Tristán Firefly, es un esclavo que fue vendido a sus tres años de edad, siendo tratado de una forma cruel e inhumana. A sus ocho años continúa con esa vida, su único sueño es tener una familia propia con su pareja destinada, pidiendo una señal a su Dios. Encontrándose con ella un día después, pero tienen que separarse. Gracias a ello, vuelve a su vida normal, su amo casi lo mata y lo tira al bosque quitando toda evidencia para no ser acusado de asesinato. Todos los creen muerto ahora y con eso logra ser libre para hacer su nueva vida como quiera.
¿Logrará encontrarse de nuevo con Shahiem y ser felices juntos?
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sin salida
Las ventanas estaban cerradas con candado, tenía cortinas gruesas para que nadie viera lo que pasaba en ese lugar. Todas las puertas estaban cerradas completamente, la casa era de piedra en su totalidad, incluso el techo de esa casa pequeña. Tenía solo cuatro cuartos, dos de ellos eran recámaras, mientras los otros eran la cocina y comedor. Solamente el baño estaba afuera, no podía escapar de un lugar así, menos por las personas que estaban afuera, esperando a que saliese de allí.
-Espero que no intentes escapar cómo casi todas las veces Tristán.- dijo la esposa de su amo mientras le tocaba la entrepierna.- Por favor compréndeme un poco, cuando seas adulto serás muy guapo, alguien como tú merece acostarse con una mujer como yo.
Sabía lo que pasaría después, era lo mismo todo el tiempo. La mujer comenzó a quitarse toda su ropa y llevarlo a la fuerza hacia una de las recámaras, no fue tan fácil llevarlo a la cama, se sostuvo de la puerta de esa habitación lo más que pudo. Ella sabía que no tendría muchas fuerzas, sabía que él no había desayunado como era costumbre. Fue fácil esperar a que se acabarán sus fuerzas por completo. Tristán comenzó a sollozar, sus lágrimas salieron rápidamente de sus ojos grandes y azules.
-¿No se da cuenta de que soy un niño?... ¿Por qué me hace esto?.- comenzó a pedir respuestas mientras intentaba no llorar.
-¿No te das cuenta de que no me importa?.- respondió.- Lo que yo veo no es un niño, sino una cara bonita.
-¿Cara bonita?..
- Sí, eres muy lindo y estoy segura de que en unos años serás sexy.- Le quitó la ropa a Tristán.- Y sin mencionar que a esta edad tu amiguito ya mide casi diez centímetros.
Comenzó a lamerlo en esa parte entre sus piernas, no se sentía bien. Ni siquiera se puso erecto.
-Tristán, al menos podrías pararte una vez en tu vida.
No le sorprendió que no pasará nada, nunca se había parado. Lo único que le quedaba era obligarlo a chupar sus pezones, por qué hacerle algo en su parte íntima nunca lo iba a hacer. Ya había intentado el sexo oral y nunca recibió nada. Parecía que ya sabía cuál era su boleto de salida, comenzando a mamar como un bebé, pero sufriendo por ello.
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Había pasado media hora desde que quedó atrapado en esa casa, esa mujer ya se había aburrido de él y su poco interés por tocarla. Le había dejado ir dándole su boleto de salida al final, su mente comenzó a divagar en pensamientos oscuros después de salir corriendo de allí. No dejaba de pensar en la muerte perfecta para él, no quería vivir más, pero al recordar la promesa que le había hecho a Shahiem, no podía permitirse pensar en lo triste e injusta que era la vida para él. Comenzó a recordar que no era el único con problemas en el mundo, incluso podría haber alguien con peor vida que él.