Ella necesita un esposo para poder obtener la herencia que le dejó su abuelo, a él le quieren imponer un matrimonio. Un momento de confusión los hará conocerse y él aprovechará esa oportunidad para escapar del matrimonio que no desea, sin saber que gracias a ella también obtendrá la libertad que tanto ansiaba.
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Un escape revelador
Luego de la breve reunión con su abuelo, Kyle se sentía demasiado agobiado. Así que decidió que ambos necesitaban un respiro de las tensiones que los rodeaban. Una escapada de fin de semana sería perfecta para desconectarse y disfrutar del tiempo juntos. Una tarde, mientras Annia estaba en la cocina preparando el almuerzo, Kyle se le acercó con una sonrisa.
-Annia, ¿qué te parece si nos escapamos este fin de semana? Solo tú y yo, alejados de todo el estrés - sugirió, su voz llena de entusiasmo.
Annia se giró para mirarlo, sorprendida pero visiblemente emocionada.
-¿De verdad? Eso suena increíble, Kyle. ¡Me encantaría!- respondió, sus ojos brillando con alegría.
Kyle sonrió, sintiéndose aliviado por su reacción positiva.
-Genial. Entonces empaca algunas cosas. Salimos mañana temprano- le dijo, abrazándola brevemente antes de salir de la cocina. Ellos no tenían una relación de pareja, pero si una llena de complicidad y compañerismo.
A la mañana siguiente, cargaron el auto con sus maletas y se pusieron en marcha. Durante el viaje, la conversación fluía con naturalidad, y la música que sonaba en la radio llenaba el aire con un ambiente alegre.
-No puedo creer que estemos haciendo esto- dijo Annia, riendo mientras cantaba junto con la canción que sonaba en la radio- Yo debería estar ocupnadome del tema de mi herencia y sin embargo aquí estoy... escapando contigo
Kyle la miró de reojo, su sonrisa reflejaba su propia felicidad.
-Necesitábamos esto. Un poco de tiempo para nosotros, sin preocupaciones ni dramas- respondió, sintiéndose relajado por primera vez en mucho tiempo- Además recuerda que estamos juntos en todo.
Hablaron de todo y de nada, compartiendo historias de su infancia y sueños para el futuro. A medida que se adentraban en paisajes cada vez más hermosos, Annia no podía dejar de admirar la belleza del entorno.
-Este lugar es increíble, Kyle. No puedo esperar a llegar a nuestro destino- dijo, con sus ojos brillando de emoción.
Kyle sonrió, disfrutando de su entusiasmo.
-Aún no has visto nada. Espera a ver dónde nos quedaremos- respondió él con una chispa de misterio en su voz.
Después de un par de horas de viaje, llegaron a un camino rodeado de árboles que los condujo a una hermosa propiedad escondida en el bosque. Annia quedó boquiabierta al ver la majestuosa casa de campo que se alzaba frente a ellos.
-¡Esto es... impresionante!- exclamó, mirando la casa con asombro.
Kyle se sintió complacido por su reacción, pero no mencionó que la propiedad pertenecía a su familia.
-Me alegra que te guste. Vamos, entremos y exploremos - dijo, tomando su mano y guiándola hacia la casa.
La casa era una combinación perfecta de elegancia y comodidad, con grandes ventanales que ofrecían vistas panorámicas del paisaje circundante. Pasaron la tarde explorando la propiedad, disfrutando de la tranquilidad y la belleza del lugar.
Esa noche, decidieron cenar en el porche, bajo un cielo lleno de estrellas. Kyle había preparado una comida sencilla pero deliciosa, y Annia no podía dejar de sonreír mientras compartían la cena.
-Kyle, esto es perfecto. No recuerdo la última vez que me sentí tan relajada- dijo Annia, tomando un sorbo de vino.
Kyle asintió, sintiendo lo mismo.
-Me alegra escuchar eso. Ambos necesitábamos este tiempo, lejos de todo- respondió, con voz suave.
-Puede que tengas razón, Kyle- le dijo ella- Si no fuera porque mi prima intentó... - de pronto ella se quedó en silencio.
-Si no fuera porque tu prima y tu ex prometido intentaron matarte, todo sería diferente- afirmó él, ella lo observó sorprendida.
-¿Tu sabes? - indago.
-Sí, yo sé que ellos intentaron matarte para quedarse con tu herencia- respondió él, ella se sintió avergonzada, entonces Kyle le tomó las manos en un gesto que solamente intentaba ser tranquilizador- Pero ahora no debes preocuparte por eso min por nada- agregó y ella sonrió sintiendo que las palabras que él acababa de pronunciar le daban seguridad.
Después de la cena, se sentaron juntos en un banco, disfrutando de la serenidad de la noche. La conversación fue ligera y divertida, pero también hubo momentos de silencio confortable donde simplemente disfrutaban de la compañía del otro.
Al día siguiente, decidieron explorar los alrededores. Mientras caminaban por un sendero que rodeaba la propiedad, Annia tropezó con una raíz y casi cae al suelo. Kyle, rápido de reflejos, la atrapó justo a tiempo.
-¡Cuidado!- exclamó, sosteniéndola firmemente.
Annia rió nerviosamente, agradecida por su rapidez.
-Gracias, Kyle. Qué torpe soy- le dijo, sonrojándose ligeramente.
Kyle sonrió, sus ojos encontrando los de ella.
-No es nada. Solo quería asegurarme de que estés bien- respondió, sin soltarla.
El contacto físico y la proximidad hicieron que ambos sintieran una tensión nueva, una atracción que no habían experimentado antes. Annia apartó la mirada, sintiendo su corazón latir con fuerza, mientras sin querer sus mejillas se sonrojaron.
Más tarde ese mismo día, mientras estaban en la sala de estar de la casa, Annia intentó alcanzar un libro que se hallaba en un estante alto, subiéndose a un pequeño banquillo. Al hacerlo, perdió el equilibrio y cayó hacia atrás. Kyle, una vez más, la atrapó, pero esta vez ambos cayeron al suelo en una posición bastante incómoda y comprometida.
-¡Kyle!- exclamó Annia, riendo a pesar del susto.
Kyle rió también, pero pronto ambos se quedaron en silencio, sus rostros quedaron a solo centímetros de distancia, las manos de él alrededor de la cintura de ella, se miraron a los ojos. La tensión entre ellos era palpable, y antes de que pudieran pensar en lo que estaba pasando, Kyle se inclinó y la besó.
El beso fue suave al principio, pero pronto se volvió más intenso. Annia correspondió, sintiendo una oleada de emociones que la abrumaron. Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento, mirándose con sorpresa y deseo.
-Annia, yo...- comenzó Kyle en un vano intento por disculparse, pero ella lo interrumpió.
-No digas nada, Kyle. Solo... solo abrázame- susurró, sintiendo una conexión profunda con él, una que jamás había sentido estando con Marcos.
Kyle la abrazó, ambos sintieron que algo había cambiado entre ellos. La escapada de fin de semana, que comenzó como una manera de escapar de las tensiones, había revelado sentimientos que ambos no podían seguir ignorando.
Pasaron el resto del fin de semana disfrutando de la compañía del otro, aunque ninguno de los dos fue capaz de hablar sobre aquel beso y mucho menos fueron capaces de olvidarlo.