En Tus Brazos

El vehículo entro hásta el lugar más cercano de dónde se encontraba Mike, sentía mi corazón palpitar a mil.

Máximo había sujetado mi mano para darme calma.

Decidí bajar del auto, para visitar el lugar, sentí que mi cuerpo perdía todas las fuerzas, el nombre Mike estaba en la lápida, para mí fue una fuerte impresión.

No me esperaba que fuera cierto, deseaba que Máximo me engañar con esto, pero no, todo era real.

Sentí mis manos frías, mi cuerpo temblaba, las lágrimas brotaban incontrolable de mis ojos y había olvidado respirar.

Máximo me sujeto de la mano y podría jurar que sintió que me desvaneceria, agradezco que estuviera allí.

Sus fuertes brazos me sostuvieron no permitieron que cayera al piso, me sentía extremadamente débil.

-Debemos llevarla a un hospital - la voz de tata de escuchaba lejos.

-De prisa, su pulso está muy debil- la voz dr Máximo se escuchaba preocupada.

Casi una hora después recobre el conocimiento.

-Señora Duque - hablo una hermosa mujer - Soy la doctora que la atendio, su esposo está afuera. permítame llamarlo.- La joven los hizo entrar, ambos estaban con rostro de preocupación.

-Señores - me miró muy seria - La señora Eris tiene prohibidas las emociones fuertes, recomiendo que este lo más tranquila posible lo que resta del tiempo de gestación, tubo una pequeña amenaza de aborto que no debemos ignorar -Maximo apretaba mi mano.

-Asi de hará doctora, nos encargaremos de que mi esposa este los más tranquila posible.

-En una hora se le dará de alta. Espero que sigan las recomendaciones. Feliz tarde.

La doctora se retiró y dos dejo con la angustia, será que mi bebé estará en peligro.

Debo mantenerme tranquila, no puedo alterarme mucho.

Máximo se quedó conmigo el resto del tiempo, mientras Tata bajaba a tomarse un Café.

Ella procuraba siempre darnos tiempo para estar a solas. Cosa que a veces me hacia sentir incomoda. Debido a que si estaba acostumbrada a la presencia de Máximo, sus atencionese hacían sentir nerviosa.

Regresamos a la cuidad. Máximo no se despegó de mi, ni un minuto, se dedicaba atenderme como si fuera una niña.

Los meses siguieron pasando, mi relación con Máximo seguia prosperando, Mi esposo, me llevaba de paseos matutinos, mi vientre estaba más grande, rondando ya los ocho meses.

No voy a negar que en ocasiones Máximo de robaba besos apasionados, que se fueron volviendo más húmedos.

Yo seguía con Mike en mi corazón pero debía ser conciente que el jamás volvería a mi. y que yo tenía el derecho de rehacer mi vida. Las hormonas tampoco me ayudaban a estar alejada de el, ya que su colonia me atraía a gritos. Mi cuerpo se tenzaba por su cercanía.

Sus atenciones y detalles me cautivan cada día más.

No voy a negar que parecíamos una pareja común en presencia de los demás.

Lucia y mi hermano nos visitaban con frecuencia. Tuvimos una reunión familiar dónde Máximo reitero que era su esposa y que su cariño hacia mi era sincero y que mi hijo sería cobijado por su amor y cariño.

Mi padre fue el más satisfecho con esa declaración ya que Mi hijo sería heredero de la fortuna de Máximo y su nieto sería hijo de un hombre de buen nombre y peso social.

Detestaba cuando hacía sus comentarios clasistas. Pero Máximo siempre le reiteraba que debían cuidar de mi por la condición médica de mi embarazo y que si los invitaba a la casa era para que me hicieran compañía.

la cita de control estaba cerca, debian hacerme análisis y otros procesos médicos para verificar la salida de mi hermosa princesa, Sara era el nombre que Máximo y yo habíamos elegido para nuestra princesa.

Si habitación había sido decorada hace una semana y como no estaba restringida para paseos y salidas, pasamos toda una tarde en el centro comercial eligiendo sus ropas, una decoradora de interiores se encargó de materializar nuestras ideas.

Su cuna era hermosa, pero no dormiría allí los primeros meses. su habitación era fresca, y estaba decorada con colores pasteles. Muchos peluches de animales.

Máximo no escatimaba en los antojos para mí niña, veía en el un gran hombre, un excelente padre y un maravilloso compañero.

Después de una cena deliciosa, Máximo pidió que prepararán mi baño, Tata me ayudaba a bañarme cada noche.

Cuando ya estaba todo listo. me dirigi al baño, me quite las prendas sin esperar que ella llegara, ya que aveces me avergonzaba. pero ella me ayudaba a tallarme la espalda y las piernas.

Sumergida en la tina con mi enorme vientre a la vista, sentí unas manos calientes acariciar mi espalda, la alarma no fue preocupante solo me sobre salte un poco.

Máximo me dió un beso en los labios, y cuando abrí mis ojos pude ver que estaba en ropa interior .

Al parecer ya no pensaba esperarme más. Su beso fue bajando a mi cuello, arrancando me un gemido.

Separó sus labios de los míos y entro en la tina, el calor que su cuerpo trasmitia me hizo olvidar que el agua ya estaba fresca. su cercanía era provocadora y mi cuerpo no soportaba más la abstinencia.

Máximo quedó sentado a mis espaldas, su pecho se sentía fuerte. Sus manos comenzaron a acariciar mis hombros mientras daba tiernos besos en mi cuello, haciendo que toda mi piel se erizara, sus manos se apoyaron en mi vientre, y mi hermosa Sara reconoció su tacto, por qué comenzó a moverse.

Los besos de Maximo más sus manos recorriendo mi cuerpo me alejaba más de la cordura, había intentado ser una mujer fuerte, había perdido al hombre que era el amor de mi vida. Pero frente a mi o más bien a mis espaldas había otro, que me arrancaba suspiros.

Máximo era tierno, cariñoso y atento. Con Mike yo experimente adenalida, pasión y desenfreno.

Las manos de Máximo llegaron a mi zona prohibida. Sus besos por mi cuello eran más pasionales.

No sé en qué comento y con la gran fuerza que tiene me giro sin percatarme dejándome frente a el, y arrebatando mis labios sin darme tregua.

Subí sobre el. y pude sentir todo el placer que yo le estaba causando. este hombre estaba listo para mí y yo, estaba más que lista para el.

Mi prenda íntima fue desecha por sus manos, mientras yo me sujetaba de su cuello. y continuaba con aquel beso.

Pude sentir como me acariciaba y pedía permiso de mi cuerpo para entrar en el. Un Gemido salió de mis labios más fuerte que el primero, y uno que no había logrado contener.

Este hombre había esperado mucho tiempo para estar conmigo y crei que una vez obtuviera lo que quería, me dejaría pero no fue así.

La faena continuo después de salir de la tina, con sus fuertes brazos me depósito en la cama. y volvió a adueñarse de mi cuerpo. mis senos estaban llenos y erguidos.

-Estas dulce- manifestó despues de succionar mis senos. los cuales le brindaron del líquido que estaba destinado a mi hija.

Después de hacer el amor dos veces más estaba rendida.

Máximo me ayudó a colocarme una pijama y me cubrió con su cuerpo, Me sentía amada y adorada.