Naomi es una excelente esposa y madre abnegada, pero tiene un secreto que nadie sabe. Un día comete un error y por accidente besa a un hombre que no es su marido. Esto le dará un cambio al rumbo de su vida. ¿Qué será de Naomi? Los invito a descubrirlo.
NovelToon tiene autorización de Mel yan para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo Doce
Esa misma tarde, Rodrigo fue a casa de Naomi.
_ Buenas tardes, señora Estela - la mujer estaba sentada en uno de los sillones en el jardín.
_ Buenas tardes, Julio. Ven a sentarte, un momento, por favor. Quiero decirte algo - el hombre obedeció enseguida - Julio, estamos muy conformes con tu trabajo. Además, de que nos haces compañía a Pablo y a mí. Pero lamentablemente, ya no podemos pagarte - su semblante se veía triste - Tenemos serios problemas económicos. Mi hijo no ha depositado la mensualidad desde hace dos meses. Y ya no tenemos dinero para nada que no sea lo básico, y eso, apenas.
El rostro del hombre se endureció. Por debajo de la mesa, apretó sus puños con ira. Era evidente que estaba molesto e indignado.
_ Es un maldito desgraciado - se dio cuenta de lo que había dicho y a quien se lo había dicho - Lo siento, señora Estela
_ No te disculpes, es cierto - escudriñó su cara por un segundo- ¿Te gusta mi nuera, Julio? - el hombre se sobresaltó, al verse descubierto.
_ ¿Qué? No, como cree - No sabía qué decir.
_ No tiene porque negarlo. Además, soy una mujer grande, Julio. Usted, no me engaña.
_ Yo nunca intentaría algo, señora. Su nuera es una mujer respetable y decente - agachó la cabeza - está muy lejos de mi alcance.
_ ¿Por qué piensa eso? Usted también es un hombre decente.
Le sorprendió que dijera eso. Era como si lo estuviera animando. Pero el bien sabía, que eso no ocurriría. Él había sido el culpable de toda la desdicha de esa familia.
_ Señora, si usted me lo permite. Quisiera seguir viniendo, podría ayudarlas en lo que necesiten. Esta semana tendré que ausentarme unos días, porque me surgió un trabajo. Pero cuando termine volveré.
_ Sí, es lo que quieres. Por mí, está más que bien. Muchas gracias, Julio.
_ A usted, señora.
...****************...
Cinco días, pasaron desde la última vez que Rodrigo estuvo allí. Esa mañana había regresado, pero está vez llevo consigo a su abogado y un agente del estado. Llegó con una orden firmada por un juez. Qué decía que él, podía llevarse al niño por su bienestar ya que su madre no estaba en condiciones de cuidarlo. Sacó al niño arrastras de su cuarto gritaba y lloraba pidiendo por favor que lo dejaran quedarse con su madre y su abuela. A Anselmo no le importó nada. Naomi le suplico de rodillas que no se lo llevara, pero no le hizo caso. No conforme con eso, tenía un permiso especial para llevárselo por dos meses fuera del país, ya que tenía hacer un viaje de trabajo.
_ No seas escandalosa Naomi, solo serán dos meses. Después podrás estar con él dos o tres veces por semana. Ya deja el drama, por favor - dijo con sarcasmo y malicia.
_ Eres un desgraciado. Algún día arderás en el mismo infierno que tú estás creando - la mujer lloraba desconsolada abrazada a su hijo que no quería soltarla.
_ Vámonos Pablo - estiró a su hijo del brazo - Cuando volvamos podrás verla.
_ ¡No! ¡Mami no quiero irme¡ ¡No quiero dejarte! - el llanto de su hijo le rompía el alma y no quería alejarse de él, pero nada de lo que hiciera iba a cambiar lo que estaba ocurriendo. Así que trató de tranquilizarlo.
_ Mamita estará bien. No te preocupes, amor mío. Pronto volveremos a estar juntos, te lo prometo - beso sus manos - te amo mi niño hermoso.
_ No quiero ir con él, tengo miedo. Él está siendo muy malo contigo - A Anselmo pareció afectarle lo que su hijo dijo.
_ No tienes por qué tener miedo. Papá te ama, él cuidará bien de ti. - el niño seguía llorando, pero empezaba a calmarse - Pronto estaremos juntos. No llores.
_ ¿Lo prometes, mami?
