En un mundo asediado por la oscuridad, Elara y sus amigos, Kael, Lila y Thalion, se embarcan en una peligrosa expedición para invocar el poder del dragón y descubrir un antiguo artefacto en el Valle de la Luz, con la esperanza de proteger su hogar, Eldoria, de las sombras que amenazan con regresar.
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Capítulo 13: La Confrontación en el Templo
El grupo avanzó por el sendero serpenteante que conducía al templo, el aire se volvía más denso a medida que se acercaban. Los árboles parecían cerrarse a su alrededor, como si la naturaleza misma estuviera conteniendo el aliento ante la inminente confrontación. Elara lideraba el camino, su corazón latiendo con fuerza mientras pensaba en lo que les esperaba.
“¿Estás bien, Elara?” preguntó Kael, notando su expresión de concentración. “No tienes que cargar con todo el peso. Estamos contigo.”
“Lo sé,” respondió ella, girándose para mirarlo. “Pero esto es más que solo una batalla. Es nuestra última oportunidad para salvar Eldoria.”
“Y lo haremos,” dijo Lila, su voz suave pero firme. “No estamos solos en esto. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar.”
Thalion caminaba justo detrás, observando el entorno con atención. “El artefacto debe estar en el corazón del templo. Su energía es poderosa, y debemos estar preparados para enfrentar cualquier guardián que lo proteja.”
Al llegar a la entrada del templo, se encontraron con un gran umbral cubierto de enredaderas y símbolos antiguos. La piedra parecía vibrar con energía, y una sensación de reverencia llenó el aire.
“Es impresionante,” murmuró Lila, tocando la superficie del umbral. “¿Qué crees que encontraremos dentro?”
“Esperemos que respuestas,” dijo Elara, mientras empujaba la puerta con determinación. El pesado sonido de la piedra resonó en el interior, y el grupo entró, encontrándose en un vasto vestíbulo iluminado por un resplandor tenue.
“Es hermoso,” susurró Kael, maravillado por los frescos en las paredes que narraban la historia de la luz y la oscuridad. “Mira, aquí se habla del dragón.”
“Sí,” dijo Thalion, acercándose a un fresco que representaba al dragón en su esplendor. “Era un protector, una fuente de esperanza. Necesitamos invocar su poder.”
Mientras exploraban el vestíbulo, una sombra oscura comenzó a manifestarse en una esquina, tomando forma y ganando fuerza. El grupo se detuvo, sus corazones latiendo al unísono.
“¿Qué es eso?” preguntó Lila, retrocediendo instintivamente.
“Es la sombra,” dijo Elara, su voz llena de determinación. “Debemos enfrentarlo.”
El ser oscuro se materializó completamente, y una voz profunda y burlona resonó en el templo. “¿Han venido a buscar el poder del dragón? Son solo niños, llenos de ilusiones.”
“¡No te tenemos miedo!” exclamó Kael, adelantándose. “Sabemos lo que eres y por qué estás aquí.”
“¿Sabes lo que soy?” la sombra se rió, una risa que reverberaba en las paredes. “Soy la representación de sus propios miedos. Y ustedes no son más que marionetas en una obra trágica.”
“¡Cierra la boca!” gritó Lila, su voz temblando de ira. “No tienes poder sobre nosotros.”
“Oh, pero sí lo tengo,” dijo la sombra, avanzando hacia ellos. “Ustedes se han enfrentado a sus verdades, pero eso no significa que estén listos para lo que está por venir. ¿Qué pasará cuando la oscuridad se apodere de su corazón?”
“No permitiremos que eso suceda,” respondió Elara, su voz firme. “Hemos venido aquí para proteger a Eldoria y reclamar el poder del dragón.”
La sombra se rió nuevamente, su forma retorciéndose en un espectáculo aterrador. “Entonces, intenten invocarlo. Veamos si realmente tienen la fuerza para hacerlo.”
“Debemos unir nuestras fuerzas,” dijo Thalion, mirando a sus amigos. “El artefacto debe estar cerca. Si podemos concentrar nuestra energía, tal vez podamos invocar al dragón.”
“Sí,” asintió Elara. “Todos juntos. Debemos hacerlo ahora.”
El grupo se tomó de las manos nuevamente, formando un círculo. Cerraron los ojos y comenzaron a murmurar las palabras del antiguo ritual que habían aprendido. La energía comenzó a fluir entre ellos, y la luz se intensificó, iluminando el templo con un resplandor dorado.
