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Lecciones De Amor

Lecciones De Amor

Status: En proceso
Genre:Romance / Aventura de una noche / Diferencia de edad
Popularitas:3.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Abigail Limón

Ella tiene miedo de la atracción que siente por el joven con el que durmió una sola noche, él hará lo posible por repetir la experiencia con la hermosa maestra de su hermanita.

NovelToon tiene autorización de Abigail Limón para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El pretexto perfecto

La música clásica era su mejor compañía cuando disponía el tiempo para relajarse y pensar recostado en su amplia cama que era el lugar más cómodo en ese departamento; Leonardo siempre había sido un hombre callado y solitario por eso al pasar sus noches en el bar mirando a las chicas buscando en alguna un escape momentáneo, se sentía tan fuera de lugar, como si poco a poco perdiera su esencia. Natasha respetaba esa forma suya de ser aunque no la compartía, a menudo ella salía a bailar y llegaba en la madrugada; ahora que él había experimentado el despertar con una chica diferente cada fin de semana le hizo pensar si no ella alguna vez habría sido abordada por un desconocido mientras bailaba sola o tomaba un trago, quizás alguna vez pudiera haber cedido sabiendo que él estaba esperándola en casa muy confíado y si Gabriela era así, después de todo así fue como la conoció además de que días después la vio de nuevo en el bar con otro hombre en lo que parecía ser una cita. 

—¿Cómo es que siempre terminas por colarte en mis pensamientos? 

Leonardo comenzó a recordar pequeños detalles que guardaba como aliciente para aumentar su enamoramiento obsesivo hacia esa mujer como el brillo de sus ojos enmarcados por largas pestañas; las miradas fugaces que a veces le daba como pretendiendo que él no lo notará; mientras caminaban bajo la lluvia, Leonardo pudo delinear la forma de sus labios, su boca pequeña, Leonardo ansiaba recordar el sabor de esos labios, recordar cómo había sido el primer beso pero quizás por el alcohol y lo fugaz que fue lo había olvidado. Necesitaba más de ella. 

—¿Qué podría hacer? No puedo solo decírselo, así nada más. Necesito acercarme poco a poco. Aunque quizás sería mejor si dejará las cosas como están, para qué querría yo complicarme la vida ahora. 

El brillo de algo bajo el bordo del tapete le llamó la atención, Leonardo se levantó para ver qué cosa era y como si fuese una señal del cielo sonrió mientras sostenía el pequeño objeto frente a sus ojos. 

—Este pendiente es suyo, ella lo llevaba esa noche. 

Gabriela había sido la última mujer que había dormido con él en su departamento, aunque los días siguientes sí había intentado seguir con la dinámica de abordar chicas hermosas en el bar como Carlos le había sugerido e instruido, simplemente no había logrado llevar a nadie más, ahora ya no pensaba en hacerlo, ya ni siquiera había ido al bar. 

Ese pendiente bien podría ser el pretexto perfecto para introducirse en un aspecto más personal de Gabriela, no solo en el trabajo. 

Leonardo tomó su teléfono con una idea en mente, su primo podría ayudarle. 

—Aló, sí Bruno soy yo. No, no puedo ir ahora. Necesito que me ayudes con algo. Podrías preguntar a tu novia la dirección de su amiga. Si de Gabriela, deja de reirte y dime si puedes hacerlo. Si está bien, espero tu mensaje. 

......................

—Hola. Pasaba por aquí y pensé en venir a saludar —dijo Leonardo a modo de broma. Gabriela estaba clavada en el suelo increíblemente tensa mirando  de un lado a otro sin saber qué hacer. Al lado de la puerta estaba su hijo que la miraba tratando de descifrar algo en su rostro y afuera estaba Leonardo con ese aire seductor que lo envolvía, relajado y con las manos en los bolsillos; sonriendo como si fuera lo más natural del mundo y mirándola de esa forma. 

