Isabela ha encontrado empleo en una multinacional mientras huye de su exnovio y de los problemas que este le ha generado, lo que no sabe es cada a su alrededor se generan una serie intrigas y hechos que la hacen ver como una persona egoista y malintencionada.
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Capitulo 14
La fiesta iba bien, aunque mi padre me había presentado cuanta mujer de “alta sociedad” le aparecía por el medio, algunas eran hermosas y otras no tanto, pero al hablar todas tenían algo en común estaban buscando un hombre que las ayudara a conservar o mejorar el estatus con el que habían crecido.
Ninguna era lo que estaba buscando, todas eran un cascaron vacío que solo estaban allí a ver que soltero con su billetera abultada encontraban, el problema es que yo no quiero una mujer trofeo, estoy buscando otra cosa totalmente distinta.
De un momento a otro dejé de ver a mi padre y pude relajarme un poco, así que aproveché para tomar unos tragos en compañía de algunos familiares, todo iba de maravilla hasta que veo a Albert hacerme una señal.
-Señor hubo un problema en casa de su padre, ha sacado a la señorita de allí y despidió a uno de los muchachos de seguridad, específicamente al que había dejado para cuidarla – podía sentir mi ira fluir mientras me decía cada palabra
-Vamos inmediatamente a casa – le dije en voz baja para que mas nadie escuchara
-Ellos ya no están allí, no sé exactamente donde están su padre no ha dejado que nadie salga de la mansión – respondió
Al salir del evento pude notar que llovía a cantaros y me imaginaba a Isabel bajo la lluvia sin saber dónde ir, espero que tenga suerte y pueda encontrar algún taxi que la lleve, comencé a llamarla y la llamada no caía, Albert hizo lo mismo con el escolta y nada que nos lográbamos comunicar con ninguno de los dos.
Llegamos a la casa y al entrar confronté a mi padre, no podía sacar a mi asistente así de la casa.
-Si puedo, es mi casa y hago lo que se me pega en gana – fue su respuesta
-Albert por favor recoge mis cosas y llévalas al auto, no seguiré viviendo en esta casa en donde debo ser un títere que este hombre mueve a su antojo – podía sentir la rabia de mi padre en cada uno de sus movimientos
-¿Cómo puedes tener a una simple empleada en el área de invitados? Yo no te crie de esa manera y ¿por lo menos la investigaste? ¿Sabes quién es esa mujer por la que te pones en mi contra? –
-Yo no estoy en tu contra solo que no me parece tu manera de actuar – me trataba como si fuera un niño pequeño, obviamente sabia quien era esa mujer
-Esa mujer es igual a su madre y tú la defiendes, precisamente tu que siempre me has restregado en la cara lo que hice con esa secretaria que terminó siendo una trepadora –
-Creo que me perdí, ¿de qué rayos estás hablando? Explícate – pude ver una medio sonrisa en su cara
-Ella es hija de la madre de tu hermano, no se parecen pero ya la investigué y es su hija, después de abandonar a tu hermano se fue a Estado Unidos y consiguió otro imbécil que si cayó en sus trampas y ahora tienes a su hija como asistente, a una mujer acusada de fraude a la empresa de su familia – esto no puede ser, definitivamente el mundo es un pañuelo
-Eso no te da ningún derecho a echarla de casa así, al fin y al cabo es mi empleada, además tu siempre has repetido que las culpas de los padres no deben pagarla los hijos y si es verdad que es hija de esa mujer ella no tiene la culpa, lo del fraude aun se está investigando y yo tengo mis razones para conservarla como mi empleada – no podía decirle nada a mi padre, el tiene métodos poco ortodoxos para conseguir lo que quiere
-Nuestra empleada porque esa sigue siendo mi empresa – el sabia que me molestaba cada vez que me recordaba que la empresa era de él
-Entonces atiéndela tu o prefieres que tu hijo menor vuelva a dirigirla para que en menos de una semana las acciones se vuelvan a desplomar y pierdas tu amada empresa – me arriesgué con esas palabras, sabía que él podía dirigir su empresa tranquilamente pero no aceptaría que uno de sus hijos se separara de los negocios familiares ya que el otro había generado daños fuertes en solo unas semanas
-No me retes –
-Entonces no interfieras en mis decisiones – la pelea de miradas era terrible, la tensión en la habitación podía cortarse con una simple cuerda
-Señor ya sus cosas están recogidas – habló Albert por fin
-Avísame cuando hayas decidido despedirme, me imagino que por lo menos merezco que me avisen cuando me nieguen la entrada a tu empresa – dije dándome la vuelta
Al salir del despacho pude escuchar como algo se reventaba en la puerta, mi padre siempre ha querido manipularme para que yo haga lo que él quiera, pero yo no soy así, en eso nos parecemos en que no nos dejamos manejar por nadie.
Salimos de la casa y aun seguía lloviendo puedo asegurar que llovía aun más, íbamos despacio y luego de unos kilómetros pude encontrar a Isabel seguida por el escolta.
-Sube – le dije luego de bajar el vidrio de la camioneta
-No gracias, me parece que su padre dejó bien claro que no soy de su agrado – de verdad que esta mujer es demasiado orgullosa
Ella iba caminando y yo iba intentando hacerla entrar en razón, hasta que se me ocurrió algo, vamos a ver si resulta.
-Si no vas a dejar que te ayude por lo menos piensa en ese pobre hombre que está detrás de ti desde hace que se yo cuanto tiempo – se detuvo y lo vio que estaba igual de empapado que ella
-Disculpa por hacerte pasar este mal rato – le dijo tocándole el hombro
-No se preocupe señorita mi trabajo es cuidarla y en eso estoy – el me miró con cara de gratitud y ella subió a la camioneta con su maleta sin decir nada más
De verdad que cada vez me asombra más, no se subió por ella, se subió para que mi escolta no siguiera mojándose, como alguien así puede ser todo lo dicen de ella.