me dejaras podría no funcionar con nadie porque tu eres mi motor, ya estoy muy adicto a ti sexualmente, aún desde antes de que me aceptaras.
—¿Tanto me deseabas?
—¡Como no te imaginas Milena! Me enloquecía tu cuerpo, tu forma de rechazarme. Me dejabas siempre con las ganas, quería probarte, tocarte, desnudarte, ir dentro de ti y no despegarme.
—El día que allá en el viejo castillo por fin devoré tus senos, metí mis dedos en tu intimidad y te llevé al orgasmo me di cuenta mi amada Milena, que te necesitaba más que al aire que respiro. Ya no podría vivir sin ti, ya no aguantaba más. Era una tortura tenerte a mi lado y no poseerte.
—¡ Y por eso me propusiste matrimonio!
—Sí, porque desde siempre te amé y porque en poco tiempo te convertiste en el objeto de mis más profundos deseos. Y con cada paso que di te lo demostré. Nunca, nunca lo debes dudar Milena, pase lo que pase ahora o en el futuro.
—¿Viste Milena? El amor de Gabriele es muy grande. ¡Oh Dios! Antes de terminar con este matrimonio, tú debes hablar con él. No te dejes llevar por la ira, sé que estás herida por lo que te han contado, pero la comunicación es muy importante.
—No Omaira. Antes de terminar el matrimonio voy a averiguar bien todo lo que hay de cierto o no en la infidelidad de Gabriele. Cuando tome esa decisión será porque tengo todas las pruebas en mis manos. Ellas serán las que van a hablar y clarificar lo que ahorita no conocemos. Luego hablaré con él si es que el coraje me lo permite.
—¡Como tú digas Milena! Sigue el relato por favor.
—Bueno, los días siguientes fueron igual al primero. Solo sexo y playa. Playa y sexo. Sexo y cocinar juntos. Sexo y nadar, sexo y buceo, sexo y esquí acuático.
—Sexo y dormir, sexo y bañarnos, sexo y comer, sexo y beber, sexo y limpiar la casa. Sexo y hablar. Se me agotaron los analgésicos. Me dolía hasta el apellido. Gabriele no tenía piedad. Me cobraba todos mis desprecios y no se satisfacía con nada Jajajajaja.
Finalmente después de veinte días, debíamos partir. Difícilmente a esa casa volvería una pareja tan lujuriosa como nosotros dos. En el yate por cualquier cosa nos besábamos. Gabriele siempre me llevaba abrazada.
En el vuelo de regreso nuestras bocas no se separaban. Nuestras manos iban fuertemente unidas. Gabriele solo me miraba a mi y me hablaba con infinita ternura. Éramos los típicos recién casados.
Llegamos a Milán, ahora a afrontar nuestra vida como una pareja, como un matrimonio. Nuestro amor ahora iba a enfrentarse a desafíos, a pruebas. Estábamos seguros que nuestra unión cada día sería más fuerte.
¡Al menos, eso era lo que yo creía!