Mi Hermana Gemela

Después de ese día traté de no pensar en Sebastián y ahora que se había ido todo sería mucho más fácil, hice un par de llamadas y hoy debo estar a las 6 de la mañana en una reunión con los socios de la empresa de mí "querido prometido" él no acepto la tregua así que ahora trataré de aprovechar el tiempo que él no este para dejar de depender de su dinero sin que nadie lo note.

Cuando pase un mes nos divorciamos y me iré lejos, eso es lo que debo hacer...

Ya estando en la sala de juntas empiezan a llegar los socios y en medio de la reunión se acuerda que yo voy a invertir en uno de sus más recientes proyectos a base de que es un proyecto bastante grande y yo puedo costearlo, después de que la reunión acabara, un socio mayoritario se queda y me pide que yo también lo haga, después de unos 10 minutos nos quedamos solos.

Estefany: ¿Qué es lo que necesitaba hablar conmigo?

Socio: Estoy vendiendo mis acciones, no lo he comentado con mis socios, pero quiero irme del país, renunciar a la empresa por mi familia, soy el mejor amigo de Sebastián, él entenderá mis acciones, solo necesito a alguien que sea de confianza y tú ahora eres nuestra inversora así que en qué manos estarían mejor mis acciones si no es en las tuyas.

Estefany: Ok, supe que tú tienes el 30% de las acciones, ¿las quieres vender todas?.

Socio: Si

Estefany: Ok, dame un número y te daré un cheque, lo podrás retirar cuando quieras, Pero antes dime que tanto conoces al señor Sebastián, ¿acaso tiene mujer?

Socio: Se casará pronto, Pero aún no nos ha presentado a su prometida solo sabemos que se llama María.

Estefany: ok está bien, me gusta conocer a mis compañeros de trabajo, por favor necesito discreción que no se sepa que compre tus acciones hasta que yo lo diga personalmente.

Después de hablar con el señor le di un cheque con el número que él me había dictado y luego firmé los papeles donde el 30% de las acciones se trasladaban a mi nombre.

Luego fui a la casa y me duche.

Al hacerse las 3 de la tarde llame a mi asistente y espere a que una camioneta negra me recogiera en la mansión

Después de unas largas horas de viaje por fin llegué a casa.

Mi casa, ahora sí me vuelvo a sentir en paz, dónde nadie me puede decir que hacer o como hacer las cosas.

Nana: Hija gracias a Dios que volviste, ya estaba asustada, por qué no me dices que te vas, me preocupas.

Estefany: lo lamento Nana, no quise preocuparte, yo solo estaba resolviendo algunos problemas, pero ya estoy aquí y pasaremos mucho tiempo juntas.

Nana: Te conozco demasiado bien, estabas con tu hermana, nunca te has desaparecido y muy bien dijiste un día que si no volvías en días era por qué estabas con tu hermana.

En ese momento recibo una llamada de Sebastián.

Estefany: ¿halo? (tapando un poco la bocina) dame un minuto nana, recibo esta llamada y vuelvo para que nos veamos una película)

Sebastián: Halo, halo.

Yo me Fui a mi habitación.

Estefany: Ahora sí dime ¿qué quieres?

Sebastián: ¿qué quiero? ¿dónde carajos estás?

Estefany: En casa ¿por qué?

Sebastián: no me mientas, mi madre fue a visitarte y los empleados le dijeron que una camioneta negra te recogió en la tarde, ¡dime donde carajos estás María!.

Estefany: Ok, no estoy en casa, Pero si lo estuviera no recibiría a tu madre de todos modos.

Sebastián: No juegues conmigo.

Estefany: No te debería interesar donde estoy.

Sebastián: Nos casaremos en una semana, claro que me debe interesar donde está mi futura esposa.

Nana: princesa , ¿puedo pasar?

Sebastián: ¿me estás engañando María?

Estefany: Las cosas no son así Sebastián ¿qué te pasa?

Sebastián: Y quién hablo detrás de ti

Estefany: Una camarera que viene a traerme algo de comida.

Sebastián: Maldita sea, me estás engañando María.

Estefany: yo no caería tan bajo imbécil, ahora sí tú crees esa cochinada de mí entonces ni siquiera debería presentarme a la boda, no me casaré con un imbécil como tú.

Sebastián: ¿Imbécil yo? Si no me estás engañando entonces dime dónde estás y enviaré un guardaespaldas a buscarte.

Estefany: No te estoy engañando y si no te has dado cuenta yo no soy una cualquiera que hayas recogido en la calle, yo tengo mis valores y mis principios, no iba a destrozar mi reputación por un imbécil como tú.

Sebastián: Así como la vez que te encontré gimiendo a mi nombre, ¿esa es de la reputación de la que hablas?

Estefany: Eres un imbécil.

Sebastián: mañana mismo estaré allá.

Estefany: no te molestes.

En ese momento colgué el teléfono y me tire a la cama, cuando mi Nana entro me seque rápidamente las lágrimas y le recibí las palomitas.