PROHIBIDO AMARTE

Narra Sam

Voy al hotel y veo que el personal se ha encargado de muchas cosas, en mis pensamientos doy infinitas gracias al abuelo por ayudar con esto, me acomodo en mi silla y comienzo mi reunión con todos para finiquitar detalles.

- Elena ya tienes a la modelo principal – le pregunto

- Sam hay una modelo muy reconocida, me contacté con su agencia y ellos están dispuestos a trabajar con nosotros, accedieron a colaborar con ella y las demás modelos, en 3 día será la prueba de las prendas – me comenta

- ¿Y los modelos masculinos? – le pregunto pues esta vez me enfoque en una línea deportiva para ellos con materiales duraderos y de excelente calidad que ayudarán con la temperatura corporal, en mis pensamientos llega Alexander, si no fuera por él, no me hubiera inspirado en esto

- La misma agencia se encargará de ellos – me dice Elena

- ¿Y la presentación? – le pregunto

- Ya tenemos a un artista nacional muy reconocido, también me encargue del contrato – me cuenta y me da una paz saber que ya está todo casi listo, de este desfile depende mi expansión

- Gracias a todos, en especial a ti Elena – me dirijo a todos

- ¿Queda algo pendiente? – les pregunto para dejar todo listo y ocuparme en estudiar para los parciales

- Sobre eso..., hace unas horas el gerente te dejo esto – me dice Elena entregándome un sobre, lo abro y quedo sin respiración al ver el valor a pagar, no es que sea tacaña, pero no cuento con tanto dinero, o mejor dicho sí, pero me quedaría sin nada, reviso los detalles de la factura y veo que me están cobrando toda la alimentación incluida la que han consumido en las instalaciones de hotel, salgo furiosa a buscar al gerente

- Señor Erik ¿como esta? – le hablo con voz demandante pues lo veo conversando con unos de los huéspedes

- Señorita Jones, ¿en qué puedo servirle? – me pregunta

- ¿Esto qué es? – le hablo con enojo y poniéndole la factura casi en su cara

- Eso es una factura – dice como si fuera algo evidente y yo una estúpida

- Eso lo señor Erik, pero aquí se me está cobrando toda la alimentación de mis invitados – le explico

- Señorita Jones, eso debe hablarlo con el señor Alexander que fue quien lo ordenó – me cuenta

- Ese maldito, ya verá – grito y salgo furiosa

Subo al auto y conduzco como si estuviera en fuga por la ciudad, llego rápidamente a la casa y lo busco en su habitación pero no está, voy a la piscina y tampoco, esta vez me dirijo al gimnasio y ahí está el muy infeliz practicando con su saco de boxeo en el ring no sé qué se cree este poca cosa, se toma atribuciones que no le corresponden, es solo un aparecido y se cree dueño de la empresa, alguien lo debe poner en su sitio y esa seré yo, me acerco con pasos agigantados y comienzo a reclamarle molesta por su descaro, el solo sonríe con sarcasmo y más enfurece más, me ve tan enojada que me reta a golpearlo y que si logro derribarlo yo ganaré, obvio no me dejo amedrentar, no quedare como una cobarde, él se quita sus guantes y le lanzo algunos golpes que él logra esquivar con mucha facilidad, eso me molesta más, me da un golpe bajo y caigo al suelo adolorida y cuando me dispongo a levantarme para atacarlo él se posiciona sobre mí poniendo sus piernas a un lado de las mías para inmovilizarme de la cintura para abajo, cuando intento usar mis puños el agarra mis manos y con una de las suyas me las deja sobre la cabeza, así quedó totalmente bloqueada para cualquier movimiento, se acerca a mi oído y me dice que ya estaba advertida de no volver a insultarlo, no sé en qué momento se acerca tanto que comienza a pasar su lengua por mis labios, trato de esquivarlo pero no puedo, en cambio me roba un beso, pasa su lengua por todo el interior de mi boca, no sé cómo describir esa sensación, era como odio, rabia, enojo, pero también era deseo y excitación y cuando comenzó a besar mi cuello y a tocar mis pechos aprovecho su descuido y logro darle un rodillazo en su entrepierna que lo deja sin fuerzas y más contado con lo duro que estaba

Salgo del rin con una risa de satisfacción y me regodeo de mi victoria dejándolo adolorido en el suelo.

