Un Infierno Sin Ti 5 Parte De Subastada Al Diablo

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Era el momento de ver a la cara a uno de los que habían atacado la mansión y por supuesto descargaría mi rabia contra él todo lo que pudiera.

Por eso al ver la sonrisa espeluznante en Alex suelto:

-Es hora de que en el infierno llueva sangre... - le sonrió de la misma manera.

-Vamos... - suelta caminando rápido fuera de la sala de reuniones.

Le sigo, sintiendo como de nuevo siento ese cosquilleo en los dedos de mis manos teniendo unas ganas tremendas de cobrar venganza por haberse atrevido a atacar a mi marido.

Ellos en realidad no tenían ni una idea de con quien mierda se habían metido...

Antes de que nos alejáramos lo suficiente Alex vuelve a dejar en claro a los chicos que tenían que hacer.

-¡A trabajar ya! - todos se levantan rápido de sus asientos bruscamente saliendo como nosotros.

Cuando salimos de la mansión vemos a Martina recoger el desastre, solo levanta un poco su cabeza observándonos cuando pasamos por su lado dirección al granero.

-¿Por qué no lo llevaron a los calabozos? - le pregunta Alex mientras seguimos caminando.

-Señor porque Francesco está muy nervioso no para de gritar y llevar a uno de los que ataco la mansión podría ponerle aún más histérico - Alex y yo nos detenemos a la vez. - Además si suelta alguna información me imagino que no querrá que Francesco escuche nada, ¿No? - le pregunta.

Pero yo solo me había quedado con lo que había dicho antes.

-¿Por qué dices que esta histérico? - le pregunto frunciendo mi ceño.

Él hombre de Alex nos observa a ambos por unos segundos antes de contestarme.

-Al principio estaba tranquilo no impidió que le encerráramos hasta me pidió que me enterara como estaba su hijo, pero luego... - hace una pequeña pausa. - Leandro y yo le dejamos unos cuantos minutos a solas para buscar a los que hicieron esto y cuando volvimos escuchamos sus gritos llamándonos para que le sacáramos de la celda – mi ceño se frunce aún más.

-¿Por qué? - le pregunta esta vez Alex.

-Dice que había una mujer rubia que dice ser su esposa atormentándolo... - mi cuerpo se queda rígido al momento cuando le escucho solo puedo ladear mi rostro posando mi mirada en Alex que también se queda frío por unos segundos.

-¿Su esposa? - suelta Alex. - Eso es imposible ella está muerta – le deja en claro.

-Si lo sé, eso nos dijo, pero no hay ninguna mujer yo creo que se lo está imaginando su mente sin duda los encierros no le sientan nada bien... - nos dice sincero.

-¿Ahora me crees? - le pregunto a Alex. - ¿A que ahora no estoy loca? - suelta un chasquido cuando me escucha.

-Yo nunca te he dicho que lo estuvieras – se intenta explicar.

-¿Y que más te dijo Francesco? - paso de lo que me dice Alex.

-Supuestamente que su mujer le ha dicho que venía a por su hijo, películas que se monta solo, ya el doctor le puso unos calmantes – suelto una respiración retomando mi camino hacia el granero.

-Alessia – intenta apresurarse Alex para llegar hasta a mí.

-Da igual Alex, no es el momento – le contesto pasando del tema.

Ahora estaba mi mente en el hombre que encontraron.

-¿Qué vamos a hacer con él? - nos pregunta el hombre de Alex.

-Depende de lo que suelte podemos meterle en los calabozos – suelta Alex.

-Si y así torturarlo todos los días – suelto yo deteniéndome en la puerta del granero.

-O matarlo – me contesta Alex deteniéndose también.

-¿Para qué matarlo tan rápido? Cuando podemos torturarlo hasta que su cuerpo no aguante más... - le pregunto alzando mi ceja.

Asiente con la cabeza dándome la razón cogiendo el pasamontañas que su hombre le ofrece para después ponérselo.

Entramos los tres juntos al granero viendo al hombre como le habían atado a una de las sillas teniendo su boca tapada con cinta americana.

Cuando le observo al momento mi mente recuerda que es uno de los que vinieron a la reunión que tuvieron con Francesco, uno de los que más hablaba para hacer nuevos negocios con él.

Suelto una mueca porque me hubiera gustado ver a los demás sentados en fila para torturarlos uno por uno y que vieran como sus otros compañeros morían.

Sobre todo, al que pidió la muerte de su esposa por haberse quedado embarazada de su amante, a ese le tenía unas ganas tremendas...

Y por supuesto que le iba a pillar como el gato cuando pillaba al ratón...

El hombre se remueve diciendo cosas que no se le entendían por tener tapada su boca.

Me acerco despacio a él hasta quedarme enfrente suya mirándole fijamente como él lo hace conmigo.

Acerco mi mano a su boca cuando tiro de la cinta americana arrancándole de golpe el trozo escuchando un quejido de dolor por su parte.

