AMOR Y PASION EN EL AMAZONAS

-Danna

Te digo que está enamorado. Conozco esas miradas, yo sé de eso

-Alis

Y si sabes tanto de eso ¿por qué estás sola?

Danna abrió los ojos y se puso pálida, fue un golpe bajo.

-Alis

Lo siento, amiga no quise decir eso, solamente que estoy asustada.

Alis comienza a llorar y Danna comprende muy bien a lo que se refiere su amiga, ya que nunca había sentido tales emociones, a pesar del golpe bajo, toma el rostro de su amiga entre sus manos y cariñosamente le aconseja.

-Danna

Es tu oportunidad amiga, no la desperdicies, porque puede ser la única, no hagas lo que hice yo en el pasado. Podrías arrepentirte sin marcha atrás. Y estar como ando yo.  Arrepentida por no arriesgarme. Por no hacerle caso a lo que sentía ¿Qué puedes perder? Tu virginidad, pues ya va siendo hora de que te entregues a un hombre que te haga suspirar, sentir miedo, porque de eso se trata el estar enamorado.

Piénsalo, sabes que lo deseas. Ya regresó

Alis limpia sus lágrimas comprende a lo que se refiere su amiga.

Llega Danna y le entrega una caja de condones, Alis voltea los ojos incrédula de que su amiga le haya dado condones.

-Danna

No me mires así, uno nunca sabe lo que pueda pasar. Es mejor evitar un embarazo no deseado y no se sabe si hasta una enfermedad, aunque no parece el tipo de hombre que se ande con una y otra. Desde que estábamos en la disco siempre me fijo como te mira a ti y como mira a la demás y son miradas muy distintas.

-Alis

Pero si ya pareces mi hermana mayor.

Danna frunce el ceño.

-Alis

Está bien amiga.

Los guardaré. Aunque no los usaré, y deja de decir que está enamorado de mí, que me pones más nerviosa.

-Danna

Limpia esos hermosos ojos verdes. Ven te doy una manita de gato.

Alis baja la escalera de la habitación del árbol, unos jeans que marcan su diminuta cintura y explotan sus anchas caderas, es más apreciable a la vista los jeans ceñidos a su cuerpo y un cuello de tortuga manga larga que se ciñe a su busto de gran tamaño con unas botas frazzani, con su mochila de primeros auxilios, mientras Arnold se queda pasmado mirando como ese monumento de mujer baja contoneando sus caderas.  Quería tomarla allí mismo y hacerla suya, pero no era el lugar, ni la forma, ella le hacía sentir diferente, con ella todo era diferente, con otras mujeres no tenía tanto tacto como con ella, sentía que había algo muy especial en ella. Que era diferente a las demás mujeres que había conocido. Su inocente mirada, aunque excitante, no le permitía ser un Don Juan, ni atrevido con ella al punto de manosearla. Había algo en sus ojos que no lograba descifrar, aunque descubría en su mirada que tenía sentimientos por él, había algo más que no podía ver en sus ojos. No debía olvidar, lo que tenía qué hacer antes que fuese demasiado tarde.

-Arnold

Estás muy hermosa, Alis. Cada momento me sorprendes más. Aparte de inteligente y creativa eres muy guapa. Te ayudo con la mochila.

-Alis

No, no te preocupes puedo llevarla

Ese hombre estaba vestido con una camisa de algodón marrón hacían juego con el color ámbar de sus ojos. Y unos vaqueros con unas botas loblan todoterreno, que le hacía ver como todo un expedicionario. Ella sabía el efecto que él causaba en ella y aun así, se adentraron a las maravillas del Amazonas. Le dio un recorrido por toda la zona, él se admiraba con cada ave diferente que veía, nunca en su vida había visto tanta variedad de aves. Las coro coras, un tipo de aves rojas muy hermosas, que con su plumaje en el cielo volando, dan la impresión de un jardín lleno de flores rojas en el azul del cielo.

-Alis

Aquel es un Tapir.

-Arnold

Ni es elefante ni es Cerdo, que animal tan extraño.

Alis suelta una carcajada que casi la hace morir de risa.

-Alis

Lo siento, no quise reírme, pero, por eso se le llama Tapir, viene del tupí-guaraní tapira. Se refiere a un animal que tiene cuerpo de chancho y trompa de elefante. Y son muy cuidados por los pobladores. Ya que están en peligro de extinción.