Pasan los 3 días para la prueba de prendas en los modelos, me encuentro estresada de mil maneras posibles, sin contar que tocar lidiar con más de una cabeza hueca con ínfulas de reina es lo mas tedioso

- Elena ¿dónde está la modelo principal? – le pregunto molesta por la tardanza

- Ya está en camino – me responde nerviosa

- Ve por ella ya – grito enfadada y ella sale veloz

30 minutos más tarde llega…

- Samanta ya llego la modelo – me dice mientras le estoy dando la espalda por acomodar una prenda en una de las chichas

- Aria Williams mucho gusto – se presenta y de inmediato la reconozco, es la mujer que le estaba dándole placer a Alexander en aquel baño

- Samanta Jones es un gusto– me presento esperando que no me recuerde

- No eres tú la de la otra vez en el baño – dice y yo trato de evadir la conversación

- Es tarde el diseñador se enfada cuando no llegan a tiempo – cambio el tema

- ¿Y dónde está? quiero conocerlo – dice Aria con entusiasmo

- Él no se deja ver de nadie, ama el anonimato por eso nosotras nos encargamos de todo – le respondo

- ¡No te creo! – me dice con duda

- Así es señorita Aria, el señor Hugo no se deja ver en público de nadie, espero respete su decisión – le dice esta vez Elena, después de eso termino por ir a donde están los hombres y ultimar tallas y detalles

- Muy bien chicos todo está perfecto, es más fácil lidiar hombres que mujeres – les digo y todos sonreímos

- Eso es porque te falta encontrar quien te enseñe a tratar un hombre – me susurran al oído y al voltear me sorprende ver a Alexander pegado a mi

- ¿Tú que haces aquí? – le pregunto molesta

- Solucionando lo de tu cuenta, me ganaste recuerdas – me dice con una sonrisa maquiavélica

- En verdad eres un maldito maníaco – le digo con gesto de desprecio

- Sobrina porque te enojas, ¿me vas a decir que no te calentaste? – me pregunta pero con afirmación

- Eres un maldito depravado – le digo con asco

- Mejor para ambos, pues no somos familia – me dice – aunque pensándolo bien eres demasiado insípida, no sabes besar, me imagino que en el sex* eres una reprimida de lo peor, no eres una mujer de verdad y lo de la otra noche solo fue por desquitarme, así que olvídalo, no lo vales – me dice con un guiño como si fuera un chiste y no un insulto, pero este bastardo me las pagará

- Aria, llego tu novio está preguntando por ti y quiere invitarte a cenar – grito llamando a la estúpida y prepotente modelo que se está enamorada de él, pero que Alexander sólo la quiere usar, ahora haré que esta mujer no se le baje de encima

- ¿Qué haces? – me dice entre dientes y furioso

- Te llamo una mujer de verdad – le digo con una sonrisa de satisfacción

- Me las pagaras – me amenaza

- Tú también, así que déjame en paz – le devuelvo la amenaza

Cuando me doy vuelta veo llegar a Aria corriendo quien se le pega como pulpo, Elena me observa molesta

- ¿Qué? – le pregunto

- ¿Porque hiciste eso? – me pregunta

- Te estoy salvando de un mal hombre créeme – le digo y sus ojos se llenan de lagrimas

- Tu sabes que él me gusta, no deberías estar de mi lado así como yo estoy del tuyo – sus palabras me dejan en total silencio, pero no puedo explicar el verdadero motivo por el que llamé a la loca.

Después de todo el alboroto llego a casa cansada y me acuesto en mi cama y le escribo a mamá quien lleva días enviándome emails, también le escribo al abuelo para saber cómo esta, trato de dormir pero el calor es insoportable así que decido ir dar un paseo por el jardín, me siento a borde de la piscina y sumerjo mis pies, me quedo un poco elevada por algunos minutos y luego escucho una melodía que viene desde el área donde están los muchos autos de Alexander, busco el sonido con sigilo y cuando veo por una puerta entre abierta, es el, está tocando una guitarra y lo hace muy bien, además está sin camisa, no sé porque tiene esa maldita costumbre de andar con su torso descubierto en la casa todo el tiempo, debería de comportarse, lo observo por unos segundos tarareando una melodía, pero no lo escucho decir una palabra quizás tenga una voz horrible