CHOQUE DE ORGULLOS.

Elena se acercó a Patricia realmente se veía mal.

Elena: ¿Por qué has bebido de esta manera?

Patricia: Manuel solo a tenido ojos para ti y a mi ni me mira.

Elena: Disculpa no me di cuenta.

En el jardín estaba Gustavo se acercó a Manuel y le dijo donde estaba Elena.

Gustavo: ¿A quién buscas a tú mujer o a Elena?

Manuel: ¿Las has visto?

Gustavo: Tu mujer está dentro de la casa con Durán que la llevaba de la cintura.

Manuel: Mientes, Patricia no haría eso.

Gustavo: Yo vi que se la llevó.

Manuel iba a casa de Durán con una duda clavada en el corazón conocía a Patricia y sabía de su amor por él a pesar de que no la quería.

Pedro: Si señor Montenegro.

Manuel: Vengo a buscar a mi esposa Patricia.

Pedro: Lo siento tengo órdenes del señor Durán de no ser molestado.

Las voces llegaban hasta la recámara pues estaba en las alcobas de abajo que eran destinadas a los huéspedes.

Patricia: Es Manuel.

Elena: Por favor ayúdeme Manuel no debe verla así.

Arturo: ¿Y por qué no?, acaso no es su marido.

Elena: Está buscando cualquier excusa para divorciarse de ella.

Arturo: Venga la llevaré otra alcoba y daré órdenes para que la lleven a su casa.

Las lleva a otra alcoba y uno de los hombres la llevan a su casa, mientras Manuel entra a la fuerza.

Manuel: Le digo que me deje pasar.

Pedro: Por favor señor Montenegro no puede pasar.

Manuel: PATRICIA, PATRICIA.

Arturo: ¿Por qué este escándalo?

Pedro: Yo le dije que no podía pasar.

Arturo: ¿Qué desea señor Montenegro?

Manuel: Busco a mi esposa Patricia me dijeron que la trajeron aquí.

Arturo: Su esposa no está aquí y le ruego que la próxima vez que yo de una orden a mis empleados la respete.

Manuel vio un bolso de mujer en el sofá era de Elena pero no lo reconoció.

Manuel: ¿No está dice, y esto que significa?

Arturo: Nada y le ruego que se retire, este bolso es de otra persona.

Manuel: ¿De quién?

Arturo: No tengo por qué responderle.

Manuel: ¿Quién es la mujer que está con usted?

Elena: Soy yo, quien estaba con el señor Durán soy yo y ese es mi bolso.

Manuel: ¡Tú! Elena dime que no es verdad.

Elena: Te pido que te retires además el señor Durán y yo nos vamos a casar.

Manuel: Eres una cualquiera, eso fue lo que quisiste desde un principio atrapar a Durán como el es más rico, te has vendido como una cualquiera.

Arturo: Largo de aquí y no te atrevas a insultar a Elena ya oíste es mi prometida y tiene quién la defienda.

Salió Manuel con el corazón destrozado pues no creía que Elena a quién tanto amaba se haya vendido descaradamente a Durán a quién ya odiaba por habérsela quitado.

Elena: Gracias por su ayuda para mi hermana.

Arturo: Sí su hermana está salvada, ahora tendremos que salvar su reputación y que no se vea afectada, fue usted demasiado lejos señorita Salgado.

Elena: ¿Por qué, no piensa que necesita la solidez con un matrimonio de un buen apellido?

Arturo: Nunca me han importado los apellidos.

Elena: No quiere casarse conmigo Manuel hablará estoy segura.

Arturo: En ese caso prepare todo para que tenga usted la boda que desea tener.

Elena: Será algo sencillo solo mí familia y los más allegados.

Arturo: Cómo quieras, ahora si quieres ya retirarte le pediré a uno de los empleados que te lleve.

Elena: Si gracias y buenas noches.

Arturo vio cuándo se fue y aunque estaba feliz por el rumbo que iba a tomar su vida tenía que arriesgarse la iba a conquistar poco a poco... terminada la fiesta entra Cesar.

César: ¡Qué noche eh!

Arturo: Me voy a casar.

César: Creó que necesitas una copa.

Arturo: Elena Salgado me casaré con ella.

César: Dices que esa mujer no te ama.

Arturo: Y lo sostengo.

César ¿Qué pasó?

Arturo sonríe contándole lo sucedido y se preguntaba como sería su futuro con ella, cono su esposa la futura señora de Durán.