_ Así es, mi amor. Te lo prometo - lo besó una última vez y la agente se lo arrebato.
_ Estela - movió sus manos al aire. La mujer se la tomó, casi no le salió la voz del llanto.
_ Anselmo, deja que tu madre vaya con ustedes, por favor
_ ¿Qué, por qué? No, a mi esposa no le gustará eso. Yo puedo cuidar de Pablo.
_ Por favor, te lo suplico. No lo hagas por mí, hazlo por tu hijo. ¿No ves como está sufriendo? por favor.
Sus palabras llegaron al corazón del hombre, después de todo él amaba a su hijo. Y no quería que fuera infeliz.
_ Está bien - dijo en tono seco - te esperamos en el auto mamá.
_ Hija ¿Qué pasará contigo? No puedes quedarte aquí sola.
_ No te preocupes por mí. No dejes que mi pequeño sufra. Cuídalo, por favor - la mujer asintió, la abrazó y se marchó.
Unos segundos después, Naomi se rodeó de un profundo silencio y oscuridad. Se abrazó a sí misma y comenzó a llorar.
...****************...
Cuatro días después, Rodrigo volvía a toda prisa a la casa. La señora Estela lo había llamado y le había contado todo.
_ ¡Señora Naomi! ¡Señora! - la llamó a gritos.
_ ¿Julio, eres tú? - de pronto la vio salir de la cocina. Se veía lamentable. Estaba muy pálida incluso parecía haber perdido peso. Su ropa estaba manchada y desaliñada.
_ Sí, soy yo - la mujer extendió los brazos y comenzó a sollozar. Él se acercó y la abrazó.
_ Gracias al cielo, que está aquí - apoyo su cabeza en su pecho - estaba muy asustada.
_ Ya cálmese, no se preocupe más. Ya no estará sola.
Cuando se calmó la guió hasta la sala.
_ Debo verme muy mal - dijo acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja - al parecer cortaron el agua. No he podido darme una ducha. Intenté ir a mi cuarto pero me tropecé y desgarre mi pantalón.
_ No se preocupe. No se ve tan mal ¿Ha comido algo?
_ Sí, unas frutas ¿Por qué está aquí?
_ La señora Estela me llamó y me contó lo que pasó.
_ Gracias
_ No tiene nada que agradecer.
_ ¿Qué haremos ahora?
_ Por lo pronto, la llevaré a mi casa. No puede quedarse sola aquí. Y yo necesito trabajar. En casa, están mi madre y mi hermana pequeña. Ellas la ayudaran en lo que necesite.
_ No puedo aceptar eso, Julio. No tengo como pagarle. Ya no queda nada de valor que vender.
_ Yo no he dicho que debe pagarme - su tono se tornó serio.
_ Lo siento, no quise ofenderlo. Es solo que no entiendo porque me ayudaría de esa forma. Ni siquiera lo he visto, casi no nos conocemos.
El hombre guardo silencio por un segundo, tomó sus manos y las apoyó en su cara. La reacción de ella fue retirarlas, pero él las sostuvo con firmeza. Comenzó a deslizarlas por su barbilla, lentamente la fue soltando. Ella siguió escudriñando su cara con sus manos.
_ Soy joven, tengo 27 años. Mil piel es una tonalidad más oscura que la de su exesposo, mis ojos son marrones y según mi hermana, mis cejas y pestañas son hermosas. Mi pelo es castaño oscuro. Me peino, pero siempre está revuelto, como ahora ¿Puede verme?
_ Sí, creo que sí - sonrió algo tímida, bajó sus manos y las apoyó sobre su regazo.
_ Ahora ya nos conocemos un poco más - volvió a tomar una de sus manos - no tiene que pagarme nada. Voy a ayudarla porque quiero. Solo le pediré una cosa.
_ ¿Qué cosa? - por alguna razón, no sintió que fuera algo malo. Ese hombre le inspiraba confianza, seguridad.
_ Quiero que a la hora de que vuelva a ver, porque así será, tenga en cuenta mis sentimientos por usted. Y que todo lo que haga por usted desde hoy en adelante. Es porque la amo.
La mujer se quedó pasmada con lo que le había dicho. Pero increíblemente no la incomodó, ni siquiera sintió deseos de rechazarlo. Pestañeo rápidamente y asintió.
no valora la mujer que tiene a su lado