Ofelia no ha tenido suerte en esta vida desde su llegada. A su corta vida no ha sabido más que de sin sabores.
Luego de años de abuso y violencia, encuentra una segunda oportunidad en el amor, de la persona que menos hubiera imaginado.
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Capitulo 14
Iddo
Me dirijo a la casa de Vicenzo, por suerte el negocio va mejor de lo esperado, aunar fuerzas sirvió para poder desarrollarlo sin problemas, ya que cada uno tenía contactos importantes en varias áreas. Llego, dejo mi auto en la entrada y me dirigía a la puerta cuando ví que estaban domando unos caballos cerca de la caballeriza, lo que me hizo cambiar mi rumbo, ya que amaba a los caballos. Me dirigí al lugar, eran dos pura sangre, una nueva adquisición del jefe me dijo su adiestrador, nada mansos ninguno de los dos. A quien lo montaba le daba trabajo hacerlo, era todo un espectáculo. Sin querer dirigí mi vista al establo y ahí estaba, la niña en la que tanto habían nadado mis preocupaciones. Ella estaba de espaldas no me vió, pero la reconocí por su pelo. Seguí en lo mío, pero sabiendo que estaba ahí no podía no mirar de vez en cuando, me generaba mucha intriga.
Por fin en una de esas miradas, ella estaba de frente y tremenda fue mi sorpresa al ver qué tenía su cara toda golpeada, pero no era un golpe, eran muchos, apenas y se veía su piel debajo de tantos moretones. Después de dudarlo un poco me acerqué, ella no me escucho llegar y se asustó un poco cuando me vió detrás.
- Ofelia, no?.- Le pregunté, ella dió un paso atrás y agachó la mirada.
- Si señor.- respondió con timidez y en un tono muy bajo.
- Estás bien? Qué te pasó?
- Me caí.- En ningún momento me miró a los ojos, y respondía casi en susurros.
- Te caíste sobre varios puños. Parece que fue lo único que te llovió. Todo eso no te lo haces con una caída. Estás bien? Por qué estás aquí así?
Ella no dijo nada, y podía ver cómo tomaba sus dedos con nerviosismo.
- De acuerdo, sino me lo dices tú, hablare con tu jefe.
- No señor, por favor! No es necesario, solo me caí.- Por fin me miró, esos ojos, esa mirada triste, pero esos ojos tan hermosos. Su voz, estaba aterrada, no se si el miedo era por Vicenzo o porque él se enterará de su estado. Quizas tenía un novio y la maltrataba, quizás estaba pagando alguna deuda de sus padres y está era su condena. No aprobaba el hecho de torturar niños, o hacer pagar a los familiares de aquellos que nos traicionaban, pero esas eran mis reglas, y cada quien tenia las suyas, si este era el caso no podía intervenir. Pero verla así en ese estado me partió el alma, estaba tan desprotegida.
- Esta bien, no diré nada.- Y me alejé de allí. Me sentí culpable, y no sé porqué me importaba. Cosimo llegó a decirme que la niña me gustaba, lo que era una locura porque justamente, ella era una niña, tenía solo 15 años. No salía con menores, de ninguna forma. Siempre estuve bien acompañado, por mujeres, mujeres hermosas, de gran físico, y lo más importante, mayores de edad. Compañía femenina jamás me faltó, no era un problema para mí, no tenía ni que buscar demasiado, llegaba a un lugar y ya tenía varias pretendientes bien dispuestas, no necesitaba ésto, me dije a mí mismo y seguí mi camino hacía la casa.
Al entrar me recibe el ama de llaves y me hace pasar al despacho, donde ya me estaba esperando Vicenzo. Empezamos a hablar de números, de la venta, de nuevos recursos, de papeleo y sobornos para que las autoridades necesarias hagan la vista gorda, y en eso entra su ama de llaves a preguntar que íbamos a tomar, siempre que pasa esto, es Ofelia la que trae la bandeja con lo pedido, está vez vino una mujer en su lugar, otra mucama. Dejo todo y se fue. Vicenzo se enojo porque no habían hecho su café como él lo toma siempre, creo que Ofelia es la única que sabe la medida justa.