—Creo que no es un buen momento, será mejor que me vaya —dijo Leonardo haciendo que ella saliera de ese estado de shock y reaccionara de forma un tanto impulsiva y emocional. 

—No, espera —soltó Gabriela casi gritando. Se quitó el delantal con cuidado para disimular su ejercicio de respiración profunda que practicaba para relajarse —Adelante —indicó ella en un esfuerzo por no parecer una jovencita ansiosa o una anciana que nunca recibe visitas —. Te presento a mí hijo, Omar. 

—Omar, él es Leonardo es… es un compañero del trabajo. 

Omar miró al invitado de arriba a abajo sin disimular su inspección pero luego de unos breves segundos concluyó que el tal Leonardo parecía un buen tipo, él ya no era un niño y entendía bien de qué iba todo, las señales estaban ahí empezando por la actitud de su madre. 

—Es un placer —dijo Leonardo extendiendo su mano para estrecharla con el chico a modo de saludo —Leonardo Rivera. 

—Omar Fuentes —respondió estrechando su mano —así que ¿Eres profesor de? 

—De inglés. 

—Vaya, es genial. Bueno yo tengo que ir a… mamá voy a salir no te preocupes por la camisa yo lo hago. Un gusto Leonardo. 

Omar salió casi corriendo por la estancia desapareciendo por la escalera hacía la segunda planta. Gabriela pudo respirar más tranquila, de alguna manera el que su hijo la viera con Leonardo actuando como una jovencita enamorada la ponía aún más nerviosa. 

—Gustas un café —fue lo primero que se le ocurrió para romper con el silencio que se había formado. Leonardo la miró fijamente como si quisiera ver a través de ella y eso la removió inquieta, de nuevo esa sensación de calor que la inundaba. 

—Claro, si no es molestia. 

—Por supuesto que no pasa, siéntate. 

—No te molesta si te acompaño. 

Gabriela trago grueso tras lo dicho, algo similar le había dicho esa noche cuando lo conoció y habían terminado en la cama, algo en su interior, esa mujer valiente y soñadora se emocionó al pensar que podrían quizás terminar igual, enrollados entre las sábanas de su habitación esta vez como en una película romántica. Gabriela se sacudió mentalmente para deshacerse de aquella loca idea. 

—Claro, solo que la cocina es un desastre —Estaba horneando algo pero…

—No te preocupes —esa voz profunda y sedosa la hacía estremecer de una forma que ella no podía explicar al menos no con palabras —si me permites podría ayudarte. Leonardo la seguía de cerca, Gabriela podía sentirlo respirando sobre su hombro pero no era incómodo sino todo lo contrario.

—Vaya, no pensé que supieras algo de cocina —dijo sin la intención de subestimar o ser incrédula, solo fue algo que le salió de repente porque son cosas que se dicen como algo natural, como un cliché. Su respuesta, cliché o no, provocó que el calor subiera a su rostro y saliera por sus poros. Gabriela se sintió sofocada en ese momento bajo esa mirada profunda y un tanto burlona, podría haber colapsado de no ser porque se sostenía firmemente del marco de la puerta de su cocina. 

—Aún hay muchas cosas que no conoces sobre mí. 

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julietha galiano
no jodas, 40 años y no ser asertiva en la comunicación. no es no y si es si. osea eso hace parte la vida de crecer y madurar. y tene 40 y no serlo deja mucho que decir, que falta de carácter y como que crio al hijo igual, porque la novia como que lo maneja con el dedo chico del pie
julietha galiano
ess roberto que hp cucaracha desgraciado, ahora quiere volver porque lo echo la que tenia y no tiene ni donde caerse muerto. pretende vivir a costa de Gabi. jaj atrevido parásito
julietha galiano
😳😶😂😂😂😂😂😂
【Full】Fairy Tail
😎Qué historia tan buena!
Ryner
Me encanta la forma en que construyes la atmósfera y me haces sentir como si estuviera en la historia de verdad 🌅💭.
Sandy
quiero conocer la historia completa ya
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