Se Puede Amar?

Revisé los alrededores y no divisé humo ni huellas de que podía vivir alguien cerca. Si no veía nada tendría que dejar a Victor solo y yo salir con Amanda a buscar ayuda. Pero me preocupaba que tenía 0 sentido de la orientación y nos podíamos perder y nunca encontrar el camino devuelta. En la tarde del día tres él despertó, gritando por su hija. Le tomé las manos y le dije

-Esta aquí tranquilo señor...

-Esta bien?

-Perfecta...mire tómele su rostro.

Lo hizo, y comenzó a llorar.

- Cuántos días van desde que estamos aquí?

-Tres días señor.

-No se ve ningún avión sobrevolando?

-Nada, estaba pensando en ir a buscar ayuda y llevar conmigo a la pequeña. Usted está muy mal herido y no creo que sería conveniente moverlo.

-Pero prefiero que usted decida

- Yo valgo nada en éstos momentos y lo único importante ahora es mi hija. Llevesela por favor y déjeme. Yo me quedaré esperando que usted vuelva con la ayuda.

Me levanté y fuí a buscar agua, pero era para poder llorar sola. Me estaba muriendo por dentro, que es éste dolor que siento? son como mil cuchillas enterradas, mis lágrimas caen por mi cara y no puedo detenerlas. Nunca me había sentido así, es un dolor gigante, cuando mi mamá que es la única persona a la que he querido, se fue, yo estaba preparada, y al final le pedí a Dios que se la llevara para que descansara. Pero ahora no paro de llorar, menos mal que no me puede ver, si no sería vergonzoso para mí.

Fuí a recolectar agua, para dejarle a él cuando saliéramos, mientras Amanda me seguía a mi lado. Solo escuché su grito, totalmente sorpresivo para mi, la miro y un hombre grande, el doble que yo la tenía agarrada de la cintura. Me miró descaradamente y se sonrió.

-Déjela, por favor le pedí...el hombre comenzó a retroceder y los gritos de Amanda despertaron a su papá.

El llegó tanteando los árboles y acercándose a dónde sentía los gritos de su hija y los míos, pidiendo que la soltara.

-Rocio que pasa?

-Un hombre tiene a la niña

-Déjela.... cuanto quiere? Lo puedo hacer rico. Déme una cifra y se la doy.

Pero el hombre no decía nada.Su mirada asquerosa lo decía todo. Sólo acariciaba los brazos de la niña con lascivia.

Sólo vió a un hombre ciego y a una pequeña mujer , que no podrían quitarle su hermoso tesoro.

La rabia, impotencia y desesperación obran maravillas.

Tomé mi arma hechiza y sin percatarse, preocupado de mantener la niña quieta, se la enterré en el cuello. Fue cayendo de a poco, soltó un brazo de ella, porqué se llevó su mano a su cuello. Y luego soltó el otro sin entender que la vida se le iba. Mientras Víctor gritaba como loco llamando a su nena.

Tomé a la niña en mis brazos y se la pasé a su papá, mientras lo tomaba a él del brazo para sacarlo de ahí y que Amanda no siguiera viendo como el hombre daba estertores en el suelo, dónde la vida se le iba....

-Rocío?? que pasó?

Yo tomé mi mano y se la llevé a su boca haciendole callar.

-Despues le explico Señor.