Llama a su ama de llaves, quien retira su café, y a los pocos minutos es Ofelia misma quien lo trae, lo deja y espera para retirarse, no puedo no mirarla, su cara da pena de lo lastimada que esta, y creo que no solo es su cara ya que se nota que camina con algo de dificultad. Vicenzo le dice que se retire, ella asiente y se marcha. Seguimos con lo nuestro pero no aguanto más y saco el tema.
- Esta muchacha.
- Si, qué hay con ella?- Me responde Vicenzo sin levantar la mirada de los papeles.
- Por qué está así? Es decir, esta toda golpeada.- Él me mira pero no responde, sigue con lo suyo hasta que me repregunta.
- Por qué? Te importa?
- No, es decir, no la conozco más que de verla aquí dos o tres veces, pero todas las veces estaba con visibles golpes en su cara y me da curiosidad. Tiene un novio que la golpea o está pagando la traición de alguien?.- Él me miró serio, como queriendo buscar otra verdad detrás de mis palabras.
- Esa escoria está así porqué se lo merece, y no tengo porque dar explicaciones de lo que pasa en mi casa y lo que hago con mi personal.- Las últimas palabras me dieron la indicación de que ella estaba así por él, o él era quien la golpeaba o hacia que alguien la golpeé.
- Si, lo siento, no quise ser irrespetuoso, solo fue una pregunta.
- Esta bien, no hay problema. Si te deja mas tranquilo, lo merece, no sirve para nada es una completa inepta.- Me respondió mientras seguía enfocado en los papeles.
- Sin embargo, es la única que sabe cómo hacer el café justo a la medida que te gusta.- Levantó la mirada y me miró con inquisición, fijo y directo.
- Y por eso su vida vale algo? Por qué sabe hacer un puto café?.
- No, solo fue una observación a su supuesta incompetencia.- Ya no lo aguanto y me espeto sin más.
- Qué es lo que pasa aquí? Ella también es tu puta? Eres su cliente? Le pagas por sexo?.
- Qué?.- No sabía a qué venía todo esto.
- La pesqué hablando con Graviano, y si bien ambos me mintieron, me dí cuenta de cuales eran las intenciones de los dos. La pequeña mierda se anda ofreciendo en mi casa y con mis socios, por eso está así.
Me quedé mudo, y mi cara de sorpresa no debe haber pasado inadvertida, aunque al pasar los segundos me puse a pensar, Graviano, ella y una propuesta indecente, con el miedo que le tenía esa chica. La salvé dos veces de situaciones incómodas con él. La salvé de que la abuse aquella noche en la cocina, si realmente quisiera ella cobrarle por qué se hubiese resistido? Esto no me cerraba.
- Estás seguro de esto?- Le pregunto.
- Si, esa pequeña mierda es una puta regalada.- Y me costaba creerlo, o hacia muy bien fingiendo bajo un acto de timidez o este tipo no la conocía ni un poco.
- Graviano me dijo de llevarla a su casa para "hacer una cena" para sus invitados, ahora me doy cuenta de que tipo de "cena" era. Debería hacerla ir, sabiendo la fama que tiene él, no creo que la pasé bien, y se merece eso y más.- Dijo él con odio, me asombro el odio que siente hacía ella, y me dió más pena aún, todo era muy raro, no me cerraba nada, y era claro que todo esto lo empezó Graviano.
- De acuerdo, y si te digo que la quiero comprar?.- Él dejo los papeles, por primera vez desde que empezó la charla.
- Qué?.
- Que la quiero comprar. Es claro que te molesta, tienes muchos empleados, no notarás su ausencia, y así como iría con Graviano, puede ir conmigo. Pon un precio.- Él se quedó mudo, mirándome fijo, serio, casi interrogandome con la mirada.
- Y para qué la quieres?
- No lo sé, para lo mismo que hace aquí supongo, quizás para otras cosas también.- Esto último lo dije solo por decir, ya que claramente él pensaba que ella era una regalada, no hacía mucha diferencia que lo convenza de lo contrario.
El que me preocupa es el profesor Tiziano, creo que no me quedan dudas de que el es el cómplice y espía de Graviano dentro de la casa