“¿Qué creen que están haciendo?” la sombra se burló, su voz llena de desdén. “La luz no puede vencer a la oscuridad.”
Pero la luz continuó creciendo, llenando el espacio con un calor reconfortante. Elara sintió cómo su corazón se alineaba con el de sus amigos, y la conexión entre ellos se volvía más fuerte.
“¡Dragón de la luz, ven a nosotros!” gritó Elara, sintiendo que su voz resonaba en las paredes del templo. “Te invocamos en este momento de necesidad.”
La sombra comenzó a retorcerse y a gritar, su forma oscura encogiéndose ante el poder de la luz. “¡No! ¡Esto no puede estar sucediendo!”
“Estamos más unidos que nunca,” dijo Kael, su voz llena de convicción. “No permitiré que nos detengas.”
La energía del grupo se intensificó, y un resplandor brillante llenó el templo. De repente, un estruendo resonó y una figura majestuosa comenzó a emerger de la luz. Era el dragón, sus escamas brillando con cada color del arcoíris.
“¿Quién me llama?” la voz del dragón resonó, profunda y poderosa. “Siento la lucha entre la luz y la oscuridad.”
“Nosotros somos los guardianes de Eldoria,” respondió Elara, su voz temblando de emoción. “Hemos venido a buscar tu ayuda para combatir la sombra que amenaza nuestro hogar.”
“¿Están listos para enfrentar la oscuridad con el poder que llevan dentro?” preguntó el dragón, su mirada intensa fija en cada uno de ellos.
“Sí,” afirmaron al unísono, sintiendo su determinación renovada.
“Entonces, la luz de su verdad guiará mi poder,” dijo el dragón. “Juntos, derrotaremos a esta sombra.”
La sombra, que había estado observando con furia, se lanzó hacia el grupo. “No permitiré que esto suceda! Ustedes no son más que insensatos.”
“Estamos más allá de tus mentiras,” dijo Lila, levantando su mano. “La naturaleza y la luz están de nuestro lado.”
La luz del dragón se intensificó, y con un poderoso rugido, lanzó un torrente de energía hacia la sombra. El impacto fue abrumador, y el templo tembló bajo la fuerza del ataque.
“¡No! ¡Esto no puede estar sucediendo!” La sombra gritó, su forma comenzando a desvanecerse. “¡No me dejen!”
“Estás acabado,” dijo Thalion, su voz llena de autoridad. “La luz siempre prevalecerá sobre la oscuridad.”
Con un último estallido de luz, la sombra fue consumida, desapareciendo en un torbellino de energía oscura que se desvaneció en el aire. El eco de su grito resonó en el templo, pero pronto se extinguió, dejando solo un profundo silencio.
El grupo se quedó en pie, con el dragón a su lado, sintiendo la energía aún vibrando a su alrededor. “Lo logramos,” murmuró Lila, sorprendida.
“Sí,” dijo Elara, con una sonrisa llena de alivio. “Hemos enfrentado la oscuridad y hemos prevalecido.”
El dragón se inclinó ante ellos, su presencia imponente y benevolente. “Han demostrado un gran valor y unidad. La luz que llevan en sus corazones es poderosa. Utilicen este poder para proteger Eldoria y guiar a otros en su camino.”
“Lo haremos,” prometió Kael, su voz firme. “No dejaremos que la sombra regrese.”
“Recuerden siempre que la verdad y la luz son sus mejores armas,” dijo el dragón. “Y aunque la oscuridad pueda acechar, su luz siempre encontrará el camino.”
Con un último rugido, el dragón se elevó en el aire, rodeado de luz, y se desvaneció en el horizonte. El grupo se miró, sintiendo la energía de la victoria fluir a través de ellos.
“Estamos listos para enfrentar lo que venga,” dijo Thalion, su mirada llena de esperanza.
Elara asintió, sintiendo la carga de la responsabilidad en sus hombros, pero también la fuerza de la amistad que la rodeaba. “Sí, juntos somos invencibles. Eldoria necesita nuestra luz, y no la dejaremos apagar.”
Con paso firme, salieron del templo, llevando consigo la luz que habían invocado y la promesa de un futuro brillante para su reino. La batalla contra la sombra había terminado, pero su viaje apenas comenzaba.