RESILIENCIA

(Mar)

Anzi durmió solamente 1 hora y media, pues el ruido de los carros, no la dejaron seguir descansando.

Nos levantamos del lugar donde estábamos, caminamos un poco para estirar nuestras piernas, luego saco mi teléfono móvil, no lo he estado usando, para que le dure un poco más la batería.

Cuando abro las redes sociales, me doy cuenta de que tengo muchísimos mensajes, de un teléfono desconocido.

En la pantalla logró ver algunas frases como," te encontraré donde quiera que estés"... "tengo contactos en todo el pais". Mi cuerpo empieza a temblar del miedo.

Anzi se fija en los mensajes y me dice.

—Son del malnacido, es mejor que no los veas.

Y lo más conveniente es deshacerte de ese móvil, solo debes guardar el numero de las personas que te quieren, por si algun dia quieres llamarles, pero por ahora, no debes llamar a nadie. —Yo la escucho y asiento de acuerdo con ella.

—Los quieres ver tú.—Le digo.

—No mi niña, no enfermemos el alma, mejor busquemos soluciones.—Anzi se levanta y de una de las bolsa donde trae un poco de ropa, saca un monedero, allí tiene sus sortijas de compromiso, tiene una que es solo una argolla y un anillo con una preciosa piedra.

Se ven muy bonitos y finos.

—Son tus anillos de boda? —Le digo.

—Si bonita, y estos nos van a ayudar a empezar nuestra nueva vida.

También quiero que vendas tu celular y compremos otro, es peligroso que andes ese aparato, aveces tienen localizador activado.—Cuando la pelinegra me dice eso, yo inmediatamente, saco mi pequeña libreta y apunto el número de mi tía Melida; toda la demás información la borro, le quito la micro sing y pienso en buscar un comprador...

Veo a una señora que pasa cerca y le digo.

—Disculpe, no somos de aquí y nesecito vender mi teléfono para poder comprar comida, usted podría ayudarme.

La señora me mira y me dice.

—Yo no te lo puedo comprar, pero ve a esa cafetería, esta alli en frente, el guardia lo conozco, Él tal vez si.—Me dice y yo le agradezco.

Nos pasamos la calle con Anzi y encontramos al guardia, le ofrezco el teléfono, el hombre lo ve , saca dos billetes y me dice es todo lo que tengo, si aceptas tómalo.

Sin pensarlo le doy el teléfono, es poco dinero; pero nos servirá para comer un par de días.

Con ese dinero nos vamos a desayunar.

Las dos, parecemos unas niñas ambrientas, así que el desayuno nos cayó de maravilla.

Allí en la cafetería, saco con discreción el cofre de madera, lo abro y encuentro algunos pedazos de metal dorado.

Anzi ve algunas cosas y me dice.

—Creo que eso puede servir también.—yo entusiasmada busco entre piedras de colores y saco todos los pedazos de metal, según yo solo tenían valor sentimental, pero en realidad son pedazos de oro; Ella los ve y separa algunas cosas.

Intento abrir para sacar la medallita y el anillo, la medalla la puedo vender tambien; pero Anzi me dice.

—Mar, esas son las cosas que representan a las dos personas que más amas, no debes deshacerte de ninguna, son tu tesoro.—Escucho a Anzi y guardo mi cofre.

Luego nos vamos en busca de una joyería.

Encontramos una, entramos y ella habla con la persona de atención al cliente.

Veo como Anzi habla por varios minutos con el hombre, al final llegan a un acuerdo.

Luego me dice, que le dé los pedazos de metal, el hombre los revisa, luego los pesa en una mini báscula y me da más dinero del que yo me esperaba.

Salimos de la joyería, felices y lo que hacemos inmediatamente es, ir a buscar un lugar donde vendan instrumentos musicales.

Preguntando llegamos a un lugar, nuestra emoción es evidente.

Aunque yo no sé nada de música, me quedo viendo a Anzi todo lo que hace, esta escogiendo el violín le dice al vendedor que quiere uno de buena calidad, El hombre le ofrece 3 diferentes, los hace sonar y se queda con uno muy lindo.

Después pide una guitarra, sigue el mismo procedimiento y realmente me impresiona, la veo muy emocionada y eso también a mí me emociona.

Yo le ofrezco el dinero que tengo para que pague, pero me dice.

—No bonita, te cuento que, el anillo que me dio el degenerado de mi marido, era de piedra original, y me lo pagaron bien, así que yo pagaré, y sabes todavía nos alcanza para comprar los boletos a nuestro primer destino.

Pero antes buscaremos un lugar, donde arreglarnos un poco.

Salimos de la tienda, con todo lo que necesitamos, los instrumentos con sus estuches, cuerdas, afinadores y varias cosas que yo jamás pensaría.

Anzy también compro dos mochilas grandes, me da una a mi y en la otra acomodó su ropa y nos vamos en busca de un hospedaje para arreglarnos.

Encontramos un lugar, realmente es pequeño, pero alli nos podemos bañar.

Aprovecho de quitar toda la ropa que ando puesta, me quedo solo en Short y top, ella me ve y me dice.

—Mar bonita, Estás muy delgada y pálida, aunque tu bronceado es perfecto, tus labios y tus manos es blancos sin color, espero que de aquí en adelante ganes un poco de peso, debes cuidarte, pues tu delgadez ya no es normal.—Yo me quedo viendo en un espejo y por primera vez me fijo en eso, no me había dado cuenta de lo delgada que estoy.

—Gracias por preocuparte por mí, prometo cuidarme.—Le digo y ella mueve su cabeza.

Después de bañarnos, Anzi saca los instrumentos los afina y empieza a tocar una canción con el violín.

La música suena increíble, la canción es bella, "Mi corazón seguirá latiendo" de Celine Dion.

—Es la del titanic.— le digo emocionada, Anzi afirma y me dice.

—Ahora inténtalo tú.— Me da el violín y me empieza a dar instrucciones, las que intento seguir al pie de la letra, pero al hacer sonar la canción, me sale unos sonidos espantosos, la verdad parecía fácil, pero no me sale nada igual.

—Ay Mar, "tocas horrendo" pero aprenderás de eso me encargaré yo.—Yo me carcajeo, al verla haciendo gestos de disgusto, y reirse de mí, pero con la misma me explica como hacerlo.

Después de varias horas, en las que hasta se nos olvido buscar comida, ya mi canción suena mejor.

Anzy, me mira y con un gesto de aprobación agarra la guitarra y empieza a acompañar mi canción.

—Suena increíble, ya los dos instrumentos juntos.— le digo y ella sonríe.

—La verdad me sorprende lo rápido que aprendes, aunque al principio mis oídos sufrieron, te falta un poco de soltura en los dedos; pero en 5 horas te has aprendido una canción.—yo me río y me lanzó a la cama pataleando, y dándole besos al violín, y digo en voz alta, "la verdad esto es increíble, super increíble".

—¿Vamos a tocar en la plaza ahora por la noche?—Le pregunto.

—No Mar, debemos irnos de aquí lo ante posible, anoche estuve buscando información en Internet, de los horarios de autobuses y considero que es mejor que nos vayamos ahora mismo.

Con lo que tenemos nos alcanza para llagar al Guatemala, y podría decir que hasta para pagar unos días un lugar, hospedarnos, allí veremos que hacer.

Arreglamos nuestras maletas y nos vamos en transporte público, que nos lleva hasta el hotel de donde salen los Buses internacionales; compramos nuestros boletos con nuestras identificaciones y nos subimos.

Nuestro camino, hacia una nueva vida inicia, y sé que no será fácil, pero lo lograremos.