-No, no puede ser... - comienza a decir. - Tu también tendrías que estar muerta – giro mi rostro observando a Alex. - ¡Me dijeron que tú también habías recibido un flechazo! - alza su voz.

Así que vamos con esas eh...

-¿Decepcionado? - le suelto sonriéndole. - Para tu mala suerte sigo viva... - suelta un gruñido de rabia removiéndose de nuevo.

-Pero tu esposo no – comienza a reírse con burla. - A ese no porque le dejaron como un puto colador – vuelve a reírse.

Antes de que lo viniera venir le suelto un fuerte puñetazo provocando que estuviera a punto de caerse hacia atrás con la silla.

Su risa desaparece cuando pongo de nuevo bien la silla atrapando su rostro con una de mis manos apretando fuerte obligándole a que me mirara a los ojos.

-¿Qué me vas a hacer? ¿Eh? - suelta de nuevo con rabia. - Solo eres una puta rusa zorra haz de una puta vez lo que tengas que hacerme méteme un tiro - gruñe.

No aparto mi mirada de la de él, pero puedo sentir como Alex se acerca a nosotros comenzando a moverse con intención de intimidarlo y parece que lo consigue cuando el hombre mira sus movimientos de reojo.

-Me aburre matar a las personas de solo un tiro, ¿a ti no? - le suelto. - Si voy a matarte ten por seguro que no será una muerte rápida – le muestro una sonrisa maliciosa intentando controlar mis ansias de venganza hacia él.

Cuando siento que Alex se detiene le suelto dando dos pasos hacia atrás sabiendo lo que quería hacerle y me lo deja en claro cuando se acerca con él puño americano y le suelta el primer puñetazo en el abdomen haciendo que este comenzara a toser fuertemente dejándole sin respiración por unos segundos.

No se recupera del primero cuando le suelta otro en su rostro, luego el segundo para después llegar el tercero comenzando a escupir sangre por la boca.

Se aparta poniéndose a mi lado viendo como sigue tosiendo un poco más cogiendo una bocanada grande para poder hablar de nuevo.

-Zorra... no puedes matarme – se ríe torpemente viendo como la sangre se desliza por su barbilla. - Soy demasiado importante para los negocios que tengo con los Lombardi... - alza su mirada para observarme.

-¿A si? - vuelvo a moverme dando un paso hacía él. - También sabes quién soy y aquí estas por lo que hiciste – le dejo en claro. - Te voy a dar cincuenta segundos para que empieces a soltar por esa boca donde están los demás porque está claro que tu solo no planeaste este ataque – mueve su cabeza soltando un pequeño gemido de dolor.

-No soy un sapo – tose, adolorido. - Sabes perfectamente lo que hacen a los sapos que abren la boca – me suelta.

-No tienes opción si no te matan ellos lo hare yo – le suelto mortal.

-No pienso abrir mi boca puta - gruñe.

Alex va a decir algo, pero levanto mi mano deteniéndolo.

-Desátalo – le ordeno al hombre de Alex.

-¿Qué haces? - me dice Alex en bajo cuando su hombre hace lo que le digo.

-Solo voy a demostrarle que nosotros no nos andamos con tonterías después le mandaremos a los calabozos este va a saber muy bien lo que hizo y se arrepentirá toda la eternidad – le suelto mortal. - Agárrelo fuerte y me lo acercas a la mesa – le ordeno.

Cuando el viejo ve mis intenciones cuando le arrastra a la fuerza comienza a removerse.

-¡NO! ¡NO PUEDES HACERME NADA MALDITA HIJA DE PUTA ZORRA TE VOY A MATAR! - ahora soy yo la que comienza a reírse como si estuviera loca.

-¿Sabes viejito? - comienzo a decirle cuando atrapo con fuerza una de sus manos acercándola a la prensa de banco mientras se removía y el otro le sujetaba con fuerza. - Que no sabes lo que me voy a divertir contigo – sigo riéndome. - Esto solo es un aviso para que veas lo bien que te trataremos – le suelto con ironía poniendo su mano dentro y con mi otra mano agarrar la palanca. - Tú y yo nos haremos hasta mejores amigos del tiempo que pasáremos juntos y de lo que nos vamos a entretener...

Y con eso comienzo a mover en círculos la palanca comenzando a hacer presión en su mano.

-¡NO! ¡NOOOO! - comienza a gritar cuando comienza a sentir la presión.

-Ohh si... esto es poesía para mis oídos... - le suelto cuando sigo moviendo otro poco más la palanca.

Entonces el sonido de sus huesos rompiéndose llegan a mis oídos.

¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!

Para el próximo capítulo tenemos que llegar a 23K👍

Mi instagram dónde podrán estar informadas de todo: @mishistoriascontadasenpapel

Alessia

Prensa De Banco (Por si alguien no sabe que es